Ya hay dos emprendimientos en operación en Jujuy y otros tres en fases previas; las empresas dicen que el conflicto no afectará a las inversión en el sector.
La provincia de Jujuy es una de las más relevantes del país para los inversores interesados en el litio, el mineral que más interés generó en el último tiempo debido al rol que puede llegar a tener en las políticas de transición energética. Por ello, si bien en un primer momento se pensó que las reformas en la Constitución Provincial buscaban atraer más inversiones en ese sector, en el gobierno de Jujuy rechazaron esta visión. “Lejos de generar flexibilidades para el sector minero, se le está dando rango constitucional a la relación de la minería con las comunidades originarias”, dijeron.
En la Argentina hay tres plantas de litio en funcionamiento, de las cuales dos están ubicadas en Jujuy. Una es Salar de Olaroz, de la empresa Sales de Jujuy, cuyo principal accionista es la empresa australiana Allkem en sociedad con la compañía provincial Minería Sociedad del Estado (Jemse). El otro proyecto en Jujuy, que entró en operación hace apenas tres semanas, es Cauchari-Olaroz, de la minera Exar, una compañía argentina cuyos accionistas son la canadiense Lithium Americas Corp (LAC) y la china Ganfeng Lithium.
Salar de Olaroz, Jujuy
El tercer proyecto de litio en el país, por fuera de Jujuy, es el Salar del Hombre Muerto, de la empresa estadounidense Livent, en Catamarca. Entre Jujuy, Catamarca y Salta, la Argentina tiene, además de los tres proyectos en operación, seis en construcción, ocho en estudios de factibilidad y 15 en estado de exploración, según datos de la cámara del sector.
“La reforma de la constitución no afectaría gravemente la actividad minera en general. Me parece que la idea de la provincia de actualizar algunos puntos que habían quedado anticuados, dándole más promoción a políticas en contra del cambio climático, no afectará las inversiones en el sector”, dijeron en reserva en una de las empresas mineras.
“Nosotros mantenemos la actividad como lo veníamos haciendo, tomando algunos recaudos para custodiar a nuestro personal para que no haya inconvenientes. Algunos quieren posicionar que los conflictos en Jujuy tienen un problema con raíz en la minería y para nada. La mayor parte de las comunidades son muy receptivas a la minería, tenemos excelente diálogo con las comunidades influyentes, pero en estos reclamos que surgieron se mezcló todo”, aseguraron.
Comunidades originarias de Jujuy reclaman por las reformas a la Constitución y la avanzada minera. Las empresas lo niegan
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, fue uno de los que buscó relacionar las manifestaciones con la actividad minera en la provincia. “Hay que advertir que la crisis de Jujuy tiene una cuestión de fondo que dominará la agenda de los próximos años. Se trata de la entrega del litio a potencias extranjeras”, dijo ayer en Twitter.
“¿El litio como materia prima donde la Argentina participa en un 3% de regalías o el litio como componente de una cadena de valor agregado para la transición energética que precisa la Argentina y el mundo? El litio es un recurso estratégico para el desarrollo y la transición justa. El litio de Jujuy no es de Gerardo Morales, es del pueblo jujeño”, agregó en la red social.
La Argentina es el cuarto productor de litio a nivel mundial, luego de Australia, Chile y China. Además, es el segundo en recursos (concentración de un material de interés económico), solo superado por Bolivia. Sin embargo, en materia de reservas (que son los recursos con viabilidad económica de explotación), se posiciona como el tercer país, por detrás de Chile y Australia.
“Un proyecto demanda entre dos a tres años en ser construido. Una vez en producción, demanda tres años en alcanzar la plena capacidad. Desde la fase de factibilidad o exploración avanzada hasta la puesta en producción puede llevar entre tres y seis años. Menos del 1% de los proyectos en exploración inicial/prospección llega a la fase productiva”, dicen en la Cámara Argentina de empresarios mineros (CAEM).
Actualmente, el país exporta 40.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE), donde los principales destinos son China, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y la Unión Europea, según la CAEM.
En 2022, las exportaciones de litio alcanzaron los US$696 millones, lo que implicó un crecimiento del 234% interanual (en 2021 fueron US$208 millones) y representaron el 18% de las exportaciones mineras totales, según informó la Secretaría de Minería, que conduce Fernanda Ávila.
En la cámara minera proyectan que la industria argentina tendrá un rol fundamental en los procesos de disminución de emisiones de carbono a partir de su aporte en litio y cobre. “A medida que los países intensifican sus ambiciones climáticas, las tecnologías de energía limpia se convertirán en el segmento de demanda de más rápido crecimiento para la mayoría de los minerales. Asia es el principal centro de consumo, representando el 69% del litio a nivel agregado, y más del 90%, si solo se considera lo usado para la fabricación de baterías”, dijeron en la CAEM.
Ayer, la cámara publicó un comunicado en el cual “expresa su preocupación y profundo repudio” a los actos de violencia en Jujuy. “Como representantes de la industria minera, reconocemos la importancia de la convivencia pacífica y el respeto mutuo como fundamentos esenciales para el progreso sostenible. Rechazamos, por tanto, los hechos de violencia y los atentados contra la libre circulación de los ciudadanos. Y expresamos nuestra solidaridad en especial a los trabajadores mineros que se han visto imposibilitados de retornar a sus hogares. El diálogo abierto y honesto es la piedra angular de una sociedad democrática y plural, y la herramienta principal para superar las diferencias y avanzar hacia un futuro más próspero“, dijeron en la CAEM.