4 mayo, 2021
Diputados no se reúne desde fines de marzo y el Senado desde principios de abril. Sin fecha prevista para sesionar en ninguna de las dos Cámaras, la atención está puesta en proyectos con destino incierto y una eventual concurrencia del jefe de Gabinete.
La actividad del Congreso atraviesa desde hace más de un mes un período de calma, con escasas reuniones de comisión y ninguna sesión prevista, debido a una combinación de factores más relacionados con lo administrativo que con lo político.
La Cámara de Diputados sesionó por última vez el 27 de marzo para aprobar la modificación del Impuesto a las Ganancias y los cambios en el régimen de monotributo y proyectos de menor voltaje como la ley de educación ambiental y la prevención y control del dopaje en el deporte.
El Senado, en tanto, tuvo su última sesión el 8 de abril para convertir en ley esa misma agenda de proyectos y luego se sumió en una pasividad que, en principio, obedeció a aumentar los cuidados ante la segunda ola de coronavirus.
Si bien hubo reuniones de comisión por videoconferencia -algunas de ellas con fuertes cruces entre oficialismo y oposición- fuentes de ambas Cámaras consultadas por NA indicaron que por el momento no hay una fecha prevista para volver a debatir en el recinto.
Uno de los motivos, común a Diputados y el Senado, es la falta de una agenda definida de proyectos que, además, estén en lo posible consensuados por los distintos bloques, pero luego hay razones distintas de un lado y del otro del Salón de Pasos Perdidos.
En el Senado se suma a la falta de una agenda la expectativa ante una posible visita del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, dentro de 15 días aproximadamente, según señalaron a Noticias Argentinas fuentes de Juntos por el Cambio.
Algunos de los integrantes de esa bancada ya se encuentran preparando preguntas para el ministro coordinador del Gobierno nacional pero todavía esperan una confirmación por parte del bloque del Frente de Todos que encabeza José Mayans y que, con su holgada mayoría, maneja los tiempos de la Cámara.
La concurrencia de Cafiero para brindar su informe de gestión es uno de los principales reclamos de la oposición en el Congreso, al punto de que la semana pasada la bancada de diputados de Juntos por el Cambio lanzó una campaña en redes sociales para sumar presión sobre el tema.
Si bien la Constitución Nacional establece que el jefe de Gabinete debe concurrir una vez por mes al Congreso, alternativamente a cada Cámara, Cafiero no asistió en lo que va de 2021.
En tanto, en Diputados, a la ausencia de una agenda bien definida de proyectos se suma el vencimiento del protocolo para la realización de sesiones mixtas, donde se combina la presencia de legisladores en sus bancas con la modalidad remota.
Fuentes del oficialismo de la Cámara baja indicaron a NA que, en principio, no habría reparos a la renovación del protocolo. En cambio, en lo que respecta a la conformación de una agenda de proyectos aparecen algunas desavenencias entre el oficialismo y la oposición principalmente respecto de la nueva ley de biocombustibles.
El futuro del régimen de promoción de los biocombustibles que se vence el 12 de mayo es motivo de discusiones tanto hacia dentro del Frente de Todos -entre gobernadores de provincias productoras de petróleo y de biocombustibles- como con la oposición y también entre ambas Cámaras.
El conflicto empezó cuando el Gobierno decidió impulsar desde la Cámara de Diputados un nuevo régimen con un proyecto distinto al aprobado por el Senado en 2020 lo que genera críticas por parte de la Cámara alta y también por parte de la bancada opositora de la Cámara baja, que coinciden en que la nueva norma desalentará la inversión en el sector.
Las dudas en torno a ese proyecto es uno de los factores que mantienen paralizadas las sesiones, aunque no es exclusivo, según indicaron las fuentes consultadas.
Además, la Cámara de Diputados también se encuentra expectante de lo que pueda ocurrir con la posible postergación de las elecciones, un tema en el cual había un principio de acuerdo entre la oposición y el oficialismo -que no tiene mayoría propia- pero que quedó en duda luego de que el Gobierno deslizara que no enviará un proyecto propio.
Por otra parte, la Cámara baja tiene algunos proyectos pendientes de tratamiento como el proyecto que suspende la pérdida de personería de los partidos políticos que no realizaron internas en 2020 y el de etiquetado frontal de alimentos, ambos con aprobación del Senado.
En tanto, en la Cámara alta podría tratarse el decreto de necesidad y urgencia (DNU) del presidente Alberto Fernández que dispuso nuevas restricciones ante la pandemia y suspendió las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El oficialismo ya le dio dictamen favorable en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo al DNU 240 y el próximo miércoles tratará el 287, que fue firmado el 30 de abril pasado y que prorrogó al anterior.
Dado que para validar un DNU del Poder Ejecutivo alcanza con la aprobación de una sola de las Cámaras, se prevé que ambos sean tratados primero por el Senado, donde el Frente de Todos tienen los votos asegurados.
*NA