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22 octubre, 2024

La pirámide más grande de Egipto está emitiendo una energía peculiar: esto podría ser el fin de la tecnología fotovoltaica

La pirámide más grande de Egipto está emitiendo una misteriosa energía que podría amenazar el futuro de la fotovoltaica, justo cuando la primera ciudad solar de Europa ha captado la atención del sector energético. Apostar por energías renovables ya no es una opción, sino una necesidad urgente. Aunque los combustibles fósiles han sido altamente efectivos, también han dejado una considerable huella ambiental. Adoptar energías renovables significa contribuir al cuidado del planeta y asegurar el futuro de la humanidad.

Provienen directamente de la naturaleza y nos permiten lidiar con el cambio climático. Las fuentes de energía renovables son inagotables a diferencia de las energías convencionales, como el petróleo, el gas o el carbón. Esta es una de las claves por la que conviene recurrir a las renovables, como la solar y la eólica, ya que así se minimiza el riesgo de que las generaciones futuras hereden escasos recursos energéticos.

El hecho de que la pirámide más grande de Egipto esté emitiendo una extraña energía abre la puerta a nuevas formas de abastecimiento. ¿Estamos ante el fin de la fotovoltaica?

Un grupo de investigadores de la Universidad ITMO (San Petersburgo, Rusia) ha descubierto que la Pirámide de Guiza dispone de un enorme “condensador” de energía electromagnética, una información que ha quedado contrastada en su estudio publicado en Journal of Applied Physics.

Es capaz de concentrar las ondas de radio en su base. En este contexto, los investigadores desean utilizar los principios físicos que lo hacen posible para el diseño de nanopartículas que actúen como sensores o células solares. Este enorme edificio concentra energía electromagnética en sus cámaras internas y bajo la base.

Por medio de simulaciones de ordenador, los analistas estudiaron la respuesta de la pirámide a las ondas de radio. Con este procedimiento, observaron que, si la longitud de onda de dicha forma de energía ingresa en resonancia con las dimensiones de la pirámide, esta mole de piedra trabaja como un “canal” para esta forma de radiación.

Los investigadores afirman que estas observaciones y modelos físicos utilizados podrían servir para el diseño de unas nanopartículas capaces de generar efectos parecidos en el rango visible del espectro electromagnético. Esto podría ayudar, por ejemplo, al desarrollo de sensores y células solares más eficientes.

Estos expertos descubrieron que las ondas de radio con una longitud de onda de 200 a 600 metros ingresan en resonancia con la pirámide. Después, diseñaron un modelo matemático para realizar una descripción de la respuesta del edificio y qué proporción de la energía se refleja o absorbe por este en una situación de resonancia.

Con estos cálculos, averiguaron la distribución de la radiación electromagnética en el interior de la pirámide y supieron que su concentración tiene lugar en las cámaras inferiores. Para explicar la razón, crearon un análisis multipolo, muy utilizado en física para estudiar y predecir las interacciones entre objetos complejos y campos electromagnéticos.

La energía encerrada en la pirámide más grande de Egipto sorprende al mundo
Los científicos estudiaron también la interacción entre la luz y ciertas nanopartículas. Advirtieron que en determinados casos es posible alterar la forma y el índice de refracción de las nanopartículas para cambiar su modo de repartir la radiación (al igual que hace la pirámide). De esta manera, se podría, al menos teóricamente, crear dispositivos que permitan el control de la luz a nanoescala, un invento que podría derivar en varias aplicaciones.

Es más, ahora los científicos tienen en sus planes utilizar el conocimiento aprendido para recrear los efectos observados a nanoescala. “Si escogemos un material con las propiedades electromagnéticas adecuadas, podemos obtener nanopartículas piramidales que sean muy prometedoras para ser usadas como nanosensores o células solares eficaces”, asegura un comunicado Polina Kapitanova, investigadora en la Universidad de ITMO.

En conclusión, la pirámide más grande de Egipto emite una extraña energía que abre un amplio abanico de posibilidades. Un contexto que podría desplazar la fotovoltaica, que ya está siendo amenazada por otros factores.

 

*EP