Canadá y Estados Unidos ya cuentan con cerca del 60% de su población mayor de 12 años con una sola dosis.
Vacunas contra el coronavirus sin utilizar que se acumulan mientras se acerca su vencimiento, la apelación a campañas que regalan cerveza, donas y billetes de lotería para incentivar las inmunizaciones y su uso en menores que no son grupo de riego muestran la peor cara del acaparamiento que realizan los países ricos, mientras el resto del mundo todavía lucha contra los rebrotes de casos y muertes.
El 85% de las casi 2.300 millones de las vacunas administradas a nivel global fueron empleadas en los países de mayores ingresos, de acuerdo a datos de la Universidad de Oxford: mientras Norteamérica y Europa exhiben tasas de 65 y 55 dosis aplicadas cada 100 personas, respectivamente, en África la cifra baja a tres cada 100 personas.
Estados Unidos
Parte de este lote restante de 10 millones iba a vencer a fin de este mes, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), el ente regulador del país, autorizó esta semana una ampliación de la vida útil de tres meses a cuatro meses y medio, y las autoridades ganaron tiempo para buscarles un lugar.
La gran mayoría de las personas que se inmunizaron en Estados Unidos no pudieron elegir qué fármaco darse, pero con el avance de la campaña comenzaron acciones focalizadas, con vacunatorios móviles para inyectarse uno determinado y la incorporación de las cadenas de farmacia permitió una mayor selección ya que no todas ofrecen las tres marcas aprobadas.
En ese marco, la aceptación de la de Johnson & Johnson se redujo drásticamente frente a las de Pfizer/BioNtech y Moderna, después de que las autoridades la suspendieran durante 10 días en abril tras detectarse efectos adversos en un número muy pequeño de casos.
En EEUU, ya se distribuyeron 21 millones de las vacunas monodosis de Johnson & Johnson, pero solamente se inyectaron 11 millones.
Antes de fin de mes el presidente Joe Biden prometió donar unas 80 millones de dosis que incluyen la de la farmacéutica Johnson & Johnson, además de otro paquete de 500 millones de dosis exclusivamente de Pfizer que será distribuido a 92 países de bajos ingresos a partir de agosto y durante el próximo año.
En paralelo, hay unas 60 millones de dosis de AstraZeneca que Estados Unidos tiene en su territorio sin utilizar y que la Casa Blanca informó que recién donará una vez que sean aprobadas por su ente regulatorio, a pesar de que ese fármaco ya fue autorizado por varios países que hoy los necesitan con urgencia.
Hay unas 60 millones de dosis de AstraZeneca que Estados Unidos tiene en su territorio sin utilizar.
Canadá
«Canadá es uno de los países ricos que mayor cantidad de vacunas reservó, al menos 10 dosis por habitante, y, por lo tanto, uno de los que más contribuye a la inequidad respecto a los países en desarrollo», indicó a Télam Sangeeta Shashikant, asesora legal de Third World Network, una ONG internacional dedicada a la investigación y promoción de derechos civiles.
La activista fue la firmante de una carta respaldada por más de 210 organizaciones humanitarias y dirigida al primer ministro Justin Trudeau en la que se denunció la «alarmante» disparidad en el acceso a vacunas entre los países ricos y el resto del planeta.
Tanto Canadá como Estados Unidos ya cuentan con cerca del 60% de su población mayor de 12 años con una sola dosis.
Joe Biden prometió donar 500 millones de vacunas contra el coronavirus durante el próximo año.
Incentivos atípicos
El estado de Nueva Jersey ofrece una cerveza gratis a todo mayor de 21 años que se vacune, el de Maryland da 100 dólares a sus empleados estatales y otros tantos como California, Ohio y Virginia Occidental otorgan números para un sorteo en el que los que reciban la inyección contra el coronavirus podrán ganarse premios en efectivo, autos y hasta rifles.
Varias empresas también se sumaron a la cruzada, impulsadas más por el marketing que por una política sanitaria, y hay cadenas de comida rápida que regalan donas o hamburguesas para persuadir a quienes todavía dudan de los fármacos.
Otro hecho que expone el acaparamiento de vacunas y la desigualdad en su acceso es la población a la que ya se está inmunizando.
Varias empresas también se sumaron a la cruzada, impulsadas más por el marketing que por una política sanitaria.
Vacunación en adolescentes
«Entiendo que algunos países quieren vacunar a sus niños y adolescentes, pero los insto a reconsiderarlo», pidió el mes pasado el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, al destacar que los menores son muy poco propensos a caer enfermos a causa de la Covid-19, y a contagiarlo.
Sin consenso en las negociaciones para liberar temporalmente las patentes de los tratamientos contra el coronavirus que tiene lugar en la Organización Mundial del Comercio (OMC), los países más industrializados eligieron donar las vacunas que les sobran como camino para reducir la brecha.
Esto quedó claro en las últimas reuniones multilaterales y se evidenció nuevamente en la cumbre del G7 que se desarrolla en Inglaterra, con la promesa de los líderes de distribuir mil millones de dosis.