19 abril, 2022
El próximo aumento de tarifas recalientan la interna de los cuadros económicos, pero también del grueso de los bandos que quedaron a un lado y del otro del albertismo y cristinismo tras el acuerdo con el FMI.
Ahora La secretaría de Energía, con aval de Guzmán, convocó a las audiencias públicas de luz y gas horas después de que Basualdo, el subsecretario de Energía Eléctrica, avisara que las subas comprometidas con el Fondo tendrán un impacto mayor en sectores medios. El detrás de escena y los rumores de cambios. Con esto se desafió el posicionamiento kirchenrista que habla de ‘ajuste’. Una grieta que para muchos es puro acting ya que el FMI terminó poniendo el dinero que requería el país tras el gasto ocasionado alguna vez por el gobierno de Cristina, y su sector lo sabe pero no lo digiere, responsabilizando la ‘solución’ que hoy somete al país, pero omitiendo el problema que generó un gobierno de prebendas y estatizaciones.
Ahora las internas en el Gabinete económico tienen en la cuestión tarifaria otro capítulo de una serie extensa, que amenaza con no terminar en lo inmediato y pone en juego a varias figuras que, por diferentes razones, tienen un importante peso político en el Gobierno.
Luego que la Secretaría de Energía convocara para la segunda semana de mayo a las Audiencias Públicas para aumentar la luz y el gas, justo cuando el martes último el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, elevó al secretario Darío Martínez un informe de análisis de los aumentos que dice, entre otros puntos, que las subas acordadas en el marco del pacto con el Fondo Monetario (FMI) redundarán en aumentos, en el mes de junio, de 65 por ciento para buena parte de los sectores medios, lo que complicaría su aplicación.
La situación expone otra pelea de fondo, similar a la de 2021, entre Basualdo, hombre del riñón de la vicepresidenta Cristina Kirchner, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, confirmado en el cargo por el Presidente Alberto Fernández días atrás. En el medio, el secretario Martínez, que si bien proviene del ala k, saldó la discusión subterránea y epistolar de las tarifas con un laudo a favor de la posición de Guzmán y el Presidente, marcando un posicionamiento que lo inclinó definitivamente.
El dato y la disputa no son menores, por varias razones: la primera, el albertismo y guzmanismo sostienen los aumentos porque son el corazón del acuerdo con el FMI y, como admiten varios en el Gobierno, casi el único objetivo cumplible del pacto. Algo que aseguran, también, fuentes del organismo que comanda Kristalina Georgieva. Pero en paralelo, ese aumento es la garantía que dejó el Gobierno como señal política de una intención de cumplir las metas del acuerdo, cuando el mundo en crisis transformó en letra muerta el resto de los objetivos.
Para el oficialismo, que va haciendo camino al andar, desdramatizar el futuro es esencial, porque lo que se necesita ahora es afianzar la refinanciación que nos dió el FMI y ‘después se vera…’ dicen en voz bajísima los que sueñanan con un perdón masivo a costa de coyuntura internacional o un ‘pagadios’ futuro.
Por eso la nota de Basualdo a Martínez abriendo fuego inmediato a la convocatoria a la Audiencias y, sobre todo, a lo cercano de la primera revisión trimestral de la renegociación de la deuda que contrajo el Gobierno de Mauricio Macri, cayó como una verdadera declaración de guerra conspirativa.
Estos hechos reformulan, en un escenario general de internas mucho más descarnadas, la disputa del año pasado, cuando Guzmán pidió despedir a Basualdo, algo que finalmente no ocurrió. Y por ahora, Basualdo es el único hombre de CFK en áreas decisorias de política económica.
Así las cosas, la interna de la alianza gobernante es probablemente el gran escollo para el reacomodamiento institucional del país, con consecuencias impredecibles, dicen los entendidos.