27 noviembre, 2022
Las batallas de Sergio Massa por los dólares: confianza, Dólar Soja II, hidrocarburos y blanqueo de capitales. Sergio Massa habló en un importante foro empresario. Planteó las líneas de su plan antiinflacionario y volvió a descartar una devaluación. ¿Cuál es su gran apuesta?
Por Mariano Obarrio*
Con el presidente Alberto Fernández cada vez más corrido de la gestión, el ministro de Economía, Sergio Massa, apuesta a recrear su figura de “superministro” y se prepara para desatar la madre de todas las batallas para captar dólares para paliar la falta de reservas del Banco Central que paralizan las importaciones y amenazan con hacer colapsar la economía. Todo en medio de otra suba del dólar blue.
Según pudo saber A24.com de fuentes oficiales, Massa quiere vender “confianza” en el círculo rojo para que los empresarios inviertan sus dólares en la economía «como ocurrió en 2002». Algunos hombres de su equipo gestionaron aquella época y trazan algunos paralelismos, aunque forzados. En un clima donde empresas como la italiana Enel se retira de Edesur, es complejo recuperar la confianza.
El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner no generan confianza. Massa lo sabe y por eso hace sus propias apuestas: el Dólar Soja II, a una ley de exportaciones de gas, y al blanqueo de capitales. Usará el palo y algunas zanahorias para captar dólares para las reservas del BCRA.
Ayer ante empresarios hizo un discurso presidencial y muchos se llevaron la sensación de que si tiene éxito se presentará como candidato en 2023. A más tardar el lunes anunciará el “dólar soja II” de 230 pesos para captar unos 4000 millones de dólares. Cuando un periodista se lo preguntó, dijo escuetamente: «El lunes hablamos en el Ministerio de Economía».
Dijo además que enviará una ley de GNL para incentivos a las exportaciones de hidrocarburos, que le sumen dólares. Espera también que el BID desembolse el miércoles próximo 500 millones de dólares, y apuesta todo al blanqueo de capitales de argentinos no declarados con un acuerdo con los Estados Unidos, donde estima que existen 100.000 millones de dólares de argentinos en negro y deben ser alcanzados por el impuesto a los Bienes Personales.
Con esa espada de Damocles, espera que los que tienen dólares en negro, ante el temor a ser descubiertos, los declaren por las buenas y los repatrien. Nadie informa cuánto podrá embolsar el fisco por esa vía. De ese modo, a los exportadores de soja y de hidrocarburos, les mostrará una zanahoria, y a los evasores un palo.
En el capítulo «cómo generar confianza», Massa hizo un discurso este jueves ante 250 empresarios en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), que preside el ruralista Marcos Pereda, y prometió bajar la inflación, cumplir las metas fiscales y de reservas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y negó una devaluación.
Con la receta de la crisis de 2002, Massa quiere incentivar las inversiones. “En aquel momento no salimos por la soja, sino porque hubo confianza y los empresarios pusieron 1800 millones de dólares en el gobierno de Eduardo Duhalde. Esto es lo que busca Massa con el plan de estabilización”, dijo el martes último el ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren entre empresarios durante la celebración del Día de la Construcción.
Claro, el escenario actual no es el del 2001. No existe margen para devaluar el peso: la inflación del 100% anual generaría, como dijo el viceministro Gabriel Rubinstein, un Rodrigazo como el de 1975.
Además, la Argentina tiene un alto déficit fiscal y no superávits gemelos, y existe una deuda en pesos en Leliqs tres veces mayor a la base monetaria. Esto genera temores de incumplimiento o un futuro Plan Bonex y contribuye a la presión sobre el dólar blue que ayer cerró en 318 y trepó 26 pesos en un mes.
De Mendiguren recibe el reclamo de empresarios que no pueden importar por falta de dólares y responde: “Hay dos cosas que el Gobierno no puede hacer: frenar la guerra de Rusia-Ucrania y emitir dólares”. Por lo tanto, no se liberarán importaciones hasta que no haya dólares: esa es la gran batalla de Massa.
Muchos productores podrían importar con sus propios dólares y blanquearlos, pero si usan el dólar a 318 pesos subirían sus costos, deberían subir los precios y ya no venderían sus productos. Además, agravarían la inflación. Es por eso mismo que el Gobierno no tiene en sus planes devaluar, pese a que devalúa por sectores: dólar soja, dólar Qatar…
Massa está en una trampa: si se importa a 318 pesos, suben los precios, no se vende y hay recesión; si no se importa no se produce y hay recesión. Massa y Mendiguren apuestan a traer dólares y a la confianza. Pero saben que el gobierno del Frente de Todos no infunde confianza entre los empresarios y por eso apelan a zanahorias y palos para lograr el objetivo.
“Massa es un animal político, por abajo en la sintonía fina están cortando clavos por todos lados, hay muchas variables en dificultades. Tiene un excelente equipo y ojalá les vaya bien. Si no, las dificultades las vamos a padecer todos”, dijo a A24.com un empresario que ayer le dio la mano a Massa.
Además de Marcos Pereda, presidente del CICyP y vicepresidente de la Sociedad Rural (SRA), estaban Nicolás Pino, presidente de la SRA; Jorge Brito, de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA); y los presidentes de otras cámaras, Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio (BCBA); Gustavo Weiss, de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO); Daniel Funes de Rioja, de la Unión Industrial Argentina (UIA); Mario Grinman, de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC); Eduardo Machiavello, de la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA); Martín Cabrales, protesorero de CICyP y Alfredo Gusmán, tesorero.
Todos hicieron la lectura de que Massa apuesta al dólar fácil y rápido: el campo, los hidrocarburos, en menor medida la economía del conocimiento, y el blanqueo. Eso estuvo presente en su discurso. No piensa en devaluar y descalifica a quien lo plantea. Buscar dar señales de reducir la inflación y de que cumplirá con el acuerdo con el FMI. Pero dudan de si podrá.
En medio de eso, Massa debe evitar un diciembre caliente en el conflicto social. Por eso, el Gobierno anunció la suba en la Tarjeta Alimentar, la del salario mínimo vital y móvil, las jubilaciones, los planes sociales y se viene el anuncio de un bono para los trabajadores privados de menores escalas de 30.000 pesos, pero aún se estudia la instrumentación. “Igualmente dependemos del Mundial”, señaló un funcionario oficial a A24.com en la Casa Rosada.
En su “Plan confianza”, Massa dijo en el CICyP que la Argentina va a cerrar el año cumpliendo el 2,5% de déficit fiscal, que es la pauta con el FMI. Y señaló al círculo rojo: “Creo en los caminos que se recorren de manera metódica, cumpliendo objetivos, siguiendo un orden, teniendo constancia y venciendo dificultades. No creo en la magia”. Buscó mostrarse previsible.
Luego desestimó la devaluación. “Los que piden una devaluación desesperados, no solamente destruyen el ingreso de los argentinos, sino el valor de sus compañías en dólares”, dijo. Y dio una señal clara de ortodoxia: “Si no bajamos la inflación, la incertidumbre no va a cesar. El desafío tiene que ser recorrer un camino de reducción de inflación”.
Para dar incentivos a los hidrocarburos anunció que enviará al Congreso una ley de GNL para que “el sector sea la segunda turbina de exportaciones en los próximos 5 años”. Desestimó un mayor gasto fiscal por las elecciones y dijo que el Gobierno buscará ganarlas superando la inflación, que quiere reducir al 3% en marzo. Para eso, dijo, se “necesita de orden fiscal, superávit comercial, tasas de interés positivas, bajo o nulo régimen de emisión monetaria”, aunque observó que “en la especulación se producen situaciones de aprovechamiento”.
Por último, confirmó la firma intercambio de información automática con Estados Unidos (IGA) por ley para que “los que eludieron el blanqueo del 2017, no pagaron sus impuestos y obligaron a que aumentara la presión tributaria sobre aquellos que pagan impuestos, se formalicen, blanqueen, traigan sus dólares a la Argentina y ayuden a construir valor para el futuro de la Argentina”. De ese modo, Massa blanqueó el menú de recetas que imagina para bajar la inflación y captar los dólares que faltan.
*A24/NA