29 diciembre, 2021
“Es la frutilla del postre”, declaman en oficinas del primer piso de la Casa Rosada para ponderar la reunión que el ministro de Economía, Martín Guzmán, mantendrá el miércoles de la próxima semana con los gobernadores de todo el país, en busca de apoyo para las tratativas que el gobierno lleva adelante con el Fondo Monetario Internacional.
Por Eugenio Paillet
La primera conclusión de esa estrategia remite a la necesidad del gobierno de mostrar un frente interno unido, aun con los partidos de la oposición, a la hora de expresar su voluntad de acuerdo con el organismo de Washington y aventar rumores de default sobre la deuda de 22.800 millones de dólares que vence en marzo de 2022.
En la Casa Rosada descuentan que habrá amplio consenso de todos los gobernadores, aún del díscolo Juan Schiaretti que cuestiona todo pero siempre manda a su vice, Manuel Calvo, luego de la exitosa gestión del lunes que culminó con la firma de un nuevo Consenso Fiscal entre el presidente Alberto Fernández y los 23 gobernadores o vices, salvo el de la Ciudad Autónoma, Horacio Rodríguez Larreta, que rechazó el acuerdo.
De las conversaciones privadas entre el presidente y los mandatarios que se registraron en ese acto administrativo, surgió el pedido para que los gobernadores se reúnan con Guzmán para analizar la marcha del acuerdo con el FMI.
El propio Fernández les había comentado a los gobernadores en ese encuentro, que culminó con una generosa foto de todos los asistentes en el Patio de las Palmeras con el inequívoco intento de mostrar unidad, que vería con agrado que tras la firma del Consenso Fiscal, se reunieran con el ministro de Economía. “No les pedimos que aprueben nada a libro cerrado, les pedimos que vayan y escuchen”, dijo una fuente.
Ocurre que en principio y si bien todo parece estar abrochado, los dialoguistas gobernadores radicales de Jujuy, Corrientes y Mendoza se preocuparon en dejar sentado un principio sobre el cual aceptaban reunirse con el ministro de Economía. Gerardo Morales, Gustavo Valdez y Rodolfo Suárez habrían planteado según fuentes cercanas a Juntos por el Cambio que no querían asistir a un “show anti Macri”, de parte de algunos gobernadores más cercanos al cristinismo, en obvia referencia al bonaerense Axel Kicillof.
Hubo, dicen, garantías del propio presidente acerca de que el único objetivo de la convocatoria a la reunión con Guzmán es escuchar al ministro y luego poder unir criterios de manera que de ese encuentro salga un mensaje inequívoco del gobierno nacional y de los gobernadores provinciales para mostrar unidad frente al staff del Fondo que monitorea las carpetas del caso argentino.
Un dato que no deja de ser una curiosidad dentro de la interna del Frente de Todos después de aquella derrota por el Presupuesto 2022 en el Congreso y las críticas del cristinismo al “no funcionamiento” del gobierno, fue que el presidente pareció esta vez reconciliado con el ministro del Interior, Wado De Pedro, del que según constancias se mantenía claramente distanciado desde la crisis en la que el dirigente de La Cámpora amenazó con renunciar, pero finalmente se quedó en el cargo.
Fernández le pidió personalmente a De Pedro que retomara en su nombre el diálogo con los gobernadores tanto para la reunión de ayer por el Consenso Fiscal como para el armado del encuentro del 5 de enero con Guzmán. “Las diferencias quedaron atrás, ahora todos tiramos del carro para el mismo lado”, se entusiasman por lo que viene en el primer piso de la Casa Rosada.