17 noviembre, 2020
Jorge Brito es uno de los empresarios nacionales que, además de invertir en el país, dice lo que piensa sin medias tintas, pero también sin agresiones. Esta vez, eligió hablar del llamado aporte extraordinario o impuesto a las grandes fortunas, para señalar que su transformación en ley (este martes tendría la media sanción en Diputados) «creará una rebelión fiscal como nunca se ha visto, posiblemente no se cobre nada o poco, y sólo se mediatizará nuevamente una guerra entre el Gobierno y los empresarios que no llevará a nada, irritará a la gente y nos acercará un paso más al precipicio».
El dueño del Banco Macro desgranó estos conceptos en una entrevista concedida a Infobae. Allí también aclaró que no discute el fondo del asunto -la necesidad del Estado de recaudar, y que paguen los que más tienen-, pero que considera a esta propuesta inadecuada. «Los que más tienen deben ayudar en este momento para paliar los problemas económicos que la pandemia ha agravado», afirmó Brito.
Pero apuntó que «el camino que ha elegido el gobierno es equivocado por por varios conceptos en los cuales se funda la propuesta. Primero, se eligió como manifestación de riqueza el patrimonio de aquellos que tienen más que una determinada cifra de activos. Pero resulta que esto no es por primera vez sino que se hace a menos de 9 meses de haber establecido un aumento en la tasa del impuesto a los bienes personales, que pasó de 0,25% a 1,25% para los bienes en Argentina y al 2,25% para los bienes en el exterior. Este aumento no es por única vez, porque este impuesto se cobra todos los años y se va a seguir cobrando. O sea, ya se impuso un sacrificio adicional en la imposición de este tipo de bienes que lo llevó a una tasa confiscatoria».
Con respecto a los efectos prácticos que el «aporte extraordinario» podría producir, Brito habló de una más que probable rebelión fiscal. También apuntó que «castigar a los emprendedores es castigar a aquellos que tienen que poner esos fondos para la salida de esta tragedia. Si castigamos al que emprende, le estamos quitando los fondos necesarios para iniciar la recuperación y por lo tanto lo empobreceremos o bien se irá del país».
En cuanto a las personas físicas que podrían estar alcanzadas por el impuesto, señaló que no todos tienen facilidades para pagar un impuesto arrancará en los dos millones de pesos. «No estamos pensando en los 100 argentinos más ricos de la lista de Forbes, que por supuesto podrían pagarlo y seguirán teniendo liquidez; sino en los 9.900 argentinos para los que pagarlo tendrá una significación mucho más importante y que son los que desaparecerán con sus medianas empresas o bien se irán del país», dijo Brito.
También advirtió que «el gobierno está errando en la forma de tratar de salir (de la pandemia y la crisis económica), apostando todo a crear más impuestos, Si el Estado quiere tomar dinero de las grandes, medianas y pequeñas fortunas, no debería aplicarse un impuesto tal como está diseñado en este proyecto. Existen varias alternativas, que deberían pasar por algún tipo de empréstito barato para el Estado».
*iP