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25 junio, 2020

EN ESTADO ´CRÍTICO´

“El Jinete Azul” que no quería confundirse con el mundo

“Der Blaue Reiter” (El Jinete Azul) fue el nombre que recibió un grupo de artistas expresionistas, fundado por Vasili Kandinski y Franz Marc en Múnich entre 1911 y 1913, una estudio de arte que transformó el expresionismo alemán y persiguió una verdadera “igualdad de derechos” de las distintas manifestaciones artísticas.

Además de ellos formaron parte del grupo, entre otros, August Macke, Gabriele Münter, Alexei von Jawlensky, Marianne von Werefkin y Paul Klee.

A todos los unía su interés común por el Arte medieval y primitivo, así como los movimientos coetáneos del Fauvismo y el Cubismo.

¿En qué se diferenciaban de Die Brücke, otro grupo de artistas de Münich? Tendían a una purificación de los instintos, más que a desencadenarlos sobre el lienzo, y no buscaban un contacto fisiológico con lo primordial, sino adoptar un modo propio de captar la esencia espiritual de la realidad.

Sus actitudes personales y artísticas no eran primarias, sino refinadas y casi aristocráticas. Por supuesto, con El puente también tenían cosas en común: su rechazo al impresionismo, al positivismo y a la sociedad de su tiempo.

El nombre de “El jinete azul” surgió de la fascinación de Kandinsky por la imagen de fábula de los jinetes, que a menudo había pintado, y a la inclinación estética de Marc por la belleza de los caballos. Ambos, además, amaban el azul.

La primera muestra de “El Jinete Azul” tuvo lugar en Múnich en diciembre de 1911, la segunda, en febrero de 1912, y esta última se dedicó solo a obra gráfica, dibujo y acuarela. En ella participó también, con diecisiete hojas, Paul Klee.

El ´Almanaque´ recogía también una serie de estudios estéticos de los que se desprende una especie de exaltación apocalíptica, la sensación de un cambio que acabaría con el materialismo del siglo XIX y permitiría iniciar una nueva era espiritual. No se evaden hacia el mundo salvaje o hacia la naturaleza, sino a lo espiritual interior.

Se aprecia también la aspiración a una síntesis de la cultura, a la obra de arte total. Pero, sobre todo, son patentes temas como la correspondencia entre pintura y música, y se defiende la idea de que el arte sólo responde a una necesidad interior del artista. Muchas de estas ideas se encuentran también en “De lo Espiritual en el Arte”, un escrito previo de Kandinsky (1910)

Aunque sobrevivió a El Puente, la existencia del grupo no fue larga: en 1914 organizaron su última exposición y la Guerra Mundial los dispersó. Macke, que se les unió en 1911, murió en la contienda y Marc cayó en 1916.

Ante la angustia de la guerra inminente, Kandinski escribió: “Cuanto más espantoso se vuelve este mundo, tanto más el arte se vuelve abstracto, mientras que un mundo feliz crea un arte realista”.

 

Especial para la cuarentena

 

Para disfrutar a Kandinski, el Museo del Palacio de Bellas Artes de México acercó más de 50 obras de Kandinsky en la muestra «Pequeños Mundos». En esta temporada de cuarentena por la pandemia del coronavirus (COVID-19), la institución se asoció en colaboración con The State Tretyakov Gallery para ofrecer un recorrido virtual de dicha exposición que además de cuadros, ofrece un ensayo y música de contexto y época que se puede disfrutar en

http://museopalaciodebellasartes.gob.mx/kandinsky-pequenos-mundos2/

Y en videos de inigualable calidad y belleza que se sugieren a continuación:

http://museopalaciodebellasartes.gob.mx/sinfonias-de-moscu/

http://museopalaciodebellasartes.gob.mx/salon-de-la-musica/

O acercándolo a través del impecable ensayo: «El Apocalipsis y la antigua Rusia: Kandinsky y Rachmaninoff», escrito por Peter Vergo

https://drive.google.com/file/d/1YA0tTUvoZyy_Z5_qkh6PThDvDKetZc4f/view

Que lo disfruten!!!