13 mayo, 2021
LA CLAVE SERÍA UN SALTO SUSTANTIVO EN PRODUCCIÓN DE HIDROCARBUROS, QUE POR AHORA VAN A 'MEDIA MÁQUINA'
Un informe de la consultora Economía & Energía destaca que el gobierno enfrenta un escenario de compleja resolución en materia tarifaria.
Argentina enfrenta un “trilema” en materia de tarifas energéticas, entre el nivel de subsidios, la recomposición del poder adquisitivo de la población y la necesidad de alcanzar un acuerdo con el FMI, cuya resolución es compleja, destaca el informe de los especialistas.
El trilema consiste en las siguientes alternativas:
Si el gobierno nacional quiere potenciar el incremento el poder adquisitivo de los salarios, los subsidios a la energía deberían aumentar en términos de su incidencia en el PIB, exacerbando el déficit fiscal y complicando la estrategia de acuerdo con el FMI.
Si en cambio se privilegia la estrategia de un rápido acuerdo con el FMI, los subsidios deberían descender pero esto complicaría la recuperación del poder adquisitivo de los salarios, que se vienen contrayendo hace ya tres años y cuya recuperación no sólo es necesaria desde el punto de vista electoral sino también en términos de acelerar la recuperación económica.
Por último, si se quisiera recuperar el poder adquisitivo de los salarios sin un acuerdo con el FMI, la potencial depreciación de la moneda podría derivar en un incremento vertiginoso de los subsidios en términos del PIB.
El informe de Economía & Energía señala que la Ley de Presupuesto 2021 establece que la incidencia de los subsidios energéticos sobre el PIB se debería mantener estable con respecto al año pasado. Esto implica un nivel de subsidios respecto al producto de 1,6%, si se considera el criterio devengado y de un 1,8% en el caso de que se considere el criterio base caja.
Si se toman en consideración las proyecciones macroeconómicas para este año, implicaría un incremento de tarifas superior al 40%.
“En cambio, si se pretende recuperar el poder adquisitivo de los salarios y se considera que el actual peso de las tarifas sobre los salarios es excesiva, una suba de tarifas inferior, por ejemplo, del 10% permitiría reducir aún más su incidencia en términos reales. Sin embargo, en este escenario los subsidios en relación al PIB se elevarían sensiblemente violando la pauta establecida en la Ley de Presupuesto y complicando un acuerdo con el FMI”, indica el análisis de a consultora.
Economía & Energía, consultora que dirige Nicolás Arceo, señala que Argentina tuvo una política pendular en materia tarifaria desde la desregulación del sector a comienzos de la década de 1990, proceso que comprimió los niveles de inversión. A la vez, que tuvo un sensible impacto macroeconómico, ya sea potenciando el déficit fiscal o contrayendo sustantivamente la capacidad adquisitiva del salario.
Indica que “la utilización de los subsidios a la energía como método de salario indirecto pueden ser justificable en el corto plazo ante variaciones abruptas en los precios de la energía o ante coyunturas macroeconómicas extremadamente desfavorables. Sin embargo, más allá de su impacto macroeconómico, no se trata de una política eficiente en términos distributivos. Una estructura tributaria regresiva como la Argentina, implica que los sectores de menores ingresos terminan afrontando en mayor proporción los costos de subsidiar al sector energético”.
Además, pone en relieve que, a diferencia de lo que aconteció durante las últimas décadas, hoy el país cuenta, a partir del desarrollo de Vaca Muerta, con los recursos necesarios para alcanzar un salto sustantivo en la producción de hidrocarburos.
La consultora segura que el aumento de la producción de hidrocarburos podría posibilitar la eliminación o, al menos, la morigeración de la restricción externa que enfrentó la economía argentina a lo largo de las últimas décadas.
Un ‘trilema’ a resolver que impactará en todos y todas muy a corto plazo.
*Economía & Energía, PS/ ByCristian Navazo