13 noviembre, 2023
Por Marisa Rauta
Con la economía en el centro del debate y la postura marketinera de dos estrategas verbales, Sergio Massa logró desprenderse del rol central de Ministro de Economía que hoy ocupa y evitar que se hable de crisis, mientras Javier Milei ratificó su proyecto nunca explicado de dolarizar y esbozó propuestas generales de un posible gobierno liberal. ¿Que quedó? Posiblemente la sensación de que se trata de dos puntas de un mismo ovillo que desenrrolllado en la vorágine de la crisis que nos sumerge, va enloquecidamente girando hacia la derecha. Uno muy asumido, el otro disimuladamente menos, pero tratando de habilitarse por contraste.
¿A quienes les hablaron los candidatos? No quedó muy claro, como tampoco lo concreto que dijeron las únicas dos opciones que representan el futuro gobierno. Porque -hay que decirlo-, esas ‘verdades de atril’ se las llevará también el viento electoral y la corta memoria que caracterizan las propuestas de campaña.
De lo concreto que afecta el día a día del ciudadano de a pie, no hubo precisiones. Massa, porque evidentemente no puede explicar porque no aplica ahora lo que intenta prometer para los próximos cuatro años, y Milei porque se queda corto en su verba que no termina de redondear teorías ajenas a realidades propias.
Massa tomó una postura ofensiva con interpelaciones ‘por sí o por no’, mientras Milei se salió de esas cuerdas, pero sin contraatacar con la contundencia que se espera, considerando que su contrincante representa la gravísima crisis oficialista.
¿Porqué se produjeron esas indefiniciones? Posiblemente porque ambos refrentes representan un mismo sector centro-derecha, tal como se encargó Massa de reconocer la participaci´n de Milei en el Frente Renovador.
Salvo, la dolarización y el cierre del Banco Central, con el que insistió el libertario que adoptó una actitud defensiva, se mostró hasta aplacado ante un Massa siempre a la ofensiva en el objetivo de conquistar votos al mencionar el tema de las AFJP y los refuerzos a los jubilados. Sorpresivamente -o no- Milei se prestó al juego.
El espacio menos agresivo y contundente en que eligió mostrarse Milei fue el académico, enumerando datos conocidos como los defaulteos, el abuso de la impresión de billetes que le quitó 13 ceros a la moneda, la política impositiva pero con exceso de gasto público y el señalamiento del Estado como el principal origen de los problemas. Esta demonización del estado sin aclarar que pondrá a cambio como ordenador del juego interno, no generó precisamente entusiasmo entre los indecisos.
Mientras que Massa se jugó plenamente a la política del miedo aprovechando ese espacio de incertidumbre que no logra completar el libertario, y apuntó con sus preguntas a los beneficios que podrían perderse. Las preguntas ‘por sí o por no’ generaron memes, pero también calaron en la opinión pública por la actitud conminente.
Por sí o por no Massa increpó a Milei sobre si va a eliminar los subsidios, privatizar Vaca Muerta, dolarizar, privatizar ríos y mares. Y apuntó a si iba a eliminar el Banco Central.
En varios tramos, Milei se defendió con un “a mi no me vas a condicionar”. “Ustedes son mentirosos en engañar y asustar a la gente. Mentiste al decir que íbamos a subir el boleto pero era multiplicar por seis y no lo que dijeron ustedes. Mentiste. Queremos atacar lo de los impuestos y no vamos a tocar las tarifas, porque antes se va a recuperar la economía, sostuvo Milei ante un Massa que estaba muy cómodo, en ganador.
“Sí, voy a terminar con el Central, con la maquinita, nos roban, con la emisión de $ 280 mil millones. Es un gobierno de delincuentes”, disparó Milei sin poner incómodo a Massa con otros indicadores. En eso, Massa le echó en cara que tenía algo personal con el Banco Central contando que no le renovaron una pasantía cuando se desempeñó en el organismo.
-¿Vas a dolarizar?,por sí o por no, insistió Massa
-Si vamos a dolarizar, cerrar el Central. Primero vamos a hacer que se recupere la economía. Voy a eliminar el Banco Central que genera la inflación. Por otro lado los ajustes no los podés hacer de golpe.
Pero Massa quiso saber sobre los subsidios a los jubilados, que implica un recorte de $ 83.000 en bonos. Y le recordó que solo quedaron 21.750 jubilados por las AFJP que cobran entre 5.000 y $ 20.000 y reciben aportes del Estado. Y hasta buscó arrinconarlo al decir que intenta que se elimine el plan de lucha contra el cáncer.
El ministro habló de un plan exportador, un sistema cambiario estable que no definió, superávit fiscal y acumulación de reservas mientras acusaba a Milei de “industricidio”, al atacar su idea de apertura de la economía, que Milei dejó pasar.
Lo demás temas, derechos humanos, seguridad, educación, salud y fueron abordados entre chicanas, expresiones personales, autoreferencias, ejemplos menores y relatos superficiales, bastante alejados de programas políticos concretos en los que ambos candidatos evitaron dar indicios. Una subestimación de audiencias, a manos del relato televisivo y partidario.
Ante la pregunta de por qué quiere se presidente, Milei dijo que Argentina se encuentra «frente a la elección más importante de los últimos 100 años y muy especialmente en estos 40 años de la nueva democracia que tenemos”.
“Es el momento de preguntarnos si queremos seguir transitando este sendero decadente que hace que cada día seamos más miserables”, añadió.
Y agregó: “Te pido que al momento de evaluar tu voto te preguntes si preferís la inflación sobre la estabilidad, si preferís esta decadencia en producción y empelo o el crecimiento económico, si querés seguir sosteniendo a esta casta política, chorra, corrupta, parasitaria inútil que lo único que hace es destruir nuestra generación de riqueza”.
“En el fondo también te estoy preguntando si vos querés elegir entre el populismo que nos hunde o la republica”, planteó.
Por último, pidió: “Te pido que cuando vayas a votar lo hagas sin miedo porque el miedo paraliza y si te paralizas beneficias al statu quo que nos empobrece”.
el actual ministro pidió el voto «como vehículo para no elegir un camino que es de violencia y daño».
Además, destacó la necesidad de «enterrar definitivamente la grieta» y tener «diálogo y concensos que den previsibilidad de largo plazo».
Enunciados de candidatos. Al decir asertadísimo de un colega, apenas un match point entre el enojo y el miedo.
Ahora quedan seis días para que tome la palabra el pueblo.