30 julio, 2021
Con el precios de sus servicios congelados, la compañía acaba de obtener $1.000 millones del Banco Nación para capital de trabajo
Después de que su pedido de aumento del 33% en su margen bruto sobre las tarifas de la energía fue rechazado por el Gobierno, Transener salió a buscar financiamiento para sostener sus operaciones.
Se trata de la principal transportadora de energía de la Argentina que es controlada por el grupo Pampa Energía, con el 25,5% del capital, y el Estado Nacional, con otro 45,07% que se reparte entre el 25,5% de Integración Energética Argentina (IEASA) y el 19,57% del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses.
Durante las audiencias públicas llevadas a cabo a fines de abril para establecer nuevos cuadros tarifarios, el Ente Nacional Regulador de la Energía (ENRE), decidió mantener congelados los precios que las transportistas cobran por su servicio.
En cambio, otorgó una suba del 9% para las distribuidoras que, de todos modos, habían solicitado aumentos mayores para poder compensar los casi dos año y medio de valores sin modificaciones.
En el caso de Transener, además había reclamado otro 22% para el 2022, teniendo en cuenta que las tarifas de transición dispuestas por las autoridades nacionales tendrán efecto hasta el 2025.
Tampoco logró convencer a los funcionarios sobre este aspecto que le hubiese permitido sumar fondos para sostener gastos calculados en $12.811 millones para este año y otros $15.679 millones para el 2022.
Estos requerimientos son utilizados por la compañía para sostener gastos de mantenimiento; de mano de obra; inversiones; impuestos y rentabilidad.
Ante esta negativa, recurrió al sector financiero donde obtuvo una respuesta favorable del Banco Nación que le otorgó un préstamo por $1.000 millones para capital de trabajo.
Se trata de un crédito en pesos, a un plazo de tres años, una amortización del capital en cuotas mensuales y consecutivas bajo sistema alemán. Y el primer vencimiento será a los 30 días de contabilizada la operación.
Para garantizar la devolución de los fondos, el directorio de Transener se ha comprometido a no efectuar propuestas a la Asamblea de Accionistas relativas a la desafectación de las reservas para distribución como dividendos a sus accionistas.
Del mismo modo, prometió, en caso que existan resultados negativos que afecten a las reservas, no encarar distribución de utilidades hasta que las mismas hayan sido reconstituidas a los niveles actuales.
En este sentido, en el último informe anual correspondiente al 2020 la compañía informó fuertes caídas en sus ventas del 17,4% que llegaron a los $16.289,1 millones contra los $19.712,1 millones del 2019, principalmente por la falta de los ajustes tarifarios.
Su EBITDA consolidado también cayó un 30% y se ubicó en $8.577,6 millones como consecuencia de la caída de sus ventas netas por $3.423 millones y un aumento de otros egresos operativos.
En cuanto a sus ganancias, también se redujeron en un 23,3% y alcanzaron los $4.163,5 millones contra los $5.425 millones del ejercicio anterior. En este caso, las razones se produjeron por una menor ganancia operativa de $3.915,3 millones y una mayor pérdida en resultados financieros de $459,7 millones.
La deuda financiera consolidada de Transener ascendía a u$s98,5 millones de capital correspondiente exclusivamente a las ONs Clase 2 al 9,75% de interés.
Estos títulos amortizan totalmente en agosto próximo y no existe deuda financiera adicional a vencer hasta esa fecha.
Más allá de este inestable escenario, Transener envió un informe a la Comisión Nacional de Valores (CNV) en el que aclara que «continúa desarrollando la ejecución del plan manteniéndose compromisos para la adquisición de inversiones de capital por un monto de aproximadamente $2.711 millones».