22 junio, 2021
Por Trivia Demir
Solsticio mediante, los plazos electorales ya están encima. Luego de la aprobación de la Cámara Nacional Electoral (CNE) de la ley que modifica el calendario electoral para este 2021, quedan 17 días hábiles (14 de julio) para solicitar reconocimiento de alianzas transitorias y confederaciones para participar en los comicios: las PASO 12 de Septiembre y las Legislativas generales el 14 de noviembre. Con lo que se sobreentiende que los muchachos candidateables ya caminan por las paredes de las postulaciones internas.
Aunque a decir verdad en el sobrevendido mundillo político chubutense, un par de semanas difícilmente pareciera permitir ordenar el universo de aspiraciones en danza, por lo menos con criterios democráticos. Por lo que hay que prepararse para días de campaña enrarecida.
¿De qué pueden hablar los que quieren ser? Los oficialismos, nacional y provinciales evalúan por estas horas que evidentemente la pandemia ya no ‘garpa’ como caballito de batalla, precisamente por tratarse de excepcionalidades. Tanto lo que se hace como lo que no se hace queda encriptado en el imaginario de una excepción no comparativa para gran parte del electorado. Por lo cuál, si un sector pretende ostentar vacunas y el otro discutir inoculaciones y estrategias, lo más probable es que otra vez el enganche de las urnas quede en el aire de los desencantados o votos improvisados.
Para el escenario nacional la cosa está más clara: las perspectivas económicas son a todas luces el tema donde se deberá centrar el discurso electoral. Las bancas que se pondrán en juego hacen en definitiva al rumbo económico y al quórum que desesperadamente el albertismo necesita.
Pero en el caso de Chubut, ¿quién puede decir en ese sentido ‘esta boca es mía’? El oficialismo chusoteano no puede declarar aun como sostendrá los compromisos de pagos y el achique de deuda, mientras que el peronismo provincial no puede ni respirar porque gran parte del descalabro de endeudamiento externo le pertenece, mientras que a los afectos al ‘cambiemos por cambiar’ su pasado de gobierno inmediato los condena al silencio por lo menos dos años más.
Así las cosas, en elecciones de entretiempo que marcarán en gran parte la tendencia a la próxima gobernación, en Chubut más que al para qué la banca (algo que no se esclarece ni antes ni después de las elecciones), el objetivo otra vez será imponer personalismos. Para ese lado ya vienen los amagues en la previa, de hecho.
Como en las más básicas contiendas pueblerinas, las alianzas provinciales otra vez medirán miembros, de los partidos y otros sacados de la galera, por supuesto. Pero básicamente la puja se concentrará en personajes votables no tanto para posicionar sellos sino para allanar el camino al 2023.
Hoy precisamente se volverán a reunir dirigentes del PJ Chubut, quienes y cuantos siempre es una incógnita. Hace un mes la mesa decisoria se realizó en Trelew, con dos veedores de lujo como Cristóbal López y Aidar Bestene. Mucho ya habría quedado cocinado ahí. Después hubo otra cita en Comodoro como para que no se encabriten los crudos, y ahora será el turno alguna negociación más en el Golfo Nuevo. En el fondo se busca evitar una interna. El principal dilema es que le ofrecen a los gremios, donde todos quieren y creen tener con qué: Petroleros, UOCRA, Camioneros, Luz y Fuerza y Mercantiles. Son cinco pero hay un gremio que vale por dos, y otro gremio que juega dividido en el Sur y en el Norte. Y tal como viene la cosa se podría decir que hay paridad, pero también desempate.
La realidad es que -como advirtió un observador fino- el PJ chubutense no ha cambiado absolutamente nada respecto a cuatro años atrás cuando no se pudieron poner de acuerdo en cuanto a fórmulas de unidad. Y nada indica que esta vez sea diferente.
Mientras hay un sector que se arroga el ´lápiz´ nacional para definir nombres, ubicando en un sitio de privilegio hacia el Senado al envalentonado diputado Igón o a Nancy González -que podría repetir merced al buen trabajo realizado en sintonía con el Instituto Patria-, hay quienes empujan el nombre de Florencia Papaiani junto al presidente del PJ Chubut, Carlos Linares.
Sin embargo a la desconfianza natural del mackarthismo le olería a operativo desplazamiento de Florencia a un muy posible triunfo de la Intendencia de Trelew en breve, si no la ‘deportan’ al Congreso.
Mientras que para la diputación pidieron «respetar el acuerdo» con Sergio Massa y que decida el gobernador de la provincia, Mariano Arcioni, quién es un leal aliado del tigrense.
También suena el asesor Presidencial, Julián Leunda (ahijado político de Cristóbal López), quien durante este mes se ha dedicado a recorrer la provincia en visitas oficiales a Comodoro Rivadavia, Dolavon, Trelew y Puerto Madryn, precisamente adonde estuvo ayer con excusas de gestión, y posiblemente hoy sea de la partida de la cumbre peronista.
Todos juegan sus fichas personalísimas. En el caso del vicegobernador Ricardo Sastre, hasta hace unas semanas estaba dispuesto a ir por una banca. ¿El motivo? Sencillo: si se queda como vice, y llega a ser gobernador en 2023, esta gestión se le computa como propia según la CP, por lo cuál tendría sólo cuatro años de juego.
Sin embargo si se va al Congreso pierde vigencia provincial, algo que no le sobra referido al conocimiento que la gente tiene de él en el territorio. Por eso ya habría trascendido que no está convencido de jugar en este turno legislativo, y si lo hace será meramente testimonial.
Como si fuera poco berenjenal el del PJ, por estos días se presentó este viernes oficialmente el «Frente de Mujeres Justicialistas de Chubut» que además acercaron ante la Junta Electoral del PJ a las apoderadas de una lista con intención de participar en las elecciones PASO y las generales legislativas. El Frente de Mujeres reúne a militantes de las localidades de Rawson, Puerto Madryn y Trelew fundamentalmente. ¿Las dejarán? Difícil que el ‘chancho chifle’ recita la muchachada conocedora de como se deciden las listas. Por lo que se podría sumar un frente de conflictos bastante mas complejo que en otras oportunidades, azuzado por la siembra de cupos y proclamas de derechos de género que viene fomentando la izquierda peronista.
En cuanto al reparto de bancas y la perfomance oficial para Diputados, lo que parecía que se decantaría por Federico Massoni cada vez está más empiojado. Los dilemas de gestión, de guita para la tropa y otros protagonismos testosterónicos abrieron aguas con el principal inquilino de Fontana 50 y peligraría esa candidatura. Mientras que mejoraron la ‘pole position’ los ministros Puratich, Grazzini y Antonena. El tema de Arcioni es que es cantado que si juega cualquiera de esos tres ministros para una banca, se nota mucho que serán también testimoniales, como lo fue él alguna vez. Difícilmente estaría en condiciones de reemplazar ni a Puratich, ni Antonena, ni a Massoni del Gabinete sencillamente porque no sobran funcionarios que hayan sobrevivido a la gestión. Por lo que lo que por el juego de descarte, los números podrían favorecer a Grazzini, por ahora.
El ‘cordobés-madrynense’ -como lo define la prensa oficial-, ha sabido tejer vínculos. Hombre entrenado por el exintendente Carlos Eliceche, se dedicó a aceitar relaciones en el sur, con el actual intendente Luque y la gente más allegada al propio Arcioni. El problema de decidir entre Massoni y Grazzini para el escribano es que parecen perfiles diferentes, pero la ‘tanada’ y la imprevisibilidad de lo que harán al final de cuentas, es la misma.
«Mala suerte la de Arcioni con los ministro de Gobierno, un silla que los recibe como aliados y los devuelve como traidores», extremó concepto un experimentadísimo referente del Valle que algo más quiso decir la semana pasada con el comentario.
A la par, el dilema de la oposición es de origen: que hacer con es alianza entre UCR-PRO, además de la sumatoria de otros sellos que le dan cuerpo al sector liberal. Entre los correligionarios hay un sector que abona mayor autonomía mientras la gran mayoría entiende que no son tiempos de separatismos.
En Chubut el próximo 3 de julio habrá Convención y este tema aflorará por acción y omisión desde la virtualidad del encuentro. La UCR necesita definir buenas candidaturas para imponerse en las listas legislativas.
Entre los nombres que suenan figuran Jacqueline Caminoa, los intendentes, Damián Biss, Darío James, Sergio Ongarato, Luis Juncos; los diputados Provinciales María Andrea Aguilera y Manuel Pagliaroni; el diputado Nacional, Gustavo Menna, el exsenador Mario Cimadevilla, y como sumatoria aparece incluso el presidente del Polo Social, Oscar Petersen.
Desde el PRO, el que está dispuesto a jugar todas sus fichas es el actual diputado Ignacio Torres, más allá de que los radicales reclamen que sea su turno. Les guste o no a todo el espectro político territorial, con todas sus mañas y sapiencias, el joven ‘nadie’, con un discurso disperso por momentos pero un poco de disciplina y laburo de posicionamiento, es el que registraría mejor aceptación para el voto. Un dato para la muchachada política de que en algo le están errando.
En fin, como conclusión para el resto de los mortales que miran otro show electoral como si se tratara de un deja vu, la realidad dicta que son los mismos nombres, caras y candidatos que volverán a jugar el juego de la silla, o en este caso, de la banca. Se podría decir que se trata de una programación trillada y libretos poco entusiastas que se está quedando sin espectadores año tras año, de comedia a drama, y viceversa.
Como decía el genial Mark Twain, «Ni la vida, ni la libertad, ni la propiedad de ningún hombre está a salvo cuando el legislativo está reunido”. Habrá que ver…