19 octubre, 2020
Lo manifestó Johana Pino, joven habitante de Gan Gan, madre de un nene de 3 años. Desocupada, vive en una casa prestada y depende de un plan social. «Acá subsistimos», afirmó.
Johana Pino es una habitante de Gan Gan, madre de un nene de 3 años y desocupada. Forma parte del grupo de trabajo «22 de Septiembre», una organización recientemente conformada que nuclea a desocupados y brinda capacitación. Sin alternativas laborales y sin avizorar un futuro posible en la Meseta, pide la llegada de la minería que pueda permitir el progreso de los pueblos del interior.
Actualmente, Johana vive de lo que puede, buscando un empleo estable. Y espera que arriben nuevas alternativas productivas para salir de la realidad que tiene ella y muchas familias de los pueblos del interior.
«Mi familia se compone por mi marido y mi hijo de 3 años. Vivimos en una casa prestada y soy desempleada. Me arreglo con los $3.000 de la Asignación por Hijo y el dinero del IFE. Mi marido trabaja en negro, por lo que no tenemos un ingreso fijo. Vendo cosas para poder sobrevivir porque tenemos que comprar leña para calefaccionarnos y pagar los servicios, que son caros», comenta Pino sobre la crítica realidad social.
Sostiene que el grupo «22 de Septiembre» es una alternativa para lograr empleo si llega la minería. «Somos más de 25 personas que estamos en el grupo. Es una ayuda para todos los que estamos en esta situación, que somos muchos. Además, nos permite capacitarnos ante la posibilidad del arribo de proyectos mineros. Hoy la gente vive de las ayudas sociales: tarjeta social, pensiones», indicó y agregó que la actividad ganadera, tal como ocurre en otros pueblos del interior, se está perdiendo «porque son años muy secos y el clima complica la subsistencia de los animales que se van muriendo».
«Con la llegada de la minería obtendríamos fuente de trabajo, que es lo que no hay en Gan Gan. Creo que en todos los pueblos estamos iguales. Acá subsistimos. Conseguir trabajo es muy difícil. Y si se consigue, es por una plata mínima porque no se pagan sueldos elevados, y el empleo es temporal. Si se abre la minería es una fuente de trabajo y desarrollo para el pueblo también», aseguró.
Respecto a la posibilidad de contaminación minera, Johana señaló: «Existe mucha desinformación. Hay quienes dicen que la minería traerá contaminación, y la contaminación ya existe en todos los lugares. Hay basura por todos lados en las ciudades, y no veo a la gente levantándola. Quienes son ambientalistas utilizan autos, que generan con su combustión contaminación. Está vigente la pesca, el petróleo… muchos hablan por lo que repiten otros, pero no se informan. Si se llegara a abrir la minería con controles ambientales estrictos, no tiene por qué haber contaminación», declaró.
Finalmente, Johana expresó su preocupación por no darle un futuro a su hijo. «Se te pasan muchas cosas en la cabeza. Es muy difícil conseguir trabajo y eso genera que uno no pueda criar a su hijo con posibilidades de desarrollarse, de una mejor manera de la que se crió una. A todos nos desvela eso».
Techo al desarrollo
«Yo invitaría a la gente que se opone a la llegada de nuevas actividades productivas que venga al interior a pasar un invierno con calefacción a leña, sin un sueldo para traer un plato de comida a la casa. Tener que salir con las heladas al campo para buscar leña… muchas veces se opina desde la comodidad de las casas, cuando se tiene todo. La gente que dice ‘No a la Minería’ me gustaría que se acerque a brindar ideas para tener trabajo y los pueblos del interior podamos progresar. Los invito a otorgar soluciones porque acá ya no hay alternativas viables», concluyó.
*DEM