11 octubre, 2021
El 11 de octubre de 1945 nació Patoruzito, el niño tehuelche creado por el guionista y dibujante de cómics Dante Quinterno , toda una efeméride en la Semana de la Diversidad Cultural . Y mañana martes 12 de octubre habrá más: comenzará un ciclo de cine documental y de charlas en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa , con entrada libre y gratuita .
Patoruzito fue la versión infantil del cacique Patoruzú. Pero tenía una nariz pequeña y además no vivía en la ciudad sino en la Patagonia. Estaba vestido igual que su émulo adulto: con poncho amarillo, pantalones azules arremangados, ojotas, una vincha blanca con una pluma y diestro en el manejo de las boleadoras que siempre lleva en el cinturón.
Sus tiras fueron dibujadas por Tulio Lovato con guiones de Mirco Repetto y contaban las aventuras del niño indígena noble y valiente que enfrentaba a ladrones, indios malos, cuatreros, ambiciosos extranjeros y estafadores, generalmente empeñados en robarle las tierras que había heredado de su padre, el cacique Patoruzek.
Su personalidad se oponía a la de su amigo Isidorito , quien llegaría a ser con el paso del tiempo su padrino, símbolo de una prototípica viveza y picardía porteñas.
Patoruzito tenía una amistad entrañable con Isidorito, un niño malcriado, vanidoso, egoísta, consentido, caprichoso, mal estudiante y, a veces, guarango.
Los vicios de Isidorito eran varios, sobre todo el cigarrillo, que le costaría más de un sopapo por parte del joven cacique quien a pesar de eso le daba refugio y protección.
Entre los «malos» de la tira estaba el hechicero tramposo y ladino Chiquizuel y su nieto holgazán Chupamiel , un chico que usaba una especie de chiripá, jamás se separaba de su tarro de miel y se chupaba los dedos.
Patoruzito montaba a su caballo Pamperito y tenía como nodriza a una mujer de gesto adusto, trenzas, desconfiada y de pocas pulgas: la Chacha Mama , quien lo alimentaba a base de empanadas.
Otros personajes de la tira eran Ñancul , al frente de la estancia junto a la Chacha, el panzón Upa , hermano menor y bebé, de Patoruzito; y el tío de Isidorito, el Capitán Cañones , vestido con anticuado uniforme militar.
Patoruzito tuvo su aparición en televisión en el año 1988, por el Canal 2 de La Plata (Argentina). A llí se emitió diariamente un corto animado protagonizado por Patoruzito, Isidorito y Pamperito, con la función de marcar la finalización del horario de protección al menor.
Ya en el 2006, se emitieron 20 minutos de dibujos animados de los mismos personajes a través del canal de cable Cartoon Networks (para toda América Latina).
Y también llegó al corto y al cine, pero con poco éxito. En 1996 se produjo un video de 1 minuto y medio, a cargo de la productora Aguafí, llamado «El cazador». El piloto fue realizado para estudio de los personajes y presentación en festivales internacionales. Finalmente el proyecto no prosperó.
En 1999 se había iniciado la producción de un largometraje de la mano de Patagonik Group, con un equipo técnico encabezado por Franco Vittolo. La historia contaba una leyenda que involucraba cuatro plumas que al desaparecer traerían desgracias a los indios, pero el proyecto tampoco tuvo continuidad.
El 8 de Julio de 2004 se estrenó la película Patoruzito , con producción ejecutiva de Juan Buscarini y dirección de José Luis Massa, un costo de 3 millones de dólares y con aporte musical de L os Nocheros, León Gieco y el grupo La Mosca.
El indiecito participó de una aventura épica y de humor. Se destacaron la presencia de la Patagonia marítima y andina, las comidas, el mate, las fiestas, las destrezas gauchísticas y los sonidos autóctonos.
Dibujantes, animadores, expertos en imagen digital, editores, músicos y sonidistas trabajaron en este filme. Detrás de Patoruzito hubo alrededor de 120 artistas. La película tiene dibujo animado clásico, criollo y hecho a mano, pero también hay trabajos de imagen digital en 3D.
El superhéroe telúrico y nacionalista, Patoruzú, el personaje adulto de Patoruzito, había nacido en 1928 y fue desde la década del 40 al 50, el ícono de la historieta popular argentina.
Hacía referencia al «último de los tehuelches», a quienes los conquistadores españoles han visto en su momento como gigantes dotados de fuerza prodigiosa.
Fue uno de los antecedentes de los superhéroes creó a fines de los años 1930, al contar con superpoderes como supervelocidad y superfuerza.
Dante Quinterno introdujo por primera vez al futuro Patoruzú en una tira publicada en el diario Crítica , llamada «Las aventuras de don Gil Contento». Quinterno había anunciado su llegada durante dos días mediante avisos que adelantaban que Don Gil Contento adoptó al indio Curugua-Curiguagüiguá.
Pero el director del diario le sugirió que cambiara el nombre por otro más criollo y pegadizo. En la tira, el cambio lo descripción el mismo Gil Contento, quien dijo que a Patoruzú lo rebautizaría «porque su nombre le descoyuntaba las mandíbulas». Además comenzó como un personaje humilde, taciturno e ignorante que luego se transformó en un ser potente.
El nacionalismo y el racismo que manifestaban los personajes extranjeros le valieron críticas a la historieta ; se la ha criticado también por el recurso estereotipado de la fuerza y el dinero como solución a los problemas. Y se la ha visto próxima a los ideales de los gobiernos militares, desde las tiras de 1930 —que ambiguamente elogiaban el golpe José Uriburu contra el gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen— hasta la década del 70 cuando la dictadura de 1976 a 1983 lo tomó como mascota patria.
En Rosario supo existur un busto al personaje. Se había inaugurado el 26 de noviembre de 1932, en el ya desaparecido club Patoruzú Fútbol Club (PFC, Campo de Deportes: Mendoza esquina Brasil), obra del escultor Erminio Blotta (1892-1976).
Desde este martes 12 y hasta el viernes 15, siempre a las 18, y como parte de la Semana de la Diversidad Cultural , se lanza el ciclo “Colonialidad, ficción y memoria: conversación en torno al documental de creación”.
Se trata de un ciclo con charlas organizado por BienalSur, Programa de Contenidos Transversales (Facultad de Humanidades y Artes, UNR) y el Centro Cultural Fontanarrosa, de San Martín 1080.
Serán cuatro jornadas en las que se proyectarán documentales realizados por Rubén Plataneo, Valeria Mapelman, Alejandro Fernández Mouján y Pablo Romano. El ciclo, que contará con la presencia de los realizadores e invitados y finalizará con un diálogo entre los cuatro realizadores y el público.
Se podrá participar de este ciclo presencial, con entrada gratuita y capacidad limitada: será por orden de llegada, en la Sala Hilarión Hernández Larguía (3er piso). Los documentales estarán disponibles en la web oficial del cine El Cairo (18 y 19 de octubre)
♦ Martes 12: Proyección de «El gran río»
David, joven rapero de Guinea conocido como Black Doh, arriba como polizón en barcos de ultramar a la tierra de Maradona. En África quedaron sus amigos, su familia y su madre a quienes no volvió a ver. Graba su primer disco con canciones en Soussou, francés y castellano. Años más tarde, su primer disco llega a su tierra natal. Este es un film que viaja entre Argentina y África, reflejando rutas y raíces filiales, choques y encuentro de culturas. Dirección y Guión: Rubén Plataneo / Presenta: Rubén Chababo.
♦ Miércoles 13: Proyección de «Octubre Pilagá»
En octubre de 1947, segundo año del primer gobierno de Juan Domingo Perón, en un paraje llamado La Bomba, al norte de Argentina, cientos de personas pertenecientes al pueblo Pilagá fueron asesinadas. El miedo sembrado por el Estado cubrió los hechos con un manto de silencio. A más de sesenta años de la masacre, los sobrevivientes revelan detalles de lo ocurrido en un documental que demandó a su directora más de tres años de investigación en la provincia de Formosa y en archivos oficiales. Dirección y guión: Valeria Mapelman / Presenta: Claudia Gotta.
♦ Jueves 14: Proyección de «Damiana Kryggi»
En 1896, una niña Aché de 3 años es capturada luego de una matanza en la selva paraguaya. Se convierte en objeto de estudio de los antropólogos del momento. Más de 100 años después sus restos son hallados en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata y el Hospital Charité de Berlín. Dirección: Alejandro Fernández Mouján / Presenta: Marcela Valdata.
♦ Viernes 15: Proyección de «Anhelo de rebelión» y conversación en torno al documental de creación junto a los directores de los documentales sometidos.
El 21 de abril de 1904, la localidad de San Javier fue escenario de un enfrentamiento entre la población mocoví y los criollos e inmigrantes que habitaban la región. El hecho fue el resultado de una larga sucesión de conflictos entre los aborígenes y los “blancos”, proceso caracterizado por la marginación y explotación de los mocovíes por parte de los descendientes de europeos. Lo que hoy podemos pensar como un movimiento de reivindicación de los pobladores originarios, fue concebido en su época como un «ataque de indios» y justificó la represión que terminó en masacre. “Anhelo de rebelión” es un documental acerca de la memoria de una masacre producida hace cien años y de como los espectros de esa masacre rondan en los espacios de la comunidad. Dirección, producción e imagen: Pablo Romano.