26 abril, 2023
Para algunos especialistas es el mal de siglo XXI. ¿De qué se trata el Síndrome de Pensamiento Acelerado, cuáles son sus síntomas, cómo afecta a las mujeres y de qué forma se trata?
El mal del siglo XXI: que es el Síndrome de Pensamiento Acelerado y como abordarlo
Un flujo constante de pensamientos, una sensación de no poder frenar o controlar la mente, un bombardeo de frases e ideas que se cruzan y superponen. Quien sienta esto, puede estar sufriendo el síndrome del pensamiento acelerado.
Esta condición puede ser debilitante y afectar la capacidad de una persona para concentrarse, relajarse y dormir. El síndrome del pensamiento acelerado puede ocurrir como un síntoma de otras condiciones psicológicas, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno bipolar y la depresión.
El psiquiatra brasileño Augusto Cury, con 25 años experiencia y más de 20.000 pacientes, es uno de los formadores de este tipo de diagnóstico. «Afecta a tanta gente que puede considerarse el mal del siglo», dijo.
* Una sensación constante de estar abrumado
* Dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido
* Pensamientos obsesivos o repetitivos
* Dificultad para concentrarse
* Inquietud o agitación
* Irritabilidad
* Fatiga o cansancio extremo
* Sensación de pánico o ansiedad
* Aumento de la frecuencia cardíaca y la respiración
El síndrome del pensamiento acelerado se diagnostica mediante una evaluación psicológica realizada por un profesional de la salud mental. Un psicólogo o psiquiatra evaluará los síntomas del paciente y los factores subyacentes que pueden estar contribuyendo a la condición.
El tratamiento para el síndrome del pensamiento acelerado puede incluir terapia cognitivo-conductual (TCC), que es una forma de terapia que se centra en cambiar los patrones de pensamiento negativos y poco útiles.
En algunos casos, los medicamentos pueden ser necesarios para tratar los síntomas del síndrome del pensamiento acelerado. Pueden incluir antidepresivos, ansiolíticos y estabilizadores del estado de ánimo.
* Establecer límites: es importante que aprender a decir «no» cuando sea necesario. No te comprometerse a más de lo que se puede manejar. Aprender a delegar tareas y decir no a ciertas responsabilidades puede ser clave para reducir el estrés y la fatiga mental.
* Practicar la meditación o el mindfulness: dedicar tiempo cada día para practicar técnicas de meditación y mindfulness. Esto puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y a enfocar tu atención en el momento presente.
* Planificar el día: una lista de las tareas y establecer prioridades es una buena herramienta. Tratar de no llenar agenda de actividades innecesarias, y aprende a priorizar lo que es realmente importante.
* Descansar adecuadamente: dormir lo suficiente es fundamental para evitar la fatiga mental. Al menos 7 u 8 horas al día, y si es posible, establecer una rutina de sueño para mantener un horario regular.
* Hacer ejercicio: el ejercicio regular ayuda a liberar tensiones y reducir el estrés. Además, también mejorara la capacidad de concentración y memoria.
El síndrome del pensamiento acelerado puede ser una condición debilitante, pero hay muchas opciones de tratamiento disponibles. Si sentís que estás luchando con pensamientos acelerados o una mente inquieta, buscá ayuda profesional y tomá medidas para reducir el estrés.
Puede ser algo más que el cansancio diario, puede haber un problema de fondo que solucionar, para vivir mejor.
*SO/ by Ezequiel Brahim