5 diciembre, 2022
El consumo, en rojo: alarma en empresas líderes por la fuerte caída en las ventas
Impacto de la inflación del 100% y la pérdida de poder adquisitivo. Los beneficios anunciados a cuentagotas por el Gobierno no alcanzan a compensar
En la reunión mensual de gerentes, en una de las principales empresas alimenticias del país, los ejecutivos no pudieron esconder la preocupación. Sucedió el último jueves. Las primeras sonrisas de ocasión se borraron rápidamente apenas se empezaron a repasar los resultados de noviembre. El dato concreto es que, en esa empresa líder, por primera vez desde antes de la pandemia, las ventas de alimentos de la canasta básica mostraron una clara caída.
Las bajas en las ventas de la fabricante fueron ante menores pedidos de sus clientes, en su gran mayoría cadenas de supermercados y mayoristas de todo el país.
Esta es una novedad: hasta ahora, el repliegue del consumo se concentraba exclusivamente en los pequeños comercios: autoservicios y almacenes de barrio que venden más caro que las grandes cadenas y sufren un éxodo de la clientela.
Habrá que esperar a los registros oficiales, pero lo que dan cuenta algunas de las empresas más grandes de la Argentina es que durante noviembre vendieron menos que en octubre. Y, algunas de esas empresas, incluso, por debajo a las ventas de octubre del año pasado.
Dependiendo las categorías, las caídas en los volúmenes de ventas del mes pasado respecto de octubre van del 5% al 10%. Y del 7% promedio en relación a noviembre del año pasado.
Los rubros más castigados son los más caros, y a la vez considerados como menos necesarios en la mesa familiar, como los congelados, el aceite de oliva y el café, que a su vez muestra una fuerte suba en sus precios.
Lo notable es que también hay bajas en las ventas de otros productos de la canasta esencial, como aceite de girasol y fideos de las primeras marcas.
También hubo una merma en las ventas de lácteos, dijeron a iProfesional desde un par de empresas del sector. La tendencia negativa fue marcada en productos como yogures, postres y leches saborizadas. Lo mismo que en las leches fluidas más caras.
Cualquier consumidor atento podría percibir que en las heladeras de los grandes supermercados hay cada vez menos espacio ocupado por esos productos.
Cuando iProfesional consulta en distintos autoservicios, los pequeños empresarios aseguran que sus ventas vienen retrocediendo en los últimos meses. Pero esa tendencia se agravó en las últimas semanas.
Una de las principales cadenas de «minimercados» en el conurbano -con sede central en Berazategui- revela a iProfesional que las ventas (en volumen) de noviembre se contrajeron 4% en relación a octubre.
Pero la caída supera el 11% en relación a noviembre del año pasado.
Distribuidores de distintos rubros consultados coinciden: hay caídas muy fuertes en ventas de café y en productos que se encarecieron más que el promedio en los últimos tiempos, como los quesos, fiambres y las bebidas gaseosas. También es impactante la baja en las ventas de productos de limpieza.
Desde las empresas aclaran que, hace un año, el consumo masivo se encontraba en niveles elevados, en pleno auge de la pospandemia y la recuperación de los ingresos de la población.
Distinto sucede ahora, con una aceleración inflacionaria que arrancó a mitad de año, tras la salida de Martín Guzmán del ministerio de Economía, y la incertidumbre cambiaria. A partir de julio se hizo evidente una progresiva pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, que ahora se empieza a notar con fuerza, con una inflación disparada al 100% anual.
El golpe sobre el consumo se da en medio de una aceleración inflacionaria, con salarios que -en su mayoría- no logran ni siquiera empatarle a un proceso que terminará este año con una inflación en torno al 100%.
La tendencia ya se había insinuado durante octubre, y todo indica que se confirmó durante noviembre. Así lo señalaron a iProfesional distintas compañías integrantes de la cadena del consumo masivo.
En octubre, el consumo de productos básicos ya había mostrado un retroceso del 4,5% en relación al mismo mes del año pasado. Un resultado en rojo que había sido bastante peor en los comercios de proximidad -los pequeños autoservicios y almacenes de barrio-, que no pueden ofrecer a sus clientes precios más bajos que las cadenas de supermercados.
Precisamente, una de las apuestas de Sergio Massa es que el consumo masivo pueda recuperarse gracias al acuerdo de precios firmado con los fabricantes de alimentos y con las cadenas de supermercados.
De acuerdo al seguimiento que realizan a diario desde el Palacio de Hacienda, noviembre habría cerrado con una inflación por debajo de 6%. En la autoridad monetaria tienen su propio monitoreo y creen, incluso, que el IPC del mes pasado sería del 5,5%.
Serían ocho décimas menos que en octubre, mes en que Massa no pudo demostrar que la dinámica inflacionaria se enfriaba, como él prometió: la inflación de septiembre había sido del 6,2%.
Si, efectivamente, el IPC de noviembre sale en torno al 5,5% y diciembre repitiera ese número -o incluso saltara al 6% (el último mes del año suele ser más caliente en materia inflacionaria), la inflación anual alcanzaría al 96,5% en el primer caso y al 97,5% en el segundo.
El escenario tiene un lógico y natural impacto sobre el humor social. No es casualidad que la imagen del Gobierno se encuentre en mínimos históricos. Aun por debajo de los años de la pandemia, cuando existía un áspero debate sobre la forma de enfrentar la circulación del coronavirus.
*iP/ by Claudio Zlotnik