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27 enero, 2021

CON EL OBJETIVO QUE LA INFLACIÓN ANUAL NO SUPERE EL 29%

Está reunido el Gabinete Económico y Social para enmarcar negociación por precios y salarios

La apuesta del Ejecutivo nacional es cerrar acuerdos durante el mes de febrero. Los objetivos de la CGT, la expectativa del Presidente y el escepticismos de los empresarios.

Este miércoles desde las 10.30, en Casa Rosada, comenzó un nuevo encuentro del Gabinete Económico y Social con dos desafíos de corto plazo: acordar el piso salarial y establecer una política clara para controlar los principales precios de la economía, con el objetivo de que la inflación de este año no supere el 29% pronosticado.

«En febrero va a haber un acuerdo de precios y salarios con empresarios y sindicalistas para encarrilar ambas variables en torno de la inflación presupuestada para 2021, con el objetivo de que los salarios se ubiquen nominalmente un par de puntos por encima de la variación que tendrá en 2021 el costo de la canasta básica», confió a Data Clave un funcionario que participará de la reunión.

El encuentro es encabezado por el ministro de Economía Martín Guzmán ya que su habitual coordinador -el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero- se encuentra de gira por Chile junto al presidente Alberto Fernández y prácticamente la mitad del staff ministerial del Ejecutivo.

En 2020 los ingresos de gran parte de los asalariados se ubicó por debajo de la inflación. Esta vez el Gobierno apunta a “empatar con la que están buscando los gremios” y “garantizar un piso salarial” que sea referencia en las negociaciones paritarias que comenzarían en marzo, según comentaron fuentes con acceso a despachos de la Rosada.

Es un tema que se discute en el interior de la CGT, recinto en el que también habitan halcones y palomas. Son varios los que sostienen que han hecho un esfuerzo grande en 2020 para mantener los salarios a la baja sin cuestionar las políticas del Gobierno, y que esta vez debe primar la reciprocidad. No obstante, el consenso sindical sería cerrar un número que se ubique “entre el 31 y el 32 por ciento, un par de puntos por encima de la variación estimada para los precios de los productos de primera necesidad durante 2021”.

El lunes pasado durante varias horas se anunció un acuerdo de precios por parte del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y la secretaria de Comercio, Paula Español. El anuncio, finalmente, se acotó al precio de diez cortes de carne. Por debajo de las expectativas del Gobierno y de los consumidores. Pero este anuncio anticipó lo que será el patrón del Gobierno respecto a este conflicto: acuerdos sectoriales. Además de los alimentos frescos, en la mira está la industria de la Construcción.

Entre los empresarios reina (suele ocurrir) el escepticismo. Gran parte de la economía mantuvo sus precios congelados durante el 2020, y de a poco -o no tanto- se van registrando aumentos o actualizaciones. Será un tironeo constante entre los privados y el Gobierno, que apuesta a la estabilización cambiaria, a despejar el fantasma de la devaluación y a la expectativa de una inflación que gire en torno al 30% para este año. Precios cuidados, precios máximos y Ley de Abastecimiento estarán a la orden del día.

Febrero es el mes que el Gobierno se pone como límite para arrojar certezas sobre estas cuestiones y coronar con el anuncio del tan ansiado acuerdo donde no falte una foto que encabece el presidente Fernández con los integrantes del Consejo Económico y Social, cuya función pareciera estar más emparentada con los formalismos que con las tareas de negociación. Pero para llegar a la ansiada imagen es necesario acordar primero en este espacio gubernamental una estrategia común que comenzará a definirse a partir del encuentro de esta mañana en el Salón de los Científicos de la Casa de Gobierno.

Hay dos elementos que hasta aquí no se han mencionado y que condicionarán ambas negociaciones. Las elecciones de medio término y la pandemia del coronavirus. El Gobierno necesita que se recupere el poder adquisitivo de los argentinos y que la demanda impulse la recuperación y mejore así la imagen del oficialismo. También necesita que el coronavirus ceda y no obligue a cerrar, otra vez, la economía.