16 octubre, 2022
Dicen las malas o buenas lenguas que Alberto Fernández tantea una fórmula con Daniel Scioli y el kirchnerismo le declara la guerra.
Los dos se puede decir que han padecido el ninguneo y maltrato brutal del cristinismo. Uno al postularse y ser pulverizado políticamente y el otro habiendo sido elegido y lo mismo. Ahora, en uno de los momentos de mayor soledad de Alberto Fernández, ambos se acercaron y ya se habla de proyectos conjuntos.
En principio dicen que Alberto analiza unificar las carteras de Turismo y Ambiente y nombrar al frente a Scioli para reposicionarlo. En ese marco, Cafiero volvería a la Jefatura de Gabinete y Argüello a Cancillería, entre los otros cambios que evaluaría entre sus ‘leales’.
Estos movimientos le permitirían al Presidnete completar el movimiento de reagrupamiento que realizó con el ingreso de Victoria Tolosa Paz y Kelly Olmos al gobierno. Lanzado a la búsqueda de su reelección ahora evalúa integrar una fórmula con Daniel Scioli y para eso analiza unificar las carteras de Ambiente y Turismo y regresarlo al gabinete.
El objetivo es reposicionar a Scioli tras el paso en falso de su corta estadía en Producción, que lo obligó a renunciar a la Embajada en Brasil para apenas una semana después volver a esa delegación diplomática, tras el desembarco de Sergio Massa en el gobierno. Alberto buscaría reeditar así un eje político que el entendimiento de Massa y Cristina desarticuló.
Envalentonado por el cambio de gabinete, Alberto ahora quiere ir por la reelección contra Massa y Cristina
En el entorno del actual embajador de Brasil tomaron distancia de la movida. «Nada que ver, Daniel está abocado a la gestión», fue la respuesta ante una consulta del sitio LPO.
Como sea, en ese reagrupamiento de fuerzas que apunta a no quedarse afuera de la discusión del 2023, Alberto evalúa regresar a Santiago Cafiero a la jefatura de Gabinete, movida que permitiría trasladar a su amigo, el actual embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello, a la Cancillería.
Alberto quiere a Cafiero de regreso en la Jefatura de Gabinete. Se entiende, además de su su hombre de mayor confianza es su jefe de campaña. Si va por la reelección, lo necesita cerca.
Estos desplazamientos obligarían a un regreso de Jorge Manzur a Tucumán, donde recuperaría su cargo de gobernador, para luego postularse como vice de Osvaldo Jaldo. Antes del ingreso de Tolosa Paz al gabinete, Alberto había evaluado la posibilidad de cederle Desarrollo Social a Manzur, para que ubique en esa cartera al senador tucumano Pablo Yedlin y él asuma en esa banca, ya que en las últimas elecciones fue como suplente. Pero no prosperó.
Lo que está claro es que Alberto quiere a Cafiero de regreso en la Jefatura de Gabinete. Se entiende, además de su su hombre de mayor confianza es su jefe de campaña. Si va por la reelección lo necesita cerca.
La ofensiva política que lanzó Alberto luego de casi dos meses golpeado por la centralidad que ganó Massa al asumir en Economía, comenzó con el ingreso de Olmos y Tolosa Paz, que decidió sin consultar a sus socios del Frente de Todos. Pero este viernes en el cierre del coloquio de IDEA, al que se hizo invitar, llegó al extremo la tensión.
Su discurso encadenó tres frases lacerantes para el kirchnerismo que decidió declararle la guerra en todos los frentes, según los observadores finos de la interna.
Las tres frases que en el entorno de la vicepresidenta no dejaron pasar fueron la alusión a casos de corrupción con la obra pública durante la gestión de Cristina, la «prepotencia de los soberbios» que fue leída como una crítica a La Cámpora y la autoreferencia que es él en soledad quien está «arreglando» los problemas del país.
«Se olvida que en el momento que menciona supuesta corrupción en la obra pública, él era el jefe de Gabinete», afirmó una fuente del kirchnerismo, que entre otras cosas, recordó el sonoro escándalo de esa época vinculado a la Superintendencia de Seguros que manejaba su entonces mano derecha, Claudio Moroni, que motivó la censura del periodista de Página 12, Julio Nudler.
Tan notable fueron las declaraciones de Alberto que la oposición no dejó pasar la ocasión. Ricardo López Murphy, diputado nacional por Republicanos Unidos y ex Ministro de Economía, afirmó que «Lo que dijo Alberto Fernández sobre la obra pública es un buen argumento para el fiscal Luciani, para que complemente su información. Uno se tiene que preguntar quién pedía, y ahí está el alegato de Luciani. Me parece que no hay eufemismos» expresó en diálogo con País Adolescente, de Fernando González**.
«La acusación y pruebas de Luciani son abrumadoras, pero el comentario del Presidente redondea y remata la exposición. Esto surge también de un grave conflicto interno, de una visión de cómo se hace la política, de confrontaciones sobre una gestión que ha sido de muy baja calidad», agregó.
Las tres frases que en el entorno de la vicepresidenta no dejaron pasar fueron la alusión a casos de corrupción con la obra pública durante la gestión de Cristina, la «prepotencia de los soberbios» que fue leída como una crítica a La Cámpora y la autoreferencia que es él en soledad quien está «arreglando» los problemas del país.
Como sea, la situación llegó a tal nivel de tensión que en el kirchnerismo ahora ubican a Alberto prácticamente fuera del espacio. «Los que construyeron al Frente de Todos, Cristina, Massa y los gobernadores peronistas, siguen juntos», fue la frase de un dirigente de la vicepresidenta.
La mención a la alianza con Massa, que este sábado ensayó ante la elite de las finanzas globales un discurso de tono presidencial, no parece casual. Para el albertismo es central para su proyecto reeleccionario dinamitar la actual alianza entre Cristina y Massa.
Frente a esto, el gran interrogante es que harán los gobernadores peronistas. El dato nuevo es que este martes, el kirchnerista Gerardo Zamora invitó a Massa a la cumbre que tendrá con sus pares del norte grande en Santiago del Estero. Otra movida.
