29 mayo, 2023
El offshore puede generarle mejoras económicas y soberanía energética a la Argentina. Es necesario capacitar adecuadamente para dichas tareas, así como preservar los empleos.
Por Gabriel Matarazzo*
Con foco en la preservación del empleo y la transición energética, desde la Federación de Petroleros, junto a otras entidades, examinamos las potencialidades regionales y nacionales que ofrece la explotación offshore en el Mar Argentino Norte en una jornada de debate en la Universidad de La Matanza (UNLaM).
La exposición, entre otras temáticas, fue referida a cómo capacitar a las y los trabajadores en las nuevas tecnologías. La forma de cómo encarar los proyectos exploratorios debe considerar que el factor humano es de capital importancia.
La charla fue organizada por el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires (CIPBA), la Confederación General del Trabajo (CGT) y la petrolera nacional YPF y contó con la asistencia de más de 700 personas.
Uno de los ejes centrales de la jornada fue la idea de potenciar a un “trabajador colectivo inteligente (CTI)”. El concepto, presentado por nuestro consultor en la Federación, Cristian Moreno, quien además es CEO de Wtech, se refiere a que los trabajadores tengan la capacidad de operar a la par de las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, el big data, la blockchain y la robótica.
Venimos insistiendo no solo en lo que el offshore puede generarle a la Argentina en términos de mejoras económicas y soberanía energética, también buscamos concientizar sobre una capacitación adecuada para dichas tareas y en preservar los empleos humanos en todo momento.
En cuanto a la transición energética, focalizamos la necesidad de pasar de un Plan A a un Plan B de explotación, pero siempre de forma paulatina. En el mismo sentido de Moreno, creemos que es esencial evitar compromisos de cumplimiento de descarbonización muy acelerados, ya que podrían afectar de manera negativa la atracción de inversores en grandes proyectos.
Es imprescindible tener en cuenta los ciclos de ejecución de estos trabajos, que suelen tener una duración de 15 a 20 años, como mínimo. Es en este contexto que priorizamos el cuidado del medio ambiente, que como tal, requiere de energía para sobrevivir.
Dentro de esta transición energética, el offshore no puede ser detenido. Por eso debemos ser medidos con los reclamos. Recientemente, desde Uruguay, por ejemplo, algunas cámaras pesqueras manifestaron preocupación por el impacto ambiental de trabajos que van a desarrollarse en Argentina, a pesar de que los propios sindicatos pesqueros marplatenses avalaron la explotación offshore, sabiendo que esta tiene el potencial para convertirse en la gran solución económica y laboral tanto para su radio de influencia en las costas bonaerenses, como para todo el país.
El camino hacia un medio ambiente protegido requiere de energía para seguir en movimientos, y por eso los sindicatos focalizamos, a través de jornadas abiertas con expertos en la materia, como la realizada en la Universidad de La Matanza, sobre los distintos aspectos que rodean a los trabajos exploratorios.