30 octubre, 2021
Metales pesados como el mercurio, plomo, cadmio, aluminio, arsénico o estaño están presentes en los alimentos.
Limpiar el organismo de metales pesados como el mercurio, plomo, cadmio, aluminio, arsénico o estaño, presentes hoy en día en casi todo cuanto ingerimos o consumimos, y que se acumulan principalmente en hígado, riñones, sistema nervioso y sistema óseo, es algo necesario para tener un perfecto estado de salud. Estamos expuestos a estos metales pesados al consumir vísceras de animales, pescados, comidas y bebidas enlatadas y tratadas con aditivos; frutas, vegetales y cereales que contengan ciertos pesticidas, agua del grifo proveniente de tuberías de plomo, o tratada con arsénico, e incluso si aún tenemos viejas amalgamas dentales de mercurio, o si todavía fumamos –el tabaco contiene cadmio que se acumula en hígado y riñones.
Para eliminarlos, hablaremos hoy de la clorofila, y también del selenio y del glutatión. Conviene saber que cuanto más mercurio almacene nuestro organismo, menos podrá actuar el selenio, necesario para que nuestro organismo produzca glutatión, un gran antioxidante anti-envejecimiento y anti-radicales libres, que estimula la desintoxicación natural del cuerpo de metales pesados.
El selenio, “el mineral anti-cáncer”, es un antioxidante que protege nuestro corazón y fortalece nuestro sistema inmunológico; regula la respuesta inmunitaria, reduce inflamaciones y destruye radicales libres responsables del daño oxidativo en nuestras células. Necesitamos unos 200-400 microgramos de selenio al día junto con vitamina E, esencial para la absorción de selenio. Las nueces de Brasil, las semillas de calabaza y de girasol, la levadura de cerveza y el germen de trigo aportan ambos nutrientes; y también algas como la espirulina y la chlorella, y hierbas como el perejil y el cilantro, todas ellas ricas además en clorofila, fundamental para eliminar metales pesados.
La clorofila es uno de los mejores antioxidantes para luchar contra enfermedades degenerativas y retrasar el envejecimiento celular. Favorece un organismo fuerte, joven y enérgico, y estimula la producción de glóbulos rojos en la medula ósea. Nos aporta vitaminas A, C y B, y hierro, fósforo, potasio, sodio, azufre, cobalto, zinc y magnesio, su átomo central. Fundamental para la oxigenación y la desintoxicación, para el sistema inmunológico, para el cardiovascular y para el hígado. Equilibra nuestros niveles de glucosa en sangre, reduce colesterol y triglicéridos, y elimina toxinas y metales pesados, purificando nuestra sangre y limpiando colon, pulmón, hígado, riñones y todo el sistema linfático. Recordamos que la clorofila se pierde en la cocción, y por tanto conviene tomar vegetales crudos, en licuados, batidos y ensaladas.
Es uno de los alimentos más ricos en clorofila, y muy nutritiva ya que nos aporta proteínas, aminoácidos, fitonutrientes, ácidos grasos y minerales como el magnesio para nuestro sistema nervioso y nuestro cerebro. Elimina contaminantes y toxinas del cuerpo, pesticidas y metales pesados, e incrementa nuestros niveles de glutation, que, recordamos, es nuestro gran antioxidante, que promoverá la desintoxicación natural de nuestro organismo y la eliminación de metales pesados.
Declarada por la ONU alimento del milenio, es uno de los alimentos más ricos en nutrientes. Tiene una concentración de proteínas del 70%, contiene 18 aminoácidos, entre ellos triptófano, y nos llena de hierro, calcio, fósforo, magnesio y selenio, y vitamina E. Nos aporta fibra y energía, alcaliniza nuestro organismo, regenera la flora intestinal y refuerza nuestras defensas fortaleciendo nuestro sistema inmunológico. Nos ayuda a luchar contra el envejecimiento celular, a depurarnos y a quemar grasa; también a reducir el colesterol y a protegernos de enfermedades cardiovasculares. No puede faltar en las dietas de deportistas, para la salud ósea o contra la fatiga muscular, en periodos de convalecencia, o si sufres de anemia ferropénica, pero debe ser tomada con moderación en casos de problemas renales y no debes tomarla si estás embarazada o en periodo de lactancia, ni si sufres alguna enfermedad autoinmune, hipertiroidismo o hipertensión.
Tanto la espirulina como la chlorella, conviene comenzar a consumir poco a poco, un gramo al día, y aumentar la dosis hasta 5 gramos diarios, y descansar, es decir, tomarla durante 3 meses y descansar otros 3 antes de repetir.
Además de ayudarnos a eliminar metales pesados, destacamos su contenido en miristicina, un compuesto que inhibe la formación de tumores especialmente de pulmón, y neutraliza carcinógenos como el benzopireno del humo del tabaco. Nos aporta antioxidantes y flavonoides anti-radicales libres, y mucha vitamina C –más que ningún otro vegetal- y vitamina A, hierro y manganeso. Mejorará la salud de nuestros dientes y de nuestra vista, así como de nuestras vías respiratorias. Es diurético, digestivo y carminativo; una simple infusión de perejil relajará nuestro sistema digestivo y también nuestros músculos, y ayudará a bajar la fiebre, a mitigar migrañas y a combatir la anemia ferropénica. No se recomienda consumir durante la lactancia porque detiene la producción de leche.
Poderosa hierba desintoxicante que, en tan solo mes y medio, nos ayuda a librarnos del 80% de los metales pesados acumulados en nuestro organismo. Destaca como diurético, antiespasmódico, carminativo, antiinflamatorio y expectorante; nos ayudará a limpiar hígado, riñón, pulmón e incluso sistema nervioso; a calmar nuestro aparato digestivo, a aliviar reúma y artritis; a eliminar mucosidades y a tratar resfriados y sinusitis con tan solo tomar una taza diaria de cilantro en infusión. Es antiséptico, antibiótico y antibacteriano, que curará heridas y evitará infecciones. Es además un sedante con el que combatiremos el insomnio y la ansiedad; de hecho está presente en muchos medicamentos ansiolíticos.
Terminamos con unas recetas de zumos y licuados verdes que convienen tomar en ayunas. Podemos tomar un zumo de remolacha, otro excelente alimento contra metales pesados; o licuar piña, manzana, limón, pepino, apio y espinacas, y añadir una de estas cuatro maravillas de la naturaleza; la que tú elijas. Otra receta medicinal consiste en guardar en el frigorífico la siguiente mezcla, y tomar dos cucharadas diarias durante 3 semanas: batimos cilantro y un poco de perejil con aceite de lino; cuando esté bien mezclado, añadimos ajo, nueces, limón y miso, y volvemos a batir. Podemos tomarla simplemente en una tostada, o como aderezo de nuestras ensaladas habituales.