ChubutLine.com "Periodismo Independiente" - Noticias, política y un análisis de la realidad diferente - directora@chubutline.com - redaccion@chubutline.com



1 septiembre, 2024

El verdadero problema hoy está en el cambio y en modo alguno en la oposición. ¿Por qué?

Por Sergio Mammarelli

Las elecciones últimas fueron la suma de la búsqueda de un cambio entre dos sectores bastante bien definidos y a esta altura diría “diferentes”. Aquellos que buscaban un cambio racional cansados del pasado kirchnerista y los fanáticos del cambio a cualquier costo. Un sector básicamente buscaba un cambio institucional a partir de ideas republicanas, democráticas, sin duda liberales también, pero con la idea de parecernos a las democracias más desarrolladas del mundo. Precisamente aquellas que a lo largo de estos años elegimos los argentinos para emigrar en búsqueda de un mejor destino para nosotros y para nuestros hijos. Sin embargo, también Milei aglutinó otros fanáticos del cambio que constituyen su núcleo duro. Aquel que los votó en la primera vuelta, aquel que supera apenas el 30% de fanatizados, de enojados, que querían más que cambio, destrucción y venganza. Paradójicamente, ese núcleo duro, poco sabe de economía e ignora casi por completo las ideas de

Milei y menos aún de qué transmite Milei con su anarco/capitalismo. Sin embargo, ese 30% de la sociedad que lo votó en primer término, está encantada de la personalidad de él, más por el modo que por el contenido. Disfrutan las redes sociales y sus escándalos, los insultos que ven como una valentía desafiante y las actitudes extravagantes, siempre que se dirija a vengarlos de “la casta”.

Es claro que el concepto precedente está representado por un lado por aquellos que votaron a Milei en primera vuelta y otro sector, también bastante definido, que provenía de otras preferencias electorales, léase radicales, simpatizantes del Pro, de la coalición cívica o simplemente ciudadanos independientes desencantados por el modelo, pero/kirchnerista que sostuvo durante mucho tiempo y que incluso habían votado alguna vez. Este sector, completó el resto de más del 50% obtenido por el Presidente en las últimas elecciones y permitió que Milei llegara al poder. Unos y otros votaron por Milei en la segunda vuelta y permitieron que se convirtiera en el presidente de todos los argentinos. Dicho de otro modo, Milei fue elegido por poco más de la mitad, para gobernarnos a TODOS.

Esta diferenciación, hoy, nos permite distinguir claramente los que siguen a Milei a ultranza de aquellos que lo eligieron por “descarte” (está loco, no me gusta su extremismo, no comparto su ideología, pero no hay otra opción. Lo otro es peor y nefasto). Este último sector al que me estoy refiriendo, muy de a poco ha comenzado a diferenciarse. Precisamente estos últimos, son los que desde hace por lo menos dos meses, siguen apoyando a Milei para que las cosas salgan bien, pero el mismo Milei los ofende y desilusiona y asusta todos los días. Muchos incluso, se convirtieron en pobres cuando hasta diciembre no lo eran, otros esperaban medidas económicas que no se produjeron, como el sector del campo, otros simplemente querían un cambio pero no imaginaron una recesión sin precedentes o simplemente otros comenzaron a desilusionarse o escandalizarse con la extravagancia, la falta de gestión, los papelones internacionales, o como sucede ahora, observando un grupo de legisladores que componen su minoría que se dispersa y divide en escándalos bochornosos.

Claramente, pertenezco a este último sector, que votó a Milei por descarte, aún con ideas absolutamente diferentes a las extravagancias de su personalidad, a sus ideas extremas y por sobre todo al alejamiento que va produciendo día a día, respecto a un cambio con institucionalidad que nos haga parecer a las mejores democracias occidentales del mundo con que nos había ilusionado.

En mi caso, como debe ocurrir con muchísimos de ustedes, comenzamos a dudar qué Congreso queremos para las elecciones de medio término. ¿Acaso deberíamos votar para legisladores, “la vergüenza de diputados y senadores del bloque de la Libertad avanza” que Milei eligió para componer su minoría?

Hoy en la Argentina comenzó a separarse un sector bastante definido, que ignoro su importancia electoral, pero posiblemente siga en aumento en los próximos meses hasta las elecciones del 2025 que sigue con la idea del cambio pero que hoy en modo alguno está seguro de seguir apoyando el cambio que nos propone Milei. El primero que se ha dado cuenta es Macri en su nueva impronta dentro del Pro. Su postura podría resumirse fácilmente en lo siguiente: Queremos cambio, pero no así.

Algo similar, expresa el bloque que conduce Picheto, con expresiones bastante similares. Más lejos se alza la voz de los radicales, aunque muy enredados en sus propias peleas de comité y discusiones que no conducen a nada. Aquel partido centenario que había iniciado su recuperación luego de la mala experiencia de De la Rúa hoy se ve sumido en una profunda crisis.

Fuera y lejos del cambio, está lo otro, el “pero/kirchnerismo” que es tan difícil de entender hasta para ponerle nombre, al punto que ni siquiera ellos hoy encontrarían uno, salvo el único denominador común: Lo que dejó la brillante gestión de Alberto Fernández!!!

Lo único cierto hasta hoy sobre nuestro futuro es una profunda incertidumbre teñida de peleas internas en el grupo gobernante, que ni siquiera puede denominarse “Partido”. Desde la Vicepresidente para abajo son una verdadera “bolsa de gatos” unificada en la mesiánica prédica de un liderazgo que nos propone un “anarcocapitalismo” que no existe ni existió en ningún país del mundo, secundada por una trinidad con pocos pergaminos, que deciden tras bambalinas prácticamente todo (me refiero a Karina, el joven Caputo y el Ministro de Economía).

Desde el Gobierno comienza a verse un experimento autoritario fenomenal. No hay un Milei bueno y un Milei malo. Lo que hay es una ideología de extrema derecha, conservadora y que se expresa de maneras diferentes, amenazando nuestra identidad democrática y la posibilidad cierta de tolerarnos al pensar diferente.

Es un experimento, porque como dice Milei, él es el primer presidente anarcocapitalista de la historia de la humanidad. No hay país en la historia que se haya desarrollado bajo estos términos, porque no hubo ninguno. Esa utopía cada vez se aleja más del país en el que me gustaría vivir.

Es autoritario, ya no desde el punto de vista político, sino en términos sociales. No se admite ni el pensamiento ni la posibilidad que exista un “otro”, con los que tenemos que convivir y para los cuales Milei está obligado también a gobernar. Desde este punto de vista es un modelo superior y mejorador al propio Kirchnerismo. Todo lo otro hay que odiarlo y destruirlo o por lo menos denigrarlo. Dicho de otro modo: está bien combatir la diversidad, porque en el pasado se abusó de ella.

Por todo eso, soy proclive a pensar que la Argentina está en medio de una gran aventura que algunos comenzamos a dudar y otros se fanatizan al mejor estilo autoritario y si bien mi opción no es el pasado, tampoco quiero un futuro que profundice esta experiencia.

 

* Abogado laboralista, especialista en negociación colectiva, extitular de la Catedra de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de laUNSJB, autor de varios libros, exministro Coordinador de la Provincia del Chubut.