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12 enero, 2021

Análisis: La Corte Suprema se prepara para un año de roces políticos

Por Sol Rodríguez Garnica

La feria judicial de enero suele traer un poco de paz en las cuestiones judiciales. Con un Tribunales de guardia, la Corte Suprema no es la excepción a eso. Luego de un 2020 atravesado por la pandemia de coronavirus, la virtualidad y algunos conflictos, los jueces del Máximo Tribunal se preparan para un 2021 con roces políticos.

La semana que va hasta el 15 de enero la Corte estará en manos de Horacio Rosatti. En general, siempre hay un juez que se queda una quincena o todo el mes de forma de guardia. En este caso, ya estuvo Ricardo Lorenzetti la primera semana y las próximas dos se las repartirán Elena Highton de Nolasco y Carlos Rosenkrantz.

Las hostilidades que el Gobierno le dirigió a la Corte Suprema durante las últimas semanas no pasaron desapercibidas en el cuarto piso del Palacio. Lejos de una guerra, lo que sí existe es cierto escepticismo sobre los cambios que se podrían llegar a implementar. Las críticas por no entrar en los detalles de la condena a Amado Boudou las esperaban y sabían que iban a llegar. Aquellos que conocen mucho las internas de la Corte sostienen que hubiera sido aún peor que los jueces firmaran un fallo donde quedara confirmado la participación de Boudou en los delitos que implicó la trama de la empresa Ciccone.

“La Corte ha ido perdiendo calidad y confianza”, dijo Alberto Fernández este fin de semana en una entrevista con Clarín. La idea de legislar sobre la aplicación del famoso artículo 280, el que le permite a la Corte desestimar el tratamiento de causas sin explicar el porqué, fue uno de los puntos sugeridos por el Comité de Asesores y es una de las ideas que al Gobierno le interesan.

Descartada la iniciativa que impulsaba el kirchnernismo para ampliar la Corte (no están los números ni de casualidad), la otra alternativa que surge como posibilidad es la conformación del supuesto Tribunal Superior que se encargaría de casos comunes, de cuestiones donde se defina la arbitrariedad de una sentencia. Así el Máximo Tribunal actual solo se quedaría con los cuestiones donde estén en juego principios constitucionales.

Por ahora los jueces de la Corte no jugaron su ficha sobre esto al contrario de lo que hicieron ya jueces y abogados. En Tribunales y alrededores la idea de sumar un Tribunal a la par de la Corte les resulta entre disparatado y burocrático en extremo.

“Parece que tienen ganas de terminar como la reforma judicial de 2013”, sugirió un juez contencioso administrativo federal en un chat con sus colegas. La referencia es clara: esa reforma fue la que impulsó el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y que terminó declarada inconstitucional en algunos aspectos mientras que otros quedaron sin utilizar.

Mientras el Gobierno espera comenzar a activar algunos cambios (la reforma judicial, por ejemplo, sigue congelada en Diputados), la Corte sabe que tendrá otro año atravesada por la judicialización. En los despacho de los jueces está el reclamo de coparticipación que hizo Horacio Rodríguez Larreta.

 

*AT