23 julio, 2023
Los análisis recientes realizados por AESAN y citados por Ecologistas en Acción revelan que se ha encontrado una gran cantidad de residuos de plaguicidas en los alimentos. En concreto, el 40% de las muestras analizadas contenían uno o varios residuos de los 123 plaguicidas detectados, lo cual representa un aumento del 5% en comparación con el año anterior.
Durante el año 2020, se registró un alarmante incremento del 44% en la cantidad de ocasiones en las que los plaguicidas sobrepasaron los límites legales establecidos. Para salvaguardar tu salud y la de tus seres queridos, una opción segura es optar por consumir alimentos “bio” o ecológicos. El viernes pasado, en Madrid, se presentó el manifiesto “La Plaga de los Plaguicidas”, al cual se ha unido Vida Sana.
Según Ecologistas en Acción, los resultados presentados solo reflejan una pequeña parte de la realidad debido a que el número de muestras analizadas, que fue de 1.904, fue muy bajo. En comparación, AESAN apenas analizó 4 muestras por cada 100.000 habitantes, mientras que la media en la Unión Europea es 4,5 veces mayor.
La organización ecologista ha lanzado una advertencia alarmante sobre la presencia de hasta 46 plaguicidas no autorizados por la Unión Europea en los alimentos. Esta situación es motivo de preocupación, ya que estos productos químicos pueden representar un riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
Además, es preocupante que se hayan encontrado 17 pesticidas en la lista de “candidatos a la sustitución”, ya que son sustancias extremadamente peligrosas. En Europa, se exige reemplazarlas por alternativas más seguras.
En los análisis realizados por AESAN se encontraron residuos de 66 plaguicidas que tienen la capacidad de alterar el sistema hormonal, conocidos como disruptores endocrinos. Estos compuestos pueden ser perjudiciales para la salud y para el medio ambiente, incluso en cantidades muy pequeñas.
El análisis de las muestras reveló que las frutas y verduras presentaban la mayor cantidad de residuos de plaguicidas. En concreto, se encontraron 121 tipos diferentes de plaguicidas, de los cuales 65 eran disruptores endocrinos. Estos residuos estaban presentes en el 43% de las muestras analizadas.
En un estudio reciente, se descubrió que las uvas de mesa son los alimentos con mayor cantidad de plaguicidas, encontrándose hasta 51 sustancias diferentes en ellas, incluyendo 28 disruptores endocrinos. Por otro lado, los pimientos dulces también se destacan en esta lista, con la presencia de 32 sustancias (18 disruptores endocrinos).
En cuanto a las muestras de alimentos de origen animal analizadas, se encontró que el 3,39% contenían residuos de plaguicidas.
La organización ecologista Ecologistas en Acción ha alertado sobre la persistente contaminación por plaguicidas en frutas y verduras, año tras año. Según Kistiñe García, portavoz de la organización, lavar o pelar los alimentos no elimina el riesgo para la población.
Resulta imprescindible que el Gobierno español tome acciones concretas para cumplir el objetivo propuesto por el Reglamento Europeo de Uso Sostenible de Plaguicidas, el cual busca reducir en un 50% el uso de estos productos para el año 2030.
Para promover un sector agrícola más sostenible, es necesario proporcionar ayudas y apoyos que fomenten el aprendizaje de nuevas formas de cultivo de alimentos, evitando el uso obsoleto de productos tóxicos.
Koldo Hernández, quien también se desempeña como portavoz de Ecologistas en Acción, hizo hincapié en la importancia de que el Gobierno investigue por qué más de un tercio de los plaguicidas detectados no cuentan con autorización.
Además, resaltó la necesidad de sustituir los plaguicidas más peligrosos que están permitidos en la lista de candidatos por alternativas más sostenibles. AESAN, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, debe trabajar en mejorar su análisis para proporcionar información más representativa. Esto implica aumentar el número de muestras utilizadas y proporcionar datos sobre los plaguicidas que se utilizan realmente en los campos agrícolas, como el glifosato.
Recientemente Ecologistas en Acción (EEA), la Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología (SEAE), SEO/BirdLife y WWF convocaron a los medios de comunicación para presentar el manifiesto “La Plaga de los Plaguicidas”. Vida Sana ha decidido unirse al manifiesto junto con otras entidades.
Este manifiesto presenta diez propuestas de acciones políticas concretas y alcanzables que ayudarían a disminuir la carga tóxica de los plaguicidas sintéticos. Este tema es de gran importancia debido a dos razones fundamentales: la actual revisión de la Directiva Europea sobre el Uso Sostenible de Plaguicidas y la presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Ambos eventos tienen un impacto significativo en las políticas y regulaciones relacionadas con el uso y control de plaguicidas en Europa.
El informe “La Plaga de los Plaguicidas” ha sido compartido con varios partidos políticos, quienes han sido invitados a participar en este evento. Asimismo, otras entidades e instituciones también han mostrado su apoyo al manifiesto, tal y como lo ha hecho Vida Sana y otras organizaciones.
En concreto, solicitamos:
1. Es fundamental establecer metas claras y medibles para reducir tanto cuantitativa como cualitativamente el uso de plaguicidas y su carga tóxica. Esto ayudará a promover prácticas agrícolas más sostenibles y proteger el medio ambiente y la salud humana.
Para el año 2030, se espera que se cumpla el objetivo establecido en el Plan de Acción para el Uso Sostenible de los Plaguicidas (PVE) de reducir en un 50% el uso y riesgo de plaguicidas sintéticos. Si se quiere lograr esto, es necesario comenzar por prohibir inmediatamente aquellos plaguicidas considerados más peligrosos, tal como se especifica en la lista elaborada por Pesticide Action Network.
Para el año 2050, se espera una reducción del 100% en el uso de sustancias o prácticas que representen un riesgo muy grave para la salud humana y para controlar plagas cuarentenarias.
2. Para abordar eficazmente los problemas de contaminación y salud en áreas altamente afectadas, como el Mar Menor, es necesario comenzar de inmediato a implementar medidas de reducción. Estas medidas deben estar dirigidas específicamente a mitigar el impacto ambiental y proteger la salud humana.
3. Es fundamental establecer un sistema público de asesoramiento, formación y acompañamiento para las personas que se dedican a la agricultura, ganadería y silvicultura. Este sistema debe brindar apoyo durante la transición hacia una agricultura ecológica justa, proporcionando orientación en la reducción efectiva del uso y riesgo de los plaguicidas. Una estrategia complementaria para este sistema sería establecer una red de fincas piloto ecológicas. Estas fincas servirían como centros de investigación y transferencia de conocimientos en cuanto a la prevención y control de plagas y enfermedades, utilizando los principios de la agroecología.
4. Es importante llevar a cabo campañas regulares de información dirigidas a la población en general y, especialmente, a aquellos que utilizan plaguicidas. Estas campañas deben destacar los riesgos para el medio ambiente y la salud humana que implica su uso, al mismo tiempo que se informa sobre las alternativas disponibles.
El manifiesto sobre los plaguicidas, que incluye diez puntos, concluye
«Desde las organizaciones de la sociedad civil que suscriben este documento, queremos hacer un llamado a las autoridades españolas competentes en temas relacionados con plaguicidas, medio ambiente, agricultura, educación, consumo y salud pública. Les instamos a considerar y trabajar en las propuestas presentadas en este decálogo. El futuro Reglamento de Uso Sostenible de Plaguicidas también puede beneficiarse de su uso para mejorar».