18 mayo, 2021
La decisión oficial de atacar la inflación regulando las ventas al exterior alienta los peores temores en el sector agrícola. El escenario que se abre
Las aguas no dejan de agitarse en el agronegocio ligado a la exportación de granos. Ocurre que, mientras sigue el tire y afloje para desactivar las ventas de carne al exterior, en el ámbito de las organizaciones del campo volvió a tomar cuerpo el temor a una intervención ampliada del Gobierno en el ámbito de la comercialización de granos.
Previsores, los productores de grandes extensiones ya juegan a futuro con el trigo y no faltan los referentes de la actividad que anticipan medidas oficiales previstas para el maíz.
Se trata de dos productos clave, estratégicos, dado que los valores de estos commodities impactan en los precios de la harina, los panificados, los aceites y también, en el valor de la proteína animal, ya que son dos insumos muy difundidos a lo largo de la cadena de producción de alimentos. Y el Gobierno, que busca controlar el índice de precios. viene de tomar una decisión preocupante al cerrar las exportaciones de carne, con el objetivo de inundar el mercado interno y forzar una baja de precios en carnicerías.
¿Planea imponer cupos o frenar exportaciones de dos alimentos tan simbólicos como el trigo y el maíz?
En el caso del trigo, la certeza de que lo que viene es un control fuerte es tal que los chacareros ya declararon ventas anticipadas por alrededor de 3 millones de toneladas siendo que la siembra de trigo recién está en fase inicial.
«Están buscando asegurarse un muy buen precio porque entienden que la exportación se limitará en algún momento», dijeron especialistas ligados a ese mercado en particular. «A nadie la pasaron desapercibidos los comentarios de algunos funcionarios de que lo mejor es ajustar las cuotas de ventas al exterior como forma de morigerar la inflación», añadieron.
Desde Federación Agraria, Carlos Achetoni, titular de la entidad, sólo atinó a afirmar que el futuro para los granos, a partir de las decisiones que se vienen tomando, es incierto. Pero la preocupación entre las filas del agronegocio es creciente.
Si bien en los papeles la venta de trigo no debería transitar una instancia como la pautada ahora para la carne, lo cierto es que en la práctica las ventas fronteras hacia afuera están prácticamente cerradas por las trabas establecidas en el registro de exportadores.
En el reciente «A todo trigo 2021», evento impulsado por la Federación de Acopiadores, el presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales porteña reconoció que existe una regulación que alcanza a toda la cadena.
«Nunca sabemos cómo puede llegar a intervenir un gobierno en un determinado momento», comentó. A su alrededor, actores del mismo rubro prefirieron hablar de «autorregulación con responsabilidad social» como forma de atenuar la crítica a la lupa del Gobierno sobre el movimiento del trigo.
En la misma cita, Ernesto Crinigan, presidente del Centro de Corredores y Agentes de la Bolsa de Cereales, llamó a mantener un flujo determinado de exportación para, de esa forma, «evitar por cualquier medio volver al modelo» de restricción oficial fuerte. «Quedó demostrado que no funciona, mientras que en los últimos años tenemos incrementos de área y de producción», agregó.
El temor, tras lo extendido ahora a la órbita de las carnes, existe. No por nada los exportadores del cereal, como se dijo, se vienen apurando en registrar las ventas al exterior aunque la campaña recién comienza. Quienes se están adelantando en la declaración tienen como objetivo asegurarse la exportación futura para cuando se active la cosecha.
Por el lado del maíz, el antecedente de fines de 2020 dejó firme la preocupación cada vez que se impulsan restricciones. El año arrancó con la decisión oficial de cerrar la comercialización fuera de la Argentina, pero la medida se mantuvo vigente por un lapso muy breve a partir de la oposición de las organizaciones más fuertes del campo.
Entre los referentes de la actividad están quienes dan por hecho que la próxima avanzada del Gobierno será sobre ese cultivo.
«Lo del cierre de exportaciones de carnes se hizo (y probablemente se vuelva a hacer) con maíz mazorca. Hoy también sucede con el trigo. Formal o informalmente es igual. Cerrar exportaciones apuntala (la) caída de las producciones. Esta vez en pandemia y default dejamos de ingresar divisas», expuso Santiago del Solar, ex Jefe de Gabinete del Ministerio Agricultura, Ganadería y Pesca durante el mandato de Mauricio Macri, en su espacio en la red social Twitter.
La intervención en el mercado de la carne encendió el malestar en todas las entidades del rubro.
La semana pasada, la diputada Fernanda Vallejos propuso subir 3 puntos porcentuales las retenciones sobre las exportaciones de maíz por su impacto sobre el costo del engorde del ganado. Productores y entidades rápidamente tomaron nota de la propuesta. Y reactivaron una preocupación hoy agigantada a partir de los dispuesto para la carne.
Gustavo López, titular de la consultora AgriTrend, sostuvo que la situación del maíz «puede volverse compleja y derivar en una intervención» oficial.
«Es el alimento clave para darles de comer a las vacas, a los pollos. Es muy probable que quieren intervenirlo. Este año en el mejor de los casos se exportarán 29,5 millones de toneladas y ya hay declaraciones presentadas por 27,9, casi 28 millones… Hay que esperar a ver cómo termina la cosecha, pero es probable veamos decisiones del Gobierno», dijo.
«Con el trigo también todo es bastante incierto, aunque ya está casi todo declarado y vendido. Esto mete al productor en una situación de incertidumbre total y eso afectará la oferta. Es muy probable que muchos que pensaban hacer trigo terminen optando por la cebada. Ese cambio, claro, repercutirá en la oferta, que será menor, y se sentirá en los precios», agregó.
Mientras tanto, la guerra entre las principales entidades y el Gobierno gana en intensidad. En rechazo a los movimientos del Gobierno para bloquear las exportaciones de carne, las organizaciones que integran la Mesa de Enlace confirmaron que activarán un cese de comercialización por un período que se extenderá desde el jueves 20 hasta la última hora del viernes 28 de mayo.
Según reporta el sitio iProfesional, la decisión tomó cuerpo a partir de una reunión llevada a cabo esta mañana –de manera remota– por los popes de CONINAGRO, CARBAP, CRA y Federación Agraria. Tras el convite, las entidades emitieron un comunicado en el que señalaron que las medidas que promueve el oficialismo «perjudican a toda la Argentina».
Los remates comenzaron a suspenderse a partir de los movimientos del Gobierno.
La Mesa de Enlace considera que medidas como las que promueve el Gobierno ya se aplicaron en el pasado y no redundaron en una baja de la inflación sino todo lo contrario. Señalan que la consecuencia de cerrar las exportaciones será una reducción fuerte de la oferta, lo cual impactará en los mostradores aumentando aún más los precios.
Si bien la edición más reciente del Boletín Oficial no establece un freno total a la venta de carne fronteras hacia afuera, lo cierto es que desde la cartera de Desarrollo Productivo que encabeza Matías Kulfas pusieron a circular un comunicado donde se anticipa que «las exportaciones de carne vacuna estarán limitadas durante un período de 30 días».
«El presidente informó a los representantes del consorcio ABC que dicho período podrá verse reducido en el caso de que la implementación de las medidas antes señalada genere resultados positivos», se expresa en el texto al que accedió iProfesional.
*iP/ By Patricio Eleisegui