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1 noviembre, 2020

LA PROVINCIA AHORRARÍA $ 12.609 MILLONES EN UN AÑO, O SEA TRES MASAS SALARIALES

La reestructuración de deuda de Chubut, empantanada por la decepción de bonistas

Por Trivia Demir

La reestructuración de Chubut está empantanada aunque se negocia contrarreloj día a día, afirman fuentes calificadas de Rawson. El tema es que los bonistas quedaron ‘curados de espanto’ con el canje nacional, cuyas cotizaciones caen en picada por falta de un plan económico.

Comienza otra semana y las expectativas escasean. Es que nadie arriesga sembrar una declaración de esperanza. El Ministro de Economía está con Covid, y el Gobernador en cuarentena política, y a nivel provincial, el hermetismo es sintomático. Con el mismo sigilo que se tomó la millonaria deuda durante los gobiernos de Martín Buzzi y Mario Das Neves, cuyas legislaturas fueron una especie de ‘convidados de piedra’, del mismo modo se llevan adelante las negociaciones de Mariano Arcioni, sin trasmitir públicamente detalles sobre en que estado están las cosas.

“Lo que se sabe, se sabe extraoficialmente”, afirman referentes políticos del Valle que reclaman mayor transparencia de gestión, en temas que han demostrado ser clave para toda la ciudadanía y no exclusivo de la casta gobernante.

Si se lograra la reestructuración la provincia dejaría de pagar $ 12.609 millones en un año, el equivalente casi a tres sueldos completos de la Administración Pública Provincial, con lo que se podría comenzar a pensar en estabilizar la caja y acomodar los pagos a los empleados públicos.

Sin embargo la negociación con los tenedores está difícil. De hecho se avanza con una propuesta del 50% de ellos, luego habría que hacer una oferta pública y ver el nivel de adhesión. Procesos que a este ritmo genera dudas que puedan producirse antes de fin de año.

 

Desangre financiero

 

El tema es que los pagos grandes se acercan y la caja no resiste. La semana pasada Chubut debió cancelar un pago por u$s 39,6 millones, más de $3.000 millones al tipo de cambio oficial, correspondientes a la primera amortización de un bono emitido por u$s650 millones en 2016 en tiempos del gobierno dasnevista; tiempos donde varios mandatarios provinciales se lanzaron de forma masiva a conseguir financiamiento en el mercado internacional y colocaron títulos en moneda extranjera que hoy necesitan reestructurar.

La cuestión ahora es que si Arcioni no logra acelerar el reperfilamiento antes de enero, tendrá que afrontar otro vencimiento de igual envergadura y eso podría ser catastrófico para las arcas públicas.

 

Escenario federal

 

Otras provincias pudieron optar por suspender los pagos mientras dura el proceso de reestructuración, ya que no están garantizados por regalías de hidrocarburos, pero no es el caso de Chubut que logró una tasa de 7,75% pero atada a los ingreso del petróleo, que ahora resulta un lastre para negociar, por la tranquilidad que les da a los acreedores.

De hecho, el salteño Gustavo Sáenz y el fueguino Gustavo Melella enfrentan las mismas paradojas, que en la sumatoria dan unos u$s1.900 millones por reestructurar, un 15% de las deudas totales que buscan renegociar las provincias, por monto total superior a los u$s12.000 millones.Un proceso que Nación monitorea personalmente, bajo la tutela de la Unidad de Apoyo de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Provincial, con Rafael Brigo a la cabeza.

Hasta ahora, sólo Mendoza llegó a un acuerdo con sus bonistas bajo legislación extranjera, mientras el resto está atento a lo que suceda con Buenos Aires, donde Axel Kicillof intenta renegociar u$s 7.148 millones, volumen que podría marcar referencias generales, pero que sigue posponiendo oferta.

 

Una garantía excesiva

 

Las paradojas de las deudas atadas al petróleo y el gas lleva a que las regalías alimenten fideicomisos destinados a cubrir directamente a los acreedores, sin pasar por las cuentas provinciales, lo cual dificulta la táctica adoptada por algunos mandatarios de evitar pagos de cupones durante el proceso de renegociación. Pero, además, la crisis de la pandemia desplomó la producción hidrocarburífera, y ni siquiera alcanza con regalías para saldar cupones.

En el caso chubutense, agosto representó u$s20 millones en regalías, un 30% menos que la variación interanual, pese a mostrar una mejora respecto a los meses anteriores.

 

El traspié de Nación

 

Los entendidos explican que gran parte del ‘pantano’ en el que se encuentran las reestructuraciones provinciales tiene que ver con la negociación nacional. Los tenedores de bonos argentinos gritan contra un muro. Son los mismos que hace menos de tres meses, celebraban la reestructuración de deuda del país, pero ahora dicen que Alberto Fernández ha creado un “terreno baldío” para el crédito.

Es que los bonos se han hundido desde la operación. Por ejemplo, un nuevo bono con vencimiento en 2030 empezó cotizando por encima de los 50 centavos el dólar; ahora está en 37. El ministro de Economía, Martín Guzmán, no presentó ningún plan específico a la par para arreglar el PIB, que bajará el 12% este año, según el FMI y eso impacta de lleno.

Además, reforzó los controles de capital, ha controlado algunos precios y está imprimiendo pesos con entusiasmo. Ello ha hecho que el valor informal del peso en dólares baje a solo la mitad del tipo de cambio oficial.

 

Quejas por escrito

 

Tan desolador es el escenario para los bonistas que se apresuraron a reestructurar, de los que hubo 48 instituciones cuyos grupos de acreedores publicaron hace unas semanas un comunicado protestando, no pueden hacer mucho más al respecto que protestar. Sus quejas parecen más bien dirigidas al FMI, que estudia un nuevo programa de apoyo para un país que ya le debe 44.000 millones de dólares.

Los inversores confiaron en las promesas de Guzmán de una agenda económica razonable, que no se cumplió. Podrían haber condicionado la reestructuración a un nuevo plan del FMI (como ocurrió hace poco en Ecuador) o haber esperado hasta que hubiera uno creíble.

De hecho, los bonos reestructurados de Ecuador no han caído tanto, pese a que depende del petróleo y puede elegir un presidente poco promercado en 2021. Los bonistas renunciaron a su apalancamiento demasiado rápido.
Puede que les preocupara que esperar, significara dar más concesiones, o querían cambiar sus bonos por algo que pudieran vender más fácilmente. Les salió mal.

Y esa mala experiencia reciente con la deuda de Nación en gran parte condicionaría las reestructuraciones provinciales, sobre todo la de Chubut, la provincia más complicada financieramente hablando de los 24 distritos nacionales. Gran parte de esto se destrabaría si Fernández presenta un plan económico integral y logra la anuencia del FMI. Demasiados potenciales para las urgencias de la coyuntura provinciana. Habrá que ver…

 

*AF, iP, MP, propias