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7 marzo, 2022

FMI en ‘criollo’: Alberto tomará un nuevo crédito por u$s 45 mil millones para poder pagar el de Macri

El acuerdo que está cerrando la gestión del Frente de Todos no es ni más ni menos que otro crédito del FMI por más que lo llamen «facilidades extendidas». Se trata de desembolsos por 45 mil millones de dólares que ofrece el FMI pero de los cuáles se entregan unos 31 mil millones a fin de que Argentina vaya pagando.

Si bien el coro de expertos aduce que ‘no queda otra’ que uir para adelante, lo que se está cerrando es más condicionamiento. Argentina quedará sometida durante los próximos dos años al monitoreo trimestral de su política económica por parte del FMI, de cuya aprobación dependerá que pueda evitar caer en cesación de pagos con el organismo. Cuando no se logre cumplir una meta, y la historia con el organismo demuestra que ello es habitual, se deberá solicitar un waiver (perdón), cuya aceptación depende, en última instancia, de acuerdos políticos con las potencias que manejan el organismo, principalmente Estados Unidos.

 

 

Luz verde

 

 

Desde el viernes está dicho que Estados Unidos y el resto de los países occidentales aprobarán el acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto ocurrirá cuando el tratado llegue al directorio del organismo, una vez que lo apruebe el Congreso Nacional.

Es decir, para explicarlo en criollo, Alberto Fernández tomará un nuevo crédito de mayor plazo pero con condicionamientos más estrictos para conseguir las divisas para pagar el crédito que tomó Macri. El costo de esto se entendería en el desembolso anunciado por 45 mil millones de dólares y lo que llegaría al país, por 31.914 millones de dólares, una diferencia de 13 mil millones de dólares, según el memorándum difundido el viernes. De todo esto se deberá discutir en el Congreso ya que un requisito es que salga por Ley, aunque no por mayoría según los compromisos de letra chica de Guzmán.

 

 

Luz verde en el board

 

 

En el board del organismo, estas «Facilidades Extendidas «reloaded ya tiene mayoría asegurada de aproximadamente el 80% de los votos, con lo que no habrá problema en contabilizar la suficiente cantidad de accionistas como para que el tratado tenga luz verde. Pero para que esto ocurra, el directorio del organismo que maneja Kristalina Georgieva exige dos condiciones. La primera es que lo expliquen en conjunto Illan Goldfjan, Julie Kozack y Luis Cubeddu.

El director gerente para el Hemisferio Occidental, su segunda y el responsable del caso argentino deben informar ante el máximo tribunal del FMI (el que finalmente decide qué se aprueba y qué no) de qué se trata el acuerdo, y porqué se considera que tiene dos tiempos de implementación.

El primero de dos años y medio y el resto de nueve años y medio (12 años en total). En otras palabras; porqué creen los negociadores que el Facilidades Extendidas que reemplaza al Stand By tiene una validez actual temporalmente contabilizable en unos 30 meses, y porqué luego pueden rediscutirse las condiciones.

La segunda exigencia es que antes de llegar el Facilidades Extendidas al directorio del Fondo, debe ser aprobado por el Congreso Nacional; tal como se comprometió Martín Guzmán ante el organismo y le anunciaron al board Julie Kozack y Cubeddu el 17 de febrero pasado cuando se presentaron ante el órgano máximo del Fondo y explicaron que el compromiso del ministro de Economía era que el acuerdo se avalara por ley.

Como nada indica que el apoyo legislativo deba ser total e incluya el contenido técnico y financiero del Facilidades Extendidas (el artículo 2 del proyecto de ley conocido el viernes más los anexos); con lo cual el directorio aceptará que simplemente el Congreso apruebe el primer, tercer y cuarto capítulos del proyecto. El compromiso de Kozack y Cubeddu es que el acuerdo tenga el sello de agua del Poder Legislativo. Nunca se habló de la profundidad del voto positivo.

 

 

Qué es un acuerdo de «facilidades extendidas»

 

 

El nuevo acuerdo de “facilidades extendidas”, también conocido como “servicio ampliado del FMI”, tiene una duración de entre 4 años y medio y 10 años, lo que otorga un mayor tiempo para repagar la deuda. Además implica desembolsos del propio FMI con costo financiero.

Según aseguró Guzmán, el programa que se acordará con el FMI contempla “vencimientos que empiezan 4 años y medio después de que se firma el acuerdo y terminan 10 años después del primer desembolso”.

Pablo Nemiña, sociólogo e investigador del Conicet especializado en la relación del país con el FMI, explicó que el acuerdo de facilidades extendidas “tiene la ventaja de que los vencimientos son a más largo plazo, pero tiene la contra que tiene una carga de condicionalidad estructural un poco más alta”.

Según destaca el FMI, los acuerdos “Stand-By” tienen “menos condiciones, con focalización en los objetivos”, mientras que en los acuerdos de “facilidades extendidas” se espera que se realicen “reformas estructurales para corregir deficiencias institucionales o económicas, además de las políticas que mantienen la estabilidad macroeconómica”.

En este sentido, Guzmán aseguró en conferencia de prensa que el acuerdo no incluirá reformas, pero sí “revisiones” del organismo cada 3 meses, en los que se evaluará el cumplimiento del acuerdo antes de autorizar los desembolsos con los que el Gobierno afrontará los vencimientos con el propio FMI.

 

 

Condicionamientos preocupantes

 

 

 

Si bien el coro de expertos aduce que ‘no queda otra’ que uir para adelante, lo que se está cerrando es más condicionamiento. Argentina quedará sometida durante los próximos dos años al monitoreo trimestral de su política económica por parte del FMI, de cuya aprobación dependerá que pueda evitar caer en cesación de pagos con el organismo. Cuando no se logre cumplir una meta, y la historia con el organismo demuestra que ello es habitual, se deberá solicitar un waiver (perdón), cuya aceptación depende, en última instancia, de acuerdos políticos con las potencias que manejan el organismo, principalmente Estados Unidos.

En consecuencia, la política exterior nacional pasará a estar condicionada por las presiones norteamericanas, a cambio de contar con el favor del país del norte en cada revisión trimestral del acuerdo, so pena de caer en una cesación de pagos y en presiones cambiarias asociadas a ello. De define así un escenario de incertidumbre macroeconómica para los próximos dos años.

El interés de Estados Unidos en mantener bajo controles trimestrales vía FMI los últimos dos años de gobierno del Frente de Todos es explicable, en un contexto donde la región se tiñe de gobiernos de izquierda poco alineados a Washington. La pregunta a realizarse es qué gana el Frente de Todos sacrificando sus próximos dos años de gobierno.
*AF/CH