6 junio, 2023
«Confiamos en que la ciudadanía descubra quien es el difamador, el mentiroso, quien es el periodista corrupto que recibe plata para decir lo que dice», apuntó el jefe de Estado. Fue en el marco de la presentación de una ‘Mesa Nacional de Integridad y Transparencia’
El presidente Alberto Fernández afirmó el día previo a festejarse el Día del periodista en la Argentina que «hay un abuso desmedido de la libertad de prensa (sic)», y denunció la existencia de «periodistas corruptos» que «reciben plata para decir lo que dicen».
En otra de las acostumbradas peroratas presidenciales rayana en la sobremesa, el titular del Ejecutivo Nacional desplegó su teoría de ‘los dos demonios’ en versión ‘rosada’ contra aquellos periodistas que supuestamente ‘pagados’ (por otros), no hablan bien de lo que oficialmente se considera que debiera hacerse.
«Siempre digo que en toda la democracia no hubo la libertad de prensa que existe hoy en Argentina. Hasta hay un abuso desmedido de la libertad de prensa, se miente, se difama, se injuria, pero nosotros no reaccionamos», enfatizó Fernández en el marco de la presentación de Mesa Nacional de Integridad y Transparencia. Casi desconociendo sus propias palabras en otras de las reflexiones para el laboratorio mediático como la de los barcos, el huevo, la gallina, la selva, los monos y los brasileños.
Durante el acto que se realizó en Casa Rosada, , en la previa del Día del Periodista, el jefe de Estado apuntó contra ‘el otro’: «Confiamos en que la ciudadanía descubra quien es el difamador, el mentiroso, quien es el periodista corrupto que recibe plata para decir lo que dice».
En ese marco, el mandatario planteó la posibilidad de que «alguna vez esos periodistas muestren sus bienes» para que «expliquen cómo siendo locutores de esos programas tienen semejantes departamentos».
Alberto Fernández emitió duros conceptos hacia el periodismo en la presentación de Mesa Nacional de Integridad y Transparencia
«Tengo la tranquilidad de nunca perseguir a un periodista, nunca llamé a un diario para decir bajen una nota o pongan una nota, nunca. Así me va, pero me voy a descansar en paz», destacó Fernández con un insistente giro de finitud se supone que política.
Además, el Presidente le pidió a los auditores presentes que supervisen las conductas en los organismo del Estado y que, de detectar alguna irregularidad, las denuncien en la Sindicatura General de la Nación (Sigen) y la Oficina Anticorrupción para que «los que se sientan tentados a corromperse se vean impedidos a hacerlo».
«Si ven algo indebido, necesitamos que lo digan. No sean cómplices de los que delinquen (sic). No hagan silencio. No van a poder ‘descansar en paz antes de morirse’ (sic)», sentenció en otra rara expresión de anticipación de limbo.
Las expresiones no fueron las más oportunas para el ánimo mediático, no sólo porque ese tipo de generalizaciones lo único que originan es más de lo que no se quiere, sino además por la situación decadente que sobrelleva la gestión, el nivel de judicialización que afrontan gran parte de sus principales referentes, y el camino plagado de espinas de un año electoral con resultado absolutamente abierto.
Todo esto sumado a que apunta a un sector sobreinformado y sin hacer alusión alguna por supuesto a los montos que gasta el Gobierno en fidelización de medios, que de ninguna manera hay que pensar que aporta a corromper ni silenciar a nadie, sino a ‘contrarrestar’ aquellas voces mediáticas que no funcionan como se pretende, o sea..
Agustín Rossi, posible candidato del oficialismo escucha absorto los dichos presidenciales
Cuando faltan menos de seis meses para el final del mandato presidencial de Alberto Fernández, el Presidente se encargó de eliminar exigencias legales para quienes reciben publicidad oficial, amplió la discrecionalidad en el reparto y excluyó a las empresas estatales de la obligación de informar el gasto, entre otras modificaciones.
Fue a partir de la Resolución 9090/2023 de la Secretaría de Medios y Comunicación -publicada el 10 de marzo de este año- donde modificó la redacción de ocho artículos clave de la resolución 247/2016 y con ello dió por tierra derechos de transparencia necesaria.
Tras varios fallos de la Corte Suprema a partir de 2011, que condenaron al Estado por discriminar en el reparto de la publicidad a medios por su línea editorial, y ante la falta de una ley del Congreso, la resolución de 2016 había sido un intento de establecer reglas objetivas. Bueno, Alberto se encargó de desandar ese camino ‘ordenador’, para volver al barro que mejor maneja el populismo, dando lugar a un entramado de medios afines, y terminar demonizando a los que no lo son.
Para dar una idea el Gobierno nacional gasta más mil millones mensuales para hacer circular el discurso oficial, con magros resultados por cierto.
Y para entender la contradicción de Alberto, al que más defenestra es al que más le paga. De hecho,
el Grupo Clarín recibió $ 1 de cada $ 8 invertidos por el Gobierno nacional, y dominó el ranking de guita pública al acceder al 12,5% del total de la pauta con más de $ 1.000 millones.
Eso casi duplica a sus inmediatos seguidores: el Grupo Indalo (de Cristóbal López y cia) se ubica segundo (igual que en los períodos anteriores de la gestión de Alberto Fernández) con casi $ 600 millones. Y, como dato destacado, por primera vez el Grupo Octubre (Víctor Santamaría Página/12) se sube al podio, con casi $ 490 millones. Eso lo ubica por encima del Grupo América, La Nación, Viacom, Olmos y los gigantes digitales Meta y Google.
A nivel nacional, el propio Gobierno Nacional publica cuanto puso y a que medios en cada rincón del país (Ver Informe 2022 de la Secretaría de Medios), donde se puede apreciar montos y empresas de cada provincia que han recibido importantesy constantes aportes oficiales.
Como rasgo poco democratizante del populismo se destaca además que en más de 3 años de gestión del gobierno de Fernández, es notable el magro porcentaje de pauta publicitaria colocada en medios sin fines de lucro, en especial en radios y canales de televisión comunitarios y alternativos.
Todo pese a que principio de su mandato pregonaba precismanete lo contrario: “No habrá pauta del Estado para financiar programas individuales de periodistas, solo se destinará a instituciones periodísticas. Porque en la relación con los periodistas más que nunca tiene sentido aquella frase que dice que las cuentas claras conservan la amistad y el respeto”, decía el Presidente en su discurso de asunción. Un lindo detalle para quienes conservamos el archivo.
En fin, por todo esto muchos comunicadores se quedaron pensando ayer sobre el inoportuno y poco acertado embate, pero terminaron casi convencidos que en el fondo, el señor Presidente quiso decir Felíz Día del Periodista! pero le salió otra vez enrevesado
