11 diciembre, 2023
De acuerdo con la Evaluación que realiza la prueba PISA en 80 países, habilidades como la comprensión lectora y de las matemáticas enfrentan serios desafíos en el mundo contemporáneo.
Por Cristhian Pagot*
La educación es el pilar fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad. Sin embargo, los recientes resultados del Informe PISA 2022 han encendido las alarmas a nivel mundial. La prueba, que evalúa el rendimiento académico de estudiantes de 15-16 años en 80 países, ha mostrado una caída significativa en áreas clave, especialmente en matemáticas. Este descenso no solo refleja los retos que enfrentan los sistemas educativos actuales, sino que también plantea preguntas críticas sobre cómo podemos mejorar el aprendizaje y la enseñanza de esta materia esencial.
El Informe PISA, elaborado tras examinar a 690.000 estudiantes, ha revelado una tendencia preocupante: una disminución generalizada en el rendimiento en matemáticas. Esta baja se observa no sólo en países con sistemas educativos emergentes, sino también en los más desarrollados. Una caída promedio de 15 puntos en matemáticas entre los países más avanzados es un indicador claro de que estamos ante un desafío global.
Las pruebas PISA se aplican en una amplia variedad de países alrededor del mundo, ofreciendo una perspectiva global sobre la educación. En la última edición, China se destacó como el país con el mejor rendimiento educativo, superando a Singapur. En el ranking de matemáticas, los primeros lugares fueron ocupados por China, seguido por Singapur, Macao, Hong Kong y Estonia. En contraste, países como Argentina se encuentran entre los de rendimiento «por debajo del promedio», ocupando el puesto 65 entre los 81 países y economías evaluadas. Este contraste en el rendimiento es significativo: mientras en países líderes como Singapur, casi el 89% de los estudiantes alcanzaron los niveles mínimos de competencia en lectura, en naciones con menor rendimiento, como Camboya, este porcentaje fue tan bajo como el 8%.
Grosso modo, el ranking por campo de conocimiento evaluado resultó así:
Matemáticas (bajo la consigna de «formular, emplear e interpretar las matemáticas en diferentes contextos»):
Singapur (575 puntos)
Macao (552)
Taiwán (547)
Hong Kong (540)
Japón (536)
Corea del Sur (527)
Estonia (510)
Suiza (508)
Canadá (497)
Países Bajos (493)
Comprensión escrita («comprender y utilizar los textos escritos, y también reflexionar sobre ellos»):
Singapur (543 puntos),
Irlanda (516) y Japón (516)
Corea del Sur (515) y Taiwán (515)
Estonia (511)
Macao (510)
Canadá (507)
Estados Unidos (504)
Nueva Zelanda (501)
Hong Kong (500) y Australia (498)
Ciencias (conocimientos generales de disciplinas científicas como biología, física, astronomía, además de aplicaciones tecnológicas de ciertos desarrollos científicas)
Singapur (561)
Japón (547)
Macao (543)
Taiwán (537)
Corea del Sur (528)
Estonia (526)
Hong Kong (520)
Canadá (515)
Finlandia (511)
Australia (507)
Varios factores pueden estar contribuyendo a este descenso en el rendimiento. El impacto prolongado de la pandemia de COVID-19 en la educación es indudable. El cierre de escuelas y la transición a la educación en línea han afectado significativamente la calidad del aprendizaje. Además, factores como la falta de recursos educativos, el acceso desigual a la tecnología y la brecha en la capacitación de los docentes pueden haber agravado la situación.
El descenso en el rendimiento en matemáticas no es solo una cuestión de calificaciones; tiene implicaciones profundas en la preparación de los jóvenes para un mundo cada vez más tecnológico y basado en datos. La habilidad para comprender y aplicar conceptos matemáticos es crucial en numerosos campos profesionales y en la vida cotidiana.
En el caso de los países de América Latina y el Caribe, los datos de PISA 2022 resaltan dos grandes desafíos para la región: bajo rendimiento educativo y alta inequidad. Es preocupante que tres de cada cuatro estudiantes en la región tengan un rendimiento bajo en matemáticas y la mitad no cuente con habilidades básicas de lectura. Esto evidencia una brecha significativa en el desarrollo de competencias elementales como matemáticas y lectoescritura, fundamentales para el aprendizaje continuo y el desarrollo social. Además, hay una alta disparidad en el aprendizaje, con un 88% de los estudiantes más pobres mostrando bajo desempeño en matemáticas, comparado con el 55% entre los más ricos.
En términos de posicionamiento global, América Latina y el Caribe se ubica en la mitad inferior del ranking de calidad educativa en las tres asignaturas que evalúa PISA (Matemática, Lectura y Ciencia). En matemáticas, el estudiante promedio de la región presenta un rezago de cinco años de escolaridad respecto a la OCDE. Entre los países de América Latina, Chile y Uruguay presentan el mejor desempeño en matemáticas, ocupando los puestos 52 y 53 respectivamente de 81 sistemas participantes. Les siguen México (57) y Perú (59). Por otro lado, países como Guatemala, El Salvador, República Dominicana y Paraguay se sitúan entre las posiciones más bajas, ocupando cuatro de las últimas cinco posiciones del ranking global.
En 2022, un total de 14 países de América Latina y el Caribe participaron en la prueba PISA: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay
Ante esta situación, es imperativo que los países revisen y fortalezcan sus estrategias educativas. Esto podría incluir la inversión en recursos educativos, la mejora en la capacitación de los docentes, y la implementación de metodologías de enseñanza más efectivas y atractivas para los estudiantes.
Los resultados de PISA 2022 son una señal de alerta y una oportunidad para la reflexión y la acción. La educación en matemáticas no es solo una asignatura más en el currículo; es una herramienta esencial para el desarrollo de habilidades críticas y analíticas. Es hora de que los sistemas educativos de todo el mundo se enfoquen en mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas, garantizando así un futuro más brillante y preparado para las próximas generaciones.