29 mayo, 2022
El referente de izquierda Gustavo Petro aún tiene la posibilidad de romper la tradición de presidentes conservadores y de derecha en una país polarizado e inmerso en una crisis económica y una creciente violencia. El 19 de junio deberá disputar el balotaje con el empresario Rodolfo Hernández.
Paradójicamente, en Colombia todas las fuerzas piden un cambio, tras el impopular gobierno de Duque (67%) que desató un estallido social inédito.
«Hay mucha frustración, mucha rabia y creo que Petro capitalizó eso», dijo a la AFP Michael Shifter, profesor de la Universidad de Georgetown.
La derecha en el poder llega debilitada. Su líder natural, el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), antiguo protagonista electoral, está de capa caída por enredos judiciales.
«Dos sentimientos resumen al votante: la necesidad de cambio por ese descontento y la desconfianza», sostiene Jorge Restrepo, profesor de la Universidad Javeriana. El abanico de candidatos lo completan el centrista Sergio Fajardo (5,1%), el evangélico John Milton Rodríguez (0,6%) y el derechista Enrique Gómez (0,3%).
La abstención volvió a ubicarse por debajo del 50%: cerró en un magro 41%.
El candidato del izquierdista Pacto Histórico, un economista de 62 años que fue alcalde de Bogotá y perteneció a la exguerrilla del M-19, promete reducir la dependencia económica del petróleo y el carbón, recortar la brecha social con ideas que generan temor entre los empresarios, como la distribución equitativa de la tierra para aumentar la producción agrícola.
Hernández, un septuagenario empresario de la construcción y exalcalde de Bucaramanga, sorprendió y quedó segundo en la elección, superando al centroderechista Federico Gutiérrez, que aparecía detrás de Petro en las encuestas de intención de voto.
El empresario, que se presenta como candidato independiente, ganó reconocimiento por sus excéntricos vídeos en las redes sociales, en los que aparece cantando y montando en patineta eléctrica, así como por su fuerte discurso contra la corrupción.
Sin embargo, enfrenta una investigación por supuestamente haber intervenido como alcalde en la adjudicación de un contrato de manejo de basuras que buscaba beneficiar a una empresa y a uno de sus hijos, quien habría hecho lobby a favor de la compañía. El empresario, de 77 años, niega las acusaciones.
*AF/Infobae