2 enero, 2021
El cierre de exportaciones de maíz dispuesto por el Gobierno nacional generó un fuerte malestar entre dirigentes y productores agropecuarios. La medida causó, además, un alto grado de sorpresa y disgusto en el sector sobre el filo del cierre de 2020.
Este año no fue uno más para el campo. A pocas semanas de asumir, Alberto Fernández aumentó las retenciones. En junio el Gobierno intentó expropiar Vicentín, mientras que en octubre el dirigente, Juan Grabois, usurpó el campo de la familia Etchevehere.
Para cerrar el 2020, tal como publicó en exclusiva LPO, el Banco Nación excluyó a productores de soja y maíz de su principal línea de créditos. Ahora, sin previo aviso, se cerraron las exportaciones del segundo cultivo en importancia para el sector.
«Concluye un año difícil y el Gobierno lo complica aún más con medidas inconsultas que van a contramano de todo lo esperable, de lo que creemos que debe hacerse y del sentido común», apuntó la Mesa de Enlace en comunicado emitido el miércoles.
«Volvieron a defraudar al campo y a todo el interior con una decisión que vuelve a generar una nueva transferencia de recursos de la producción primaria a otros eslabones de la cadena», aseguraron las cuatro entidades (SRA, FAA, CRA y Coninagro).
Para la Mesa de Enlace, con el cierre de exportaciones «el productor interpreta que sigue funcionando la discrecionalidad y la arbitrariedad, en lugar del diálogo. No se entiende por qué esperan resultados diferentes aplicando las mismas recetas».
Durante el presente año 2020, según datos del INDEC, el Estado nacional recaudó alrededor de 800 millones de dólares en concepto de retenciones al maíz sobre una cosecha 2019/20 que marcó un récord histórico con cerca de 50 millones de toneladas.
La decisión comunicada por el Ministerio de Agricultura causó tanta preocupación que los productores agrupados en CARBAP decidieron declararse en estado de alerta y movilización. En las próximas semanas habrá asambleas para definir los pasos a seguir.
Las Bolsas de Cereales y de Comercio de todo el país también manifestaron su incertidumbre por la medida oficial. «Las restricciones a las exportaciones son una política distorsiva que impiden el normal funcionamiento de los mercados», dijeron.
«Este tipo de medidas dañan los incentivos para producir e invertir a lo largo de toda la cadena de valor», señalaron las Bolsas. «Trabar las exportaciones va en sentido opuesto a la necesidad de una economía en crisis que precisa divisas», añadieron las entidades.
Por el cierre de exportaciones, según cálculos privados, la Argentina perderá unos 810 millones de dólares en envíos al exterior. «Se afecta la credibilidad del país como proveedor confiable en el mercado generando dudas entre los clientes», afirmaron.
El diputado lavagnista, Alejandro «Topo» Rodríguez, advirtió que la medida puede ser la antesala del cierre de exportaciones de carne y trigo. «Es una pésima decisión que desalienta y perjudica a pequeños y medianos productores de todo el país», sostuvo.
*LPO