7 diciembre, 2022
Envuelto en el escándalo de Lago Escondido renunció Julián Leúnda, el comodorense que oficiaba como jefe de asesores de alberto y mano derecha del Grupo Índalo.
Con la condena a Cristina y las contradenuncias al ‘Partido Judicial’ comenzó a producirse un verdadero desparramo interno de propios y no tanto. Uno de los primeros en caer en esta cruzada fue el comodorense Julián Leúnda, jefe de asesores de Alberto Fernández, apadrinado por Cristóbal López y Fabián de Souza y posible candidato fuerte en Chubut en 2023.
Fue nada menos que al hombre al que recurrieron desesperados los jueces de Lago Escondido cuando trascendió la noticia de su viaje, el 17 de octubre de este año. Esta tarde terminó renunciando luego de que su situación en Casa Rosada se volviera insostenible, aseguran desde Palacio.
Con él precisamente habló Pablo Casey, el ejecutivo de Clarín, sobrino de Héctor Magnetto y organizador del viaje que reunió a los jueces, fiscal general de la CABA, funcionario de CABA, entre otros.
«Gente: me acaba de llamar Julián Leunda. Parecía que hubiera venido con nosotros. Caliente con (Tuny) Kollman por la nota», contaba Pablo Casey, en el chat de Telegram organizado para garantizar el silencio y la impunidad sobre ese viaje, y cuyos pormenores se conocieron el domingo último.
Leúnda luego llamó a Pablo Yadarola, juez en lo Penal Económico, para tranquilizarlo, garantizándole que en C5N no pensaban dar el tema.
¿Cómo era que un funcionario que ocupaba un puesto en Casa Rosada podía garantizarles a los viajeros VIP que la noticia no sería publicada ni tratada en el medio televisivo que más les preocupaba a los jueces, a sus compañeros de viaje, y a los CEO de Clarín que les pagaron la escapada?, se preguntaban desde las huestes K y otros también.
Sencillamente porque Leúnda ocupaba anteriormente un alto cargo como director periodístico en el Grupo Indalo, propiedad de López y De Sousa. Y lógicamente, conservaba su poder de influencia.
Sin poder soportar la presión interna que exigía su cabeza, el joven asesor presentó esta tarde su renuncia. Era eso, o esperar a ser sencillamente eyectado por el presidente. «No había margen», afirmó una alta fuente K chubutense al explicar la imposibilidad de mediación interna.
Con sólo 31 años, Leúnda había logrado ocupar un lugar estratégico en Casa Rosada. “Se encargará de la coordinación de reuniones con los asesores a su cargo. La definición de estrategias de trabajo transversales con las distintas áreas del Gobierno, asesorando al Presidente en temas específicos que éste le requiera”, según lo presentaba en su momento un comunicado oficial del gobierno, al ser designado.
Oriundo de Comodoro Rivadavia, también tenía participación en el armado político provincial que ahora se irá revisando en el marco de la complejísima interna peronista-kirchnerista-cristinista que tiene sus ribetes más que particulares.
Alberto Fernández había designado a Leúnda para que le coordine el trabajo de sus asesores.
Luego de que su nombre apareciera en el escándalo de Telegram, desde diversos sectores del oficialismo pedían su renuncia.
Chusmeríos aparte, desde el ala dura de Cristina el rol del comodorense fue seriamente cuestionado y se habla de hasta tintes de espionaje. Incluso se argumenta que el pedido de su apartamiento en la estrecha cercanía con Hernán Nisembaun, quien fuera jefe de relaciones pública de la AFI de Gustavo Arribas. «A Leúnda lo señalarían por un vínculo sentimental que mantuvo con una exagente de inteligencia de la AFI que trabajaba directamente para Nisembaum, y a quien visitaba en un lujoso departamento de Puerto Madero», según ventiló N.
Al igual que lo sucedido con el exvocero presidencial Juan Pablo Biondi, ahora Leúnda es también tildado como «fuego amigo» dentro de la sede de gobierno. «Seguimos enterándonos de que estábamos durmiendo con el enemigo», mascullan personajes muy cercanos al despacho mayor de Balcare 70 que se muestran distantes de toda esta situación.