11 febrero, 2023
Lo detectó un estudio que se realizó hace poco. Es una erosión química, que producen las aguas negras pero también el agua dulce que escurre hacia el barranco y que ‘disuelve’ la barda de arenisca por dentro. ¿Qué pasará si esto no se controla y que sucede en otras localidades muy urbanizadas con similitudes de suelos y costas de Chubut, como Puerto Madryn, Rada Tilly, Playa Unión o Magagna.
Ante el ingreso de aguas residuales (dulces o de cloacas) la roca se acidifica, y el carbonato se disuelve. Esos depósitos calcáreos se juntan afuera, y forman racimos blancos que cubren la piedra, que se llaman ‘espeleotemas’. Esto le da menor resistencia a toda la estructura, porque lo que queda en pie permanece “poco cementado”, compuesto por materiales sueltos, con poca compactación.
La advertencia de los expertos es grave. Afirman que “de continuar las condiciones actuales, la formación rocosa, tanto en superficie como subterráneamente, se irá desintegrando, perdiendo resistencia mecánica y afectando la estabilidad de los acantilados”.
La investigación científica realizada sobre los acantilados hizo que los expertos volvieran a alertar sobre un punto que ya habían hecho público en 2017.
“Las filtraciones en el barranco tienen una importante carga bacteriana de origen fecal. Y esto surge a partir de la toma de muestras tanto del agua que filtra de ellos como de la que está a sus pies, en la playa. Eso evidencia la descarga de contaminantes en la costa” indicó ahora la evaluación.
Además, remarcaron que, aunque hasta ahora no se encontraron cavernas provocadas por la erosión química del barranco, sí fueron detectadas fisuras que pertenecen a la red que va conformando ese proceso. Esas grietas se unen entre sí volviéndose cada vez más grandes y anchas. Eso permite que mayor cantidad de líquido ingrese y circule por el interior de la roca. Luego, la piedra se desintegra.
Seguir sumándole carga al acantilado pese a que los científicos aconsejan lo contrario es perjudicial. Tanto para los que poseen construcciones al borde del murallón como para la estructura natural. Es que los procesos erosivos se potencian. El peso agrieta o abre aún más las fisuras, por las que luego se colará el agua de escorrentía, acelerando la disolución química. Y la inestabilidad de la piedra hará que las construcciones se asienten mal y se agrieten, potenciando derrumbes.
Al proceso de erosión química que experimentan algunas rocas solubles como las que componen el acantilado de Las Grutas se lo llama karstificación.
¿Qué aconsejan los expertos para frenarlo? Lo esencial es bajar la carga de agua que llega al acantilado, sobre todo aquella que proviene de las cloacas.
“El vertido cloacal al subsuelo provoca esto, además de serios problemas de contaminación en las playas del balneario” subrayó el estudio realizado.
La erosión química y mecánica degradan el barranco
Para pararlo hay que garantizar que los frentistas que habiten zonas en las que existen cloacas, estén conectados. Y para ello se requiere intervención decisiva de las autoridades públicas. Además, fiscalizar la anulación de los pozos ciegos (si no se anulan seguirán activos, aunque existan conexiones). También es básico ampliar la red y realizar un manejo estatal adecuado de estos desechos.
“Otras fuentes de recarga son las infiltraciones de las piletas de decantación de la planta depuradora de residuos cloacales (que no están impermeabilizadas), las de la laguna tajamar, los desbordes continuos durante la época estival por colapso de la planta de tratamiento, las fugas en las redes de abastecimiento y la recarga por inundaciones subterráneas en edificios por ascenso del nivel freático” enumeró el escrito.
Por lo pronto, Los derrumbes siguen, pero los turistas acampan contra el barranco. Los derrumbes de grandes bloques de barranco siguen registrándose en Las Grutas. El último fue días atrás, en la bajada llamada, justamente, de “Los acantilados”.
Para evitar accidentes se alerta a los turistas sobre los riesgos de acampar o permanecer pegados a la piedra. Pero muchos desoyen las advertencias, exponiéndose a protagonizar accidentes.
Además piden algo urgente, que es seguir profundizando los estudios sobre el tema y no desmerecer lo que va sucediendo. ¿Por qué? Porque en otros lugares con una composición rocosa como la de Las Grutas o en otras localidades costeras patagónicas muy pobladas en los que un análisis determinó el mismo grado de afectación, años después ocurrieron terribles hundimientos.
¿Dónde? Por caso en Taipei (China), Londres (Inglaterra), Ciudad de México, Tokio (Japón), Debrecen (Hungría), España y Santa Clara Valley (California, EE. UU).
“Es urgente avanzar en estas investigaciones para conocer el valor y la tasa de las probables subsidencias (hundimientos), y relacionar esos resultados con las fracturas en la superficie del suelo. Este problema se da en tantos lugares que es considerado global, y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lo puso primero en su lista cuándo lanzó un programa de investigación sobre la problemática del agua” alertó el informe que dieron a conocer los profesionales.
Ese estudio fue realizado en 2021 por el geólogo Renzo Bonuccelli, la bióloga Maite Narvarte y el docente e investigador Juan Francisco Saad, todos ellos pertenecientes a la escuela superior de ciencias marinas de la Universidad Nacional del Comahue (Unco).
Un fenómeno que no es exclusivo de Las Grutas y que de hecho presenta antecedentes en otras localidades costeras. Hay antecedentes de problemas que impulsaron exahustivos análisis sobre las costas chubutenses. Uno de los informes a destacar es la Carta de Peligrosidad Geológica- Puerto Madryn, de autoría de los investigadores Gustavo Julio Ichazo, Marta Jones, Emilio F. González Díaz, y Pilar Alvarez publicado en el Boletín 372/2009 del CENPAT (Ver Carta de Peligrosidad Geológica Puerto Madryn) de gran valor informativo.
En el caso de Madryn, la composición de zonas de acantilados cercana a la urbe como Punta Cuevas, las Bardas y otros sectores similares son sensibles a fenómenos similares de no preverse a futuro el impacto que pudieran tener los escurrimientos de agua dulce o filtraciones. Afortunadamente en cuanto a la ciudad, la Cota 130 y el tratamiento de efluentes planificado hace más de 30 años permitieron una correcta gestión de vertidos. Sin embargo con el crecimiento exponencial de la ciudad se hacen imprescindibles nuevas miradas al respecto.
De hecho, esta semana ante el debate suscitado por los vertidos de desechos de pescado presuntamente de la Harinera al mar y otras empresas sin el correcto tratamiento, tal que fueron multadas por la Municipalidad, resurgió en paralelo a la compleja situación de Las Grutas una inquietud sobre la necesidad de un Plan de Manejo Integral Urbano, como el que alguna vez promovió la ciudadanía madrynense. El impulso a un crecimiento de la ciudad hacia zonas como el sur, con posible urbanización de Playa Kaiser, donde ya se dispusieron campings y parcelamientos sin servicios de saneamiento aún exstente, hacen imprescidible abrir algunos debates públicos vinculados a las costas, el mar y el impacto humano.
De hecho, alguna vez el mismo tema de ‘disolución’ de rocas por efluentes se dió incluso en ‘La Más Linda’ muchos años antes que en Las Grutas, con eventos de erosión por escurrimiento de lluvias y filtraciones urbanas en Avenida Rawson al fondo, en barrancas Norte y Sur (Punta Cuevas) por ejemplo, además de otros sectores exhaustivamente analizados y apuntalados por servicios públicos.
Un informe completo a considerar sobre esto -entre los tantos que se han elaborado por profesionales locales- es el de Alejandro Monti denominado «Gestión del Riesgo y Complejidad en el Litoral Urbanizado de Puerto Madryn». La metodología incluyó reconocimientos de campo sobre los atributos físico-naturales y socio-económicos, para calificar las condiciones de peligrosidad, vulnerabilidad y riesgo de Punta Cuevas y Barrancas Norte, ubicadas en los extremos acantilados septentrionales y meridionales, respectivamente.
Según un Estudio de Peligrosidad Geológica del área de playa Belvedere de autoría de Alejandra tejedo y emitido por el Instituto de Geología y Recursos Minerales de la Nación (SEGEMAREI) «El área que abarca la Playa Belvedere, limitada al norte por la Punta Marquéz y al sur por la Punta Cañas, se encuentra ubicada hacia el este de la Ruta Nacional 3 que une Comodoro Rivadavia, Rada Tilly y Caleta Olivia. Esta zona presenta evidencias de actividad antrópica debido a la presencia de cavas de extracción de arenas y conchillas.Pero además hay zonas de alta peligrosidad conociendo los procesos actuantes y potenciales, la litología, la geomorfología y las pendientes. Allí, el principal centro urbano más cercano corresponde a la localidad balnearia de Rada Tilly, situada inmediatamente al norte de Punta Marquéz. (Ver Estudio de Peligrosidad Geológica Comodoro Rada Tilly )
El tipo de composición de bardas, cerros y barrancos hacen que se produzca una sensible interacción entre las acciones humanas, la actividad y erosión natural, y los eventos que descenlazan. El impacto del desmoronamiento del Cerro Chenque y su desgloce sobre parte de la ciudad de Comodoro en momentos de inhundaciones desproporcionadas o tormentas de vientos intensos, han demostrado los cambios que van exponiendo estas zonas de composiciones costeras basadas en areniscas, con desprendimientos de magnitud que han requerido acciones de aterrazamiento o detonaciones controladas como las de esta semana.
VIDEO: Cómo fue el desmoronamiento controlado de parte del Cerro Chenque en Comodoro
Allí la erosión se produce por efectos de las corrientes que con dirección de sur a norte, castigan la zona costera en playas de mar abierto, pero también por efecto humano, tipo de muretes, construcciones, efluentes y escurrimientos de llluvia. En esa definición se explica que sobre las primeras décadas del siglo pasado hayan desaparecido las construcciones más antiguas de lo que era la primera fila de Playa Unión, que fue devorada por el mar.
Así lo recordó Alejandro Monti, doctor en Ciencias Geológicas, especialista en administración de zonas costeras hace unos años con mucho detalle. Respecto al lugar de erosión más pronunciado que se ubica en Playa Unión en cercanías de la «Plaza de los Inmigrantes», donde el mar llegó hasta el murete costero y lo destruyó, socavando la senda peatonal, Monti explicó que el lugar de impacto tiene que ver con la construcción de las escolleras de abrigo de Puerto Rawson que corrieron la corriente a ese punto.
La única forma que queda para evitar esa circunstancia es la creación de escolleras perpendiculares a la costa aunque el efecto será puntual porque siempre el impacto sobre la costa existirá y lo único que se podría hacer es derivarlo más al norte.
Más preocupante aún es la situación de Playa Magagna, cuyas construcciones se realizaron en una zona costera muy frágil y por eso los gaviones que se construyeron para contener el avance fueron destruidos por el mar.
«Eso es el jamón del sandwich» dijo el director de IGEOPAT respecto a Magagna porque tiene por un lado la inevitable erosión marina y por el oeste la posibilidad de derrumbe por el otro, ya que está construida sobre la barda y esto expone el mismo tipo de riesgos de erosión que hoy afecta visiblemente a Las Grutas.
En Magagna, la zona de costa era mucho mayor hace siglos, coincidente con la restinga que se ve cuando baja la marea y deja expuesta toda la zona rocosa que alguna vez fue tierra firme y ahora está inundada.
El experto en su momento pidió que cuando se intente dar respuesta a la especulación inmobiliaria, se mire con la perspectiva del mar porque de lo contrario después aparecerán los lamentos y se reclamarán soluciones que se presenten como muy caras y de una efectividad relativa.
También recordó que toda la zona de Rawson, Playa Unión y hasta las lagunas que hoy se conocen como «el salitral» eran una activa bahía de mar que podría volver a serlo si el pelo de agua crece por efecto del calentamiento global.
*RN/ by Vanesa Miyar/ CENPAT, SEGEMAREI, propias