12 noviembre, 2020
Por Trivia Demir
La foto no es lo de menos. ¿Que ven ustedes? Yo veo al Presidente de la Nación en su despacho de la Casa Rosada y al intendente de Comodoro Rivadavia Juan Pablo Luque. Y el desenredo de lo que parece -pero no es- un ‘trapo al sol’, aunque sí es un presente envolvente de finas hebras que el chubutano parece que le acercó al primer mandatario como muestra de distinción y agradecimiento. Viejas prácticas de cortesía cuando se abre la puerta grande amigablemente.
Sin embargo la figura de la tela da espacio para pensar en una ‘entretela’. La coyuntura lo deja picando. La situación provincial es el gran tema a resolver y el presente está atado indefectiblemente al futuro, por el que va el comodorense.
A la par, el extraño vínculo del PJ Chubut con el Nacional para muchos es un misterio galáctico. Son lo mismo pero todo lo contrario últimamente en cuanto a alianzas electorales. Basta pensar que en las últimas generales, el Frente de Todos jugó con Arcioni en la misma boleta y con el resabio de ChST adentro, mientras el FdT Provincial terminó siendo oposición y perdiendo, pese a considerarse sello. Bueno, así son las cosas en el acomodaticio e inescrutable universo peronista.
Electoralmente estaba claro que si no se daba una cosa así y se compartimentaba el voto popular, probablemente la oposición radical-pro podría haber arrasado como en las legislativas anteriores. Y está claro que para el peronismo se puede ser parte del sello, pero si no hay resultados electorales, el exceso de ‘rosca’ provincial no le sirve, y termina etiquetándola dentro de esas construcciones caudillistas provincianas útiles para hacer transacciones, pero inútiles para la retroalimentación del poder central.
En cuanto a gestión, para quienes tienen claro que la movida era hacer la transición del dasnevismo sin Das Neves a un populismo mas de derecha, la gestión del escribano Arcioni era un paso necesario. La definición ‘posintervencionista’ será la que marque la nueva era política de la Provincia. Y ahí pueden pasar varias cosas, como por ejemplo que se terminen de jubilar muchos dirigentes ya avanzados en la carrera pública del arte de la estrategia partidaria, o que continúen unos años más, amañados al respirador de la mesa chica, y que la nueva generación de mandatarios se dirima entre mayor profesionalización de la política y renovación de representaciones, o mayor ‘barro’ y lobby.
En ese marco y mientras el PJ Provincial intenta acomodar la estructura al límite de los tiempos y posibilidades, (ya que tenía todos los plazos electorales internos casi vencidos) y lo hace nuevamente desde una lista única donde entró a todos y tras impugnar la otra opción para evitar internas, las diferencias siguen estando latentes, y se evidencian en la ‘vida propia’ de los nuevos líderes.
Ayer la reunión del intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque con el propio presidente de la Nación, Alberto Fernández en la Casa Rosada, hizo ruido.
Está claro que dentro del PJ provincial Luque es probablemente la figura de mejor perfomance para el turno electoral 2023 para aspirar a la Gobernación. Eso podría producirse en una fórmula ‘ideal’ Comodoro-Valle junto a Gustavo Mac Karthy. Del otro lado, la principal opción es Ricardo Sastre y el o la ‘tapado/a’ comodorense necesarios para que den los números electorales.
Por ahora Luque viene demostrando muñeca y éxito dirigiendo una ciudad como Comodoro en plena pandemia, merced a una fuerte alianza público-privada casi excluyente en relación a otros postulados. Su experiencia dentro del sello y desde hace años en gestión cerca de otros dirigentes de fuste como Di Pierro o Linares, le fueron marcando que sirve y que no. En síntesis, el hombre tiene un perfil profesional, viene sumando amplia experiencia de gestión, no posee denuncias resonantes ni intrigas palaciegas que lo enchastren hasta el momento, y no se desboca con facilidad. Requisitos casi imprescindibles para simpatizar a la masa.
Además, viene mostrando vínculo con el poder central y gestión donde atiende ‘deux’. La reunión con el propio Presidente lo deja bastante claro, además de las profusas ruedas por los ministerios.
La otra característica que gusta de Luque es que no juega al misterio. Sus gestiones y reuniones son públicas y las da a conocer en ese marco. De hecho, después de la reunión con Alberto, Luque se encargó personalmente de compartir vía twitter algunos detalles del encuentro. “Conversamos acerca de distintos temas que importan a los comodorenses, tanto en la cuestión sanitaria como el presente de las pymes de nuestra ciudad”, mencionó el intendente.
La obra pública y la campaña
El tema probablemente imprescindible que mencionó sobre el que pudo hablar con el Presidente fue acerca de las obras prioritarias financiadas por el Gobierno Nacional.
En octubre Luque anunció que en los próximos meses se iniciarán dos proyectos de obras con fondos del Gobierno Nacional, por una inversión superior a los 2 mil millones de pesos, “para infraestructura fundamental que mejorará la calidad de vida de la ciudadanía”. Ahora fue a garantizarse que se concreten esos anuncios y de paso a revisar la ‘filmina’ de compromiso nacional para que así sea, y las expectativas en consecuencia que se tiene sobre ese acompañamiento desde Balcarce.
El detalle de las obras comprende la 2° etapa de la estación transformadora Ciudadela, la construcción de redes de desagües pluviales de la 1° y 2° etapa de los reservorios en zona sur, entre otras más.
La asignación de fondos contempla la obra de construcción de redes de desagües pluviales principales y reservorios en la zona sur en su primera etapa y trabajos similares para la segunda etapa, que abarca el colector de la avenida Chile y el colector principal y de descarga al mar. Se trata de un plan que llevará adelante Nación en nueve municipios de la provincia de Chubut, entre ellos Comodoro Rivadavia, para el que se destinará una suma total de 2.223.400.000 pesos en obra pública.
Por supuesto, que aunque esto esté presupuestado, requerirá no pocos empujones a codazos entre las provincias para que se concrete en el marco de una déficit público nacional alarmante. Por eso, nada mejor que ir moviendo fichas anticipadamente como lo está haciendo Luque.
Y aunque no se blanqueó mucho del diálogo político, es probable que hubo, profundo y de primera mano. Nadie que conozca un poco del mundillo del poder creerá que el Presidente sólo habló de obras con el Intendente, temas que de por sí prefiere delegar en sus ministros con competencias en Interior y cuestiones de infraestructura territorial.
De hecho, la foto en sí es un espaldarazo que Alberto no está dando a casi ningún intendente del Interior del país, y a muy pocos gobernadores, si se quiere. Seguramente la instantánea de Luque con el Presidente tendrá por estos días muchas lecturas, dependiendo del sector que lo tase, pero lo importante y que no hay que perder de vista para entender en prospección la depreciada política provinciana, es que el comodorense no descuida la gestión ni la construcción, y lo va demostrando. Habrá que ver…