28 julio, 2023
Así lo confirmó el Equipo Argentino de Antropología Forense y de esta manera no se podrá saber si pertenecen o no a la joven desaparecida en Chaco.
Los huesos hallados en el río Tragadero están «demasiado quemados» y no se pudo hacer el estudio de ADN, según confirmó el Equipo Argentino de Antropología Forense en la causa que investiga el femicidio de Cecilia Strzyzowski.
Fue el propio Ministerio Público Fiscal de Chaco que informó que los restos humanos hallados en el río Tragadero «no tiene suficiente ADN» por lo que no es posible saber si pertenecen o no a la joven desaparecida hace casi dos meses en la ciudad de Resistencia.
«La conclusión de los análisis genéticos, es la imposibilidad de obtener resultados de ADN de las muestras óseas y dentales estudiadas, ello teniendo presente que dichos elementos se encontraban en estado de carbonización a calcinados, condición que afecta severamente la conservación de la piezas y limita la posibilidad de extracción de ADN de calidad”, señala el informe del Laboratorio de Genética Forense, del Equipo Argentino de Antropología Forense, ubicado en la ciudad de Córdoba.
A pesar de que confirmaron que son restos humanos, no se pudo constatar a quienes pertenecen.
En ese mismo lugar también se encontró un dije que Gloria Romero, madre de Cecilia, confirmó en la rueda de reconocimiento de objetos que era de la joven.
Frente al Equipo Fiscal Especial de Chaco declararon una amiga de Cecilia y el mejor amigo de César, que fueron los testigos de la unión formal de la pareja en septiembre de 2022.
Nelia Velázquez, una de los fiscales, contó a Diario Chaco el vínculo entre ambos: “El testigo de él era más amigo, era del colegio. Hablaron más o menos de la relación entre Cecilia y César. Dijo que era muy buena y muy linda, que no sabían lo del divorcio y reconocieron que la fiesta era a fines de diciembre, pero no sabían por qué se suspendió».
Acerca del divorcio, esto sucedió cuatro días después de contraer matrimonio por civil a escondidas de la familia Sena. Laura Varela, del Juzgado de Niñez, Adolescencia y Familia N° 5, fue la encargada de firmar el acta de separación.
Ese divorcio, cuatro días después del casamiento a escondidas se consideraría un acto bajo presión de la madre de César Sena, que no aprobaba la relación.
Según el testigo, por meses perdieron contacto con César, hasta que a principios de junio trascendió la desaparición de Cecilia y el testigo se volvió a comunicar por WhatsApp.
Sobre esto último es lo que más llamó la atención de los fiscales ya que surge una extraña actitud que tuvo el principal acusado del femicidio.
“César le dice que estaba ‘preocupado’ porque no sabía dónde estaba Cecilia, y que tenía miedo porque le dijeron que podía ser algo malo”, señaló Velázquez.