7 julio, 2023
El juicio oral por el ingreso del venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson con una valija con casi u$s800 mil, ocurrido el 4 de agosto de 2007, ingresó en un impasse hasta el 2 de agosto, luego de la feria judicial de invierno. Es el tramo final del debate, que enfilará al comienzo de la etapa de alegatos, luego de rendida toda la prueba testimonial en un cronograma que resultó más aceitado de lo previsto.
Sin embargo, el juicio chocó con un inesperado contratiempo: la Justicia de Venezuela se ha mostrado poco entusiasmada para colaborar con la declaración de dos personajes considerados clave en la reconstrucción de la trama. Se trata de Jorge Pérez Mancebo y de Ruth Behrends Ramírez. Ambos funcionarios de la petrolera estatal venezolana PDVSA, uno de ellos director gerente de la filial argentina y la otra, directiva y pasajera junto a Antonini del vuelo en cuestión donde se decomisó el dinero. Pese a que el fiscal del juicio Marcelo Agüero Vera hizo todas las concesiones posibles para agilizar el trámite de declaración, incluso desistiendo de otros testigos para que se avance con mayores chances de éxito, el Ministerio Público bolivariano comunicó que, tras meses de intercambios, todavía no había podido dar con el paradero de los citados.
La novedad se comunicó en la breve audiencia en la que había una mínima expectativa por la respuesta que el área de Cooperación Internacional de la Procuración General esperaba recoger de sus pares venezolanos. Fechado hace dos días, el Ministerio Público de Venezuela comunicó que “no ha podido dar con el paradero de los testigos” Pérez Mancebo y Behrends. Por eso, el Tribunal Oral en lo Penal Económico N°1 que está llevando adelante el juicio oral, ofreció esa última chance para que se pueda cumplir con el cometido de escucharlos, vía Zoom. La insólita respuesta de la justicia venezolana llega luego de una serie de idas y vueltas donde, presuntamente, habían concertado una comunicación para audiencias anteriores pero que, al demorarse con otros testigos, se les había excedido el límite de conexión por internet. Cuando los habilitaron a ingresar, ya se habían desconectado. Después de ese episodio no hubo novedades ni avances en la coordinación. Al comienzo del juicio –que se realiza en modalidad mixta- aparecieron conectados funcionarios de ese país pero que no habían solicitado acceder como partes ni estaban autorizados como público a ver los testimonios. Fue la primera fricción.
Pérez Mancebo era, al momento de los hechos, director de PDVSA Argentina y destinatario de uno de los llamados que Antonini Wilson hizo aquella madrugada en que fue retenido por personal de Aduana y de la PSA cuando se hizo cargo de la valija que traía casi u$s800 mil en billetes de u$s50, luego de bajar de un vuelo privado contratado por ENARSA, en Aeroparque. Pérez Mancebo negó haber tenido contactos con Antonini pese a que el celular estaba a su nombre pero una empleada de PDVSA aseguró que era el número que tenía asignado el directivo. Ese tema quedó en una nebulosa pese a allanamientos y a declaraciones cruzadas. De acuerdo a su perfil en LinkedIn, Pérez Mancebo está jubilado y su historial en PDVSA cesó en el mismo 2007, cuando estalló el escándalo. Vive en Caracas pero la justicia local no pudo hallarlo aun.
Ruth Behrends –pasajera del vuelo privado que encabezaba el extitular del OCCOVI Claudio Uberti- recién declaró en el expediente en 2011, cuatro años después del episodio también tras un demorado trámite de exhortos ignorados. Su jefa la llamó un día antes para ordenarle que se suba al avión contratado por Argentina porque no había lugar en otros vuelos para asistir junto a la numerosa comitiva que iba a acompañar a Hugo Chávez en el viaje oficial. Coincide con la versión de que en una cena, los venezolanos pidieron transporte a Uberti que tenía plazas libres en el vuelo. Dijo que permaneció pocas horas en el país y se trasladó a Uruguay, y que supo poco del episodio, tanto que salió antes de que las autoridades del aeropuerto frenaran a Antonini para inspeccionar su valija. Agüero Vera concedió privilegiar estos testimonios antes que otros dos que también estaban citados ya que, insólitamente, el Ministerio Público bolivariano aducía como justificación que era difícil organizar que los cuatro estuviesen simultáneamente para declarar de forma seguida.
Ante este escenario, el tribunal espera recibir esos testimonios luego de la feria, recibir las respuestas de los funcionarios que solicitaron responder por escrito un cuestionario, hacer las incorporaciones por lectura de lo que quedó afuera y dirigirse para que a mediados de agosto comience la fiscalía con sus alegatos.
*AF/ G. Morini