27 mayo, 2023
Entre las principales definiciones políticas nacionales además de las candidaturas presidenciales el FdT y JxC deben presentar diputados y senadores. La disyuntiva entre listas compartidas o separadas, otro tema complejo en medio del cierre electoral en la Provincia.
Las internas en el Frente de Todos y en Juntos por el Cambio de cara a las elecciones primarias (PASO) de agosto tienen otra cara, mucho más compleja, en la confección de las listas de candidatos a diputados y senadores nacionales, principalmente por lo difícil que asoman las negociaciones para arribar a una nómina de consenso o presentar más de una. Si de por sí es difícil la negociación por los espacios y candidaturas a nivel provincial, ni hablar en pensar en el entramado nacional. Definiciones que se precipitan y que tienen que ver con la construcción de poder que se viene y definirá el destino de todos los argentinos en términos legislativo y ejecutivo.
El 24 de junio vence el plazo para presentar las listas de candidatos para las PASO nacionales. Esto incluye tanto a los precandidatos presidenciales como a los legisladores nacionales. Este año, la Cámara de Diputados renovará 130 de sus 257 bancas en todo el país, mientras que 8 provincias elegirán 24 senadores nacionales, un tercio de los 72 que integran la Cámara alta.
Al ser categorías distintas, un mismo frente político puede llevar varios precandidatos presidenciales, cada uno con su propia lista de diputados y senadores, o bien compartir la misma boleta de legisladores. También puede ocurrir que haya interna con más de una nómina en algunas provincias y en otras no. El abanico es amplio.
En ese contexto, las negociaciones por la confección de las listas se darán en paralelo a la pulseada presidencial que vive Juntos por el Cambio entre los referentes del PRO Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, a quienes se suman los radicales Gerardo Morales y Facundo Manes, y también de la definición pendiente del Frente de Todos sobre candidato único o interna.
Se trata de la negociación más compleja, en primer lugar, porque se lleva a cabo distrito a distrito y, en consecuencia, los líderes nacionales tienen que alcanzar acuerdos con gobernadores y referentes provinciales.
Para que haya una lista única en cualquier distrito es necesario que los distintos sectores se pongan de acuerdo en el orden de los candidatos. Todos quieren lugares «entrables» y siempre quedan heridos en el camino. A la luz de las diferencias que existen hoy al interior del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, esto asoma como una dificultad.
Mientras resuelven la pulseada presidencial, los líderes del FdT y JxC tienen que dar forma a las listas para el Congreso
En tanto, si se presentan listas separadas se abre otra negociación en cada espacio: cómo se integrará la lista final. Para ello pueden usar el Sistema D’Hont (que se usa para repartir las bancas de diputados y que resulta del coeficiente entre cantidad de listas, de bancas a renovar y de votos), establecer un «piso» de votos para entrar a la nómina para las generales o bien que el ganador se lleve todo. Tampoco es una negociación fácil.
En el caso de Juntos por el Cambio, donde los partidos están organizados de una forma más horizontal que en el Frente de Todos con Cristina Kirchner, esta última opción se desechó en elecciones pasadas. La alianza panperonista acordó lista única en 2019 y en 2021 para la provincia de Buenos Aires y en varias provincias, por lo que no entró en las complejas negociaciones sobre las reglas de reparto.
Para las presidenciales de este año, el panorama es todavía más difícil tanto en uno como en otro frente electoral.
En la Cámara de Diputados, el Frente de Todos pondrá en juego 68 de sus 118 bancas, mientras que Juntos por el Cambio arriesga 55 de 116: del PRO son 24; le sigue la UCR con 17; la Coalición Cívica con 7; Evolución Radical con 4; Encuentro Federal con 2 y el bloque Producción y Trabajo con 1.
Tanto para el oficialismo como para la oposición buena parte de las bancas que ponen en juego corresponden a la provincia de Buenos Aires, que la de mayor representación tiene en la Cámara baja y que en octubre elegirá 35 diputados.
Por Chubut los diputados nacionales que concluyen sus mandatos son Santiago Igín (FdT), Estela Hernández (FdT), y Matías Taccetta (JpC).
El Senado, donde los mandatos duran 6 años, no se renueva por mitades sino por tercios. Este año, será el turno de Buenos Aires, Jujuy, Formosa, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz que elegirán 24 senadores.
En el Frente de Todos se vencen los mandatos de 9 senadores más dos que hasta ahora fueron firmes aliadas del oficialismo: la riojana Clara Vega y la misionera Magdalena Solari. Por su parte, Juntos por el Cambio pone en juego 11 escaños. A ellos se suman dos del nuevo bloque Unidad Federal que se creó tras la ruptura en la bancada oficialista.
Todos esos lugares dependen ahora de la definición en ambas coaliciones sobre cómo integrarán las listas para las PASO, con el ojo puesto en las generales de octubre, cuando el voto popular determinará cuántas bancas le corresponden a cada uno.
En Juntos por el Cambio, donde la competencia entre Bullrich y Larreta en las PASO ya es un hecho, las alternativas para el armado de las listas legislativas empezaron a ser evaluadas hace algún tiempo.
Un sector de la alianza opositora considera que lo mejor sería arribar a un acuerdo para que haya una sola lista de diputados y senadores en todas las provincias que se pueda, especialmente en Buenos Aires. Es una idea que circula principalmente en parte del radicalismo y la Coalición Cívica y que apunta a resguardar de la interna presidencial lo que consideran el principal activo del frente.
Durante estos cuatro años, el bloque legislativo de Juntos por el Cambio fue la garantía de unidad a pesar de lo áspera que se puso la pulseada entre «halcones» y «palomas» y se afianzó (a la vez que creció en 2021) lo suficiente como para condicionar la agenda del oficialismo. Ante la perspectiva de volver a ser gobierno, la fuerza parlamentaria cobra mayor importancia.
Hay quienes creen que si los presidenciables llevaran la misma nómina de diputados y senadores en la mayor cantidad de distritos posibles «la competencia sería de mayor igualdad de condiciones» y se cuidaría mejor la unidad del espacio, según una fuente consultada por iProfesional. Sin embargo, reconocen que el clima actual de la interna dificulta los acuerdos de ese tipo.
En el Senado, el oficialismo arriesga 9 bancas propias y dos aliadas y la oposición pone en juego 11
Las divisiones que sufrió Juntos por el Cambio en algunas de las provincias que ya votaron gobernador y la tensión entre Larreta y Bullrich que arrastra también al radicalismo conspiran contra ese plan. Para más, en la provincia de Buenos Aires llevarán postulantes separados a gobernador, aunque todavía hay charlas reservadas para ver si pueden compartir esa candidatura.
Las dificultades no son menores en el Frente de Todos, aunque la presencia de Cristina Kirchner como ordenadora de la estrategia electoral simplifica apenas el armado. En 2021 fue ella la que se sentó con gobernadores para cerrar listas consensuadas en varias provincias.
La centralidad que ocupa la vicepresidenta de cara al cierre de listas del 24 de junio supone que podría repetirse aquella situación, aunque dependerá mucho de la decisión más importante que tiene hoy por delante la alianza de Gobierno: si llevará uno o más precandidatos presidenciales a las PASO.
El paso al costado de Cristina Kirchner en la carrera presidencial y el guiño a Eduardo «Wado» de Pedro, que tiene una postura favorable a dirimir la candidatura en las PASO, abrió esa posibilidad para la alianza oficialista. Pero en caso de darse, habrá que ver si cada precandidato puede armar su propia nómina o si la vicepresidenta orientará a todo el espacio a llevar una única nómina.
El presidente Alberto Fernández, que no quiere quedarse afuera del diseño de la estrategia electoral, envió por su parte un gesto de unidad con su llamado a participar del acto oficialista del 25 de mayo y «escuchar» a la vicepresidenta, que sería la única oradora. Habrá que ver si esa tregua se puede plasmar en una lista única.
Luego esta Sergio Massa. El ministro de Economía reunió al Frente Renovador y reiteró su posición a favor de que haya un candidato de consenso y se evite una internapara no agitar demasiado el barco del Gobierno.
Nuevamente, la última palabra la tendrá Cristina Kirchner. No obstante, la dificultad de alcanzar una lista única será contentar a todos. Luego de muchos meses de interna a cielo abierto, la negociación no será tan fácil y pondrá a prueba la capacidad de la vicepresidenta para ser la ordenadora final del espacio.
*iP/Parlamentario/ NA