31 octubre, 2022
Las entidades bancarias deberán informar los movimientos de las cuentas y las tarjetas de crédito de los usuarios a partir de un monto mínimo de consumo.
La AFIP controlará los gastos con tarjeta de crédito en noviembre: a partir de qué monto
La tarjeta de crédito es una de las variables que se utiliza para medir el consumo popular. Si bien hasta ahora, con un proceso inflacionario sin freno, el consumo en tarjeta no paraba de subir, en septiembre pegó un giro inesperado: el incremento de su uso fue del 2,6%, muy por debajo de la inflación.
El crecimiento interanual llegó al 64,8%, y en este caso tampoco alcanzó los niveles de la inflación del período arrojando en consecuencia una baja de la cartera en términos reales, según el último informe de First Capital Group.
En este contexto, el Gobierno está intentando dar vuelta una realidad que se le vino encima y para eso lanzó el «Ahora 30», un plan para comprar televisores y electrodomésticos en cuotas fijas.
Sin embargo, el menor consumo no significa que no se utilice: sucede que situaciones como el incremento de los precios de los productos hace que se alcancen muy rápidamente los límites de crédito establecidos, los que no todos los bancos están aumentando, y por eso también se llega más rápido al límite con menos transacciones. Lo relevante es que igual se está consumiendo, y es sobre eso consumo sobre el que está atrás la AFIP.
Los bancos deben informar los movimientos de las cuentas y las tarjetas de crédito de los usuarios a partir de un monto mínimo de consumo.
El último monto que dio a conocer la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), se elevó de $30.000 a $90.000 la cifra mínima para informar las acreditaciones, extracciones, saldos de las cuentas y los depósitos a plazo fijo.
Con estas modificaciones, los bancos podrán agilizar las operaciones y a su vez, recibirán información automática y permanente de las acreditaciones mensuales, extracciones, saldos de las cuentas, los depósitos a plazo y consumos con tarjetas.
Tras el último retoque de las tasas de interés, el costo financiero total para postergar el pago de la tarjeta pasó al 132% anual (77% nominal anual y 111% efectivo anual).
Muy atrás en el tiempo quedó la pandemia en que el costo para refinanciar los consumos con las tarjetas había quedado en el 43% anual (55% de CFT), con una inflación del 36% para aquel año 2020.
Muy distinto a lo que ocurría hace más de una década, cuando fue creado, el sistema del «Ahora 12» ya no significa comprar a 0% de interés.
El costo financiero, tras la última actualización, ya subió al 102% anual, en línea con la inflación de los últimos 12 meses. También con las mejoras salariales. Pero ya no es «gratuito», lógicamente.
Para el «Ahora 24» (24 cuotas), el CFT ya trepa al 116% anual.
En este contexto, los préstamos a empresas cayeron nada menos que 6,6% (en términos reales) entre agosto y septiembre, de acuerdo a la estimación de la consultora LCG en base a los datos oficiales del BCRA.
En el caso de los créditos personales, la baja en un solo mes fue de 3,5%, también en términos reales.
El objetivo de contar con tasas reales positivas (por encima de la inflación) -algo acordado con el Fondo Monetario- se está logrando, pero no caben dudas de que estas medidas redundarán en un inevitable enfriamiento de la actividad económica.