21 marzo, 2022
El sector pesquero registra pérdidas que representan el 20% de las remesas argentinas a Rusia y Ucrania, desde que se inició la invasión. El tiempo presiona sobre perecederos y congelados, que requieren refrigeración; como pescados, cítricos, peras, manzanas, carne y vinos, entre los más afectados.
El conflicto bélico, que ya lleva 4 semanas, dejó a muchos contenedores literalmente flotando a la deriva, sin posibilidades de llegar a destino y la inhabilitación de Rusia en el sistema de pagos internacionales Swift (acrónimo en inglés de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), otra inmensa cantidad de despachos quedaron demorados en los puertos de San Antonio Oeste (Río Negro), Puerto Deseado (Santa Cruz), Bahía Blanca (Buenos Aires) y Rosario (Santa Fe).
“Persisten los inconvenientes por la falta de contenedores, el incremento de fletes marítimos, demoras por congestión portuaria, y consecuentes dificultades para cumplir con los plazos de liquidación de divisas establecidos”, repasaron desde Copal, y agregaron que se presentan también demoras en certificaciones vinculadas a la exportación y problemas financieros relativos al esquema de Derechos y Reintegros de Exportación, entre otros aspectos.
Puntualmente, sobre el estallido del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, destacaron que “genera una situación de vulnerabilidad en aquellos sectores que, por el volumen que representan sus exportaciones con destino a Rusia sobre el total de su producción, no se encuentran en condiciones de modificar su estrategia comercial en el corto plazo”.
En particular, el sector pesquero registra pérdidas que representan el 20% de las remesas argentinas a Rusia y Ucrania, desde que se inició la invasión.
Durante 2021, y hasta antes de comenzar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la Argentina exportaba un total de US$498 millones a ambos países, según datos de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca) De ese monto, US$99 millones correspondieron al sector pesquero, principalmente merluza y langostino.
Hoy, la incertidumbre afecta a todas las exportaciones a esos países. “La industria pesquera tiene contenedores que regresan, perdiendo los derechos de exportación abonados, ya que la Aduana no devuelve los importes pagados, teniendo que volver a costear cuando se exporte de vuelta el producto, además de salir a vender posiblemente a un menor valor esa mercadería y que no necesariamente consigan mercados alternativos. También las empresas quedan sujetas a posibles sumarios del BCRA por la falta de ingreso de divisas”, denunciaron desde CAPECA.
Desde la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura de la Nación, indicaron además que se encuentran monitoreando desde el primer día la evolución de aquellos contenedores en tránsito. “La evolución de los contenedores se ha ido modificando, ya que una partida considerable de productos tienen nuevo mercado de colocación, y otro se encuentra a la espera de la confirmación por parte de las navieras para ingreso a puerto ruso, previa autorización, esto debe ser confirmado por la navieras que siguen evaluando las posibilidades de acceso”, confirmó el subsecretario del área, Carlos Liberman.
La secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, y el subsecretario de Promoción del Comercio e Inversiones, Pablo Sívori, mantuvieron un encuentro con representantes de más de 30 entidades de un variado espectro exportador, que plantearon las dificultades en torno a cuestiones logísticas (redireccionamiento de mercadería) y financieras (cobros, anticipos, liquidación de divisas), y pusieron sobre la mesa la cantidad de costos adicionales que se generan como consecuencia, sobre lo cuál no ha habido políticas al respecto a nivel nacional.