1 septiembre, 2023
La vitamina D solo se sintetiza por la exposición suficiente a la radiación solar, pero en climas poco soleados pueden aparecer problemas por su carencia. Una descripción de la relación entre la vitamina D y la salud emocional.
Por Tomás Santa Cecilia*
Seguro que en días nublados o con poca luz te has sentido más decaído de lo normal, como si costara más ver el lado positivo de las cosas y se hiciera cuesta arriba realizar todas las obligaciones de esa jornada en particular. Lo cierto es que ya podemos afirmar que se trata de un fenómeno natural que se produce en muchas personas en los períodos invernales u otoñales, cuando la luz es menor y el organismo absorbe una menor cantidad de vitamina D.
La vitamina D tiene un papel fundamental en la salud física de nuestro cuerpo, pero también en la salud y el bienestar psicológico, incidiendo directamente en el estado de ánimo de las personas. A continuación explicaremos brevemente qué es la vitamina D, qué influencia tiene en nuestro estado de ánimo y de qué manera podemos obtenerla para lograr todos los beneficios que esta vitamina nos aporta.
Las vitaminas son sustancias que promueven el correcto funcionamiento de nuestro organismo y el desarrollo eficaz de todas las funciones que en él tienen lugar. La vitamina D es una de las más importantes y de las que más presentes debemos tener, ya que se relaciona con la absorción del calcio para la formación de los huesos, con la eficacia del sistema inmunitario y también con el estado de ánimo de las personas.
Más concretamente, se trata de un elemento indispensable para garantizar la regulación de neurotransmisores relacionados con la felicidad y el buen estado de ánimo, así como también para prevenir una gran variedad de alteraciones y trastornos psicológicos. Los déficits de vitamina D se relacionan con la aparición de osteoporosis y raquitismo en los huesos de adultos y niños, y también de problemas en el estado de ánimo como pueden ser los estados depresivos o el trastorno afectivo estacional.
Desde hace algunos años los profesionales de la psicología y de la salud han descubierto cuál es la incidencia de la vitamina D en nuestro estado de ánimo gracias a una serie de investigaciones científicas, veamos sus principales funciones.
1. Depresión
La vitamina D se encarga de regular una enzima encargada de transformar el triptófano en serotonina, la llamada “hormona de la felicidad”, cuyo cometido es favorecer el buen estado de ánimo y reducir estados negativos de impulsividad o agresividad. Es por eso que cuando existe un déficit de vitamina D en el organismo pueden aparecer síntomas relacionados con la depresión y con el paso de tiempo se puede llegar a desarrollar un trastorno de tipo depresivo.
2. Trastorno afectivo estacional
El trastorno afectivo estacional es un tipo de alteración psicológica que se produce en los cambios de estación cuando el organismo experimenta determinadas variaciones climáticas y de luz solar durante el día. En el hemisferio norte, durante la llegada del otoño o el invierno, muchas personas pueden desarrollar una serie de síntomas depresivos o de afectación en su estado de ánimo debido a que los días se acortan y tienen una menor exposición a la luz solar y por ende niveles más bajos de vitamina D en el organismo. Este trastorno es totalmente normal, afecta a millones de personas en todo el mundo y puede ser tratado por profesionales de la salud mediante una aporte extra de vitamina D en caso de que sea necesario.
3. Malestar general
El malestar general, la irritabilidad, el mal humor y la apatía también pueden ser algunos síntomas relacionados con la falta de vitamina D. De nuevo, este tipo de problemas pueden tratarse en la consulta de un profesional de la psicología o bien mediante un suplemento vitamínico recetado por un profesional de la salud mental.
Para obtener un aporte óptimo de vitamina D tenemos tres canales principales de absorción, que resumimos a continuación.
1. De la alimentación
La alimentación es una de las principales fuentes de vitamina D para los seres humanos, motivo por el cual nuestra alimentación debe ser equilibrada y variada, incluyendo todos aquellos alimentos ricos en esta vitamina. Los principales alimentos que contienen grandes aportes de vitamina D son la yema de huevo, los pescados azules como el salmón, el atún, la sardina o la caballa y también los hongos silvestres y algunas leches y cereales enriquecidos con vitamina D.
2. De la luz solar
La síntesis de los rayos UVB provenientes de la luz solar es otra de las fuentes básicas que tenemos los seres humanos para obtener vitamina D. Es por eso que resulta de gran importancia favorecer que nos dé el sol diariamente por lo menos durante 10 minutos, con el objetivo de lograr una salud mental óptima y un buen estado de ánimo. Huelga decir que debemos tomar el sol con protección solar en los meses de verano para evitar quemarnos la piel.
3. Mediante suplementos vitamínicos
Como se ha indicado, los suplementos vitamínicos son una forma excelente de obtener vitamina D en el organismo de manera directa. Esta modalidad de obtención se pone en práctica a personas con riesgo de déficit como pueden ser las personas mayores, personas con determinadas enfermedades, bebés lactantes o personas de piel oscura que tengan más dificultades en absorberla por la piel.