10 octubre, 2021
Por Carlos Boyadjian
Genera un ahorro de USD 800 millones al año y es clave para bajar el costo de generación. Con incentivos y crédito, esperan inversiones por USD 2.400 millones.
Lejos de ser una moda o una tendencia snob, el desarrollo de la energía eólica en el país llegó para quedarse y ya está empezando a mostrar resultados concretos en el necesario balance de costos y beneficios, vital para atraer nuevas inversiones al sector, pese a que la pandemia produjo parate de proyectos.
Un reciente estudio elaborado por la Cámara Eólica Argentina (CEA) asegura que más allá de contribuir con la agenda del cambio climático y el Acuerdo de París, impulsados por el país en sintonía con una larga lista de naciones, la energía eólica generará este año un ahorro de 800 millones de dólares a las arcas públicas.
El combo incluye la sustitución de importaciones de gas y líquidos, pero además abre la posibilidad de incrementar las exportaciones de gas, mejorando también por esa vía la balanza exterior sectorial y la disponibilidad de divisas para el país.
No es un dato menor, en momentos en que las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA) se ubicaron el último día de agosto en USD 46.180 millones, pero las reservas netas líquidas (disponibles) apenas giran en torno a los USD 2.200 millones.
Sin embargo, más allá de las divisas que genera o permite ahorrar esta industria, lo cierto es que el desarrollo de la industria eléctrica renovable fue clave para “reducir el costo medio de generación en un 16% comparado con el promedio histórico”, destaca el estudio. Así, el costo marginal operado “se redujo a un tercio de su valor de hace unos años, al pasar de más de 180 USD/MWh a menos de 60 USD/MWh en promedio”, explicó la entidad.
Éstos son algunos de los datos más relevantes del estudio que se presentará públicamente el próximo 16 de septiembre, pero al que EOL tuvo acceso previo. A partir de la sanción de la ley 27.191, que en septiembre de 2015 estableció el Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la producción de Energía Eléctrica, el cambio en la matriz energética del país llevó la participación de las energías renovables desde niveles mínimos hasta un 10% de la generación total. Y la energía eólica explica el 75% de ese share.
“Aumentar la oferta eléctrica ha permitido también garantizar la seguridad energética inclusive durante la peor sequía que se tenga memoria y la sustitución de 8,8 Mm3/d, que se traduce en un ahorro de 800 millones de dólares en 2021 al sustituir gas importado”, resalta el documento de CEA.
A nivel de empleo, el impacto también es relevante. Según el informe, desde 2016 a la fecha, además de dejar capacidad instalada con la homologación de torres y otros componentes, esta industria generó unos 2.300 empleos verdes cada 1.000 megawatts hora adicionales de potencia instalada.
Se estima que las inversiones en el sector eólico treparon a los USD 3.500 millones desde 2016 a la fecha, que a través de financiamiento externo “permitió incorporar parques eólicos por 2.981 MW” (a junio de 2021), indicó la cámara.
Y hay que tener en cuenta que cada 1.000 MW de nueva potencia la energía eólica aporta USD 840 millones, a valor actual, indican fuentes sectoriales. Además, hay proyectos en carpeta por otros 2.000 MW para los que se requieren unos USD 2400 millones adicionales.
“Para poder crecer el sector requiere de financiamiento externo importante, pero hoy por la situación macroeconómica mundial y también de Argentina, es prácticamente inaccesible”, señaló Héctor Ruiz Moreno, Gerente General de la Cámara Eólica Argentina.
El financiamiento a tasas razonables es clave para el desarrollo de energías renovables, dado que según se estima, al menos el 70% de la inversión necesita apalancamiento financiero.
Ruiz Moreno admite que hoy hay proyectos que están frenados, algunos con más de un año de receso, y para eso se necesita de algún ajuste del Gobierno en la normativa para “ver cómo se libera esa capacidad de transporte y prioridad de despacho”.
Son unos 1.500 MW que quedaron retenidos, en parte por la pandemia, pero también por las señales de la macroeconomía. Desde el sector privado ya están en conversaciones con la Secretaría de Energía de la Nación, buscando que se reduzcan las penalidades por no avanzar en el desarrollo de esos proyectos, para dar una solución al tema. Y también analizando posibles incentivos para un nuevo ciclo de inversiones en generación eólica.
*EOL/CEA