18 julio, 2021
La compañía, que es cliente del organismo crediticio del Banco Mundial (BM) desde el 2016, había solicitado hasta u$s100 millones para expandir su capacidad de producción láctea.
Luego de esa operación con el grupo agroindustrial diversificado que produce azúcar, etanol y energía en Brasil y granos, arroz y lácteos en Argentina y Uruguay, la CFI dejó de asistir financieramente a empresas con proyectos para invertir en el país.
De hecho, durante los anteriores gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner el escenario fue similar. Incluso, en el 2013 el Banco Mundial hasta trabó fondos para el Estado nacional, como un préstamos por u$s3.000 millones que debían ser destinados a proyectos de salud, desarrollo rural e infraestructura.
Para remontar esta situación el Gobierno debió comprometerse a pagar varias sentencias en su contra aplicadas en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), el tribunal del Banco Mundial.
Varios de esos litigios siguen impagos en la actualidad y por lo tanto continúan también trabando la cesión de créditos al país.
Se trata de NSG UK Enterprises Limited, unidad Nippon Sheet Glass y productor mundial de vidrio, que solicitó al organismo financiero internacional un crédito corporativo para financiar las inversiones de su subsidiaria local, Vidriería Argentina SA (VASA), de la cual controla el 51% del capital, mientras que el 49% restante está en manos del holding francés Saint-Gobain.
El proyecto implica una nueva línea de producción de vidrio plano en un terreno de 33 hectáreas cerca del actual centro de distribución VASA, en una planta con capacidad para producir 900 toneladas por día (t/d) o 225.000 toneladas por año (t/a).
La construcción de la planta comenzó el 9 de octubre de 2019 y, se vino financiando con dinero de los accionistas de la compañía con el objetivo inicial de que el proyecto se finalizara en mayo del 2020, lo cual no ocurrió ya que las obras se fueron demorando por falta de dinero y por la irrupción de la pandemia del Covid-19.
Ahora, la inversión propuesta por la CFI consiste en un préstamo A de u$s40 millones para financiar la finalización y el inicio de operaciones de la planta que tiene como objetivo satisfacer la demanda de productos de vidrio arquitectónico y automotriz en la Argentina y apoyar el crecimiento del mercado en Paraguay, Uruguay y Bolivia.
Fundada en 1918 y con sede en Tokio, Nippon Sheet Glass Co. Ltd. es fabricante global de vidrio y productos de acristalamiento para los mercados automotriz, arquitectónico y técnico.
Se encuentra entre los tres principales productores mundiales; con fábricas en 30 países y ventas en otros 100; que emplea aproximadamente a 27.000 personas y cotiza en la bolsa de valores de Tokio.
Por su parte, Saint-Gobain, socio en VASA, es un líder europeo y mundial en vidrio plano, materiales de alto rendimiento y productos de construcción.
En el caso del préstamo que está por obtener de parte de la CFI podría convertirse en el primero luego de que el organismo financiero global cerrara su grifo a las empresas con intenciones de invertir en la Argentina a diferencia de lo que había ocurrido a partir del 2002, cuando continuó ampliando su cartera de préstamos en la Argentina.
El 2005 fue el año de mayor actividad con ocho créditos otorgados, mientras que 2004 el de menor, con sólo un préstamo cedido a AGD. En 2010, la CFI cerró cuatro préstamos por un monto global cercano a los u$s 200 millones.
La otra fue la petrolera Pan American Energy (PAE), con una asistencia financiera de u$s400 millones para encarar obras en su refinería de la localidad bonaerense de Campana.
En este caso se trata de otro cliente regular de la CFI desde el 2015, cuando obtuvo ayuda para financiar su programa de inversión de capital 2015/2016 y para culminar con la transferencia de Axion Energy Argentina.
Para la refinería de Campana, el auxilio se divide en dos: un préstamo A de hasta u$s100 millones y otro Préstamo B por u$s300 millones para aumentar la producción de productos refinados; producir combustibles adicionales de mayor valor y combustión más limpia, y reducir las emisiones al aire de las refinerías.
El total de fondos inyectados por la CFI ese año fue de alrededor de u4s600 millones, siendo la de Telecom Argentina la mayor con un aporte de u$s350 millones, seguida por el Banco Industrial con otros u$s55 millones, mientras que el Hospital Alemán logró u$s33 millones para ampliar sus instalaciones.
Un año antes, en el 2017, el organismo financiero del Banco Mundial otorgó créditos a siete compañías argentinas por algo más de u$s1000 millones, siendo el año de mayores aportes desde el cambio de gobierno, en el 2015.
Los beneficiados fueron desde empresas privadas hasta gobiernos provinciales como el de Córdoba, que se llevó u$s300 millones. En el caso del sector privado, la cerealera Vicentín obtuvo u$s300 millones de parte de la CFI, tal como lo hizo en otros años, teniendo en cuenta que se trata de un cliente regular del ente crediticio del BM.
Ese año también recibieron ayuda otras empresas vinculadas a Vicentín, como lo era Renova, dedicada a la producción de biodiesel, en la cual se inviertieron u$s410 millones.
En el 2016, fueron 10 las compañías asistidas por la CFI: Recargapay; Los Grobo; el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; Morixe; Telecom Argentina; Adeco; Patagonia CL; Grupo Financiero Galicia; Axion y la Universidad de El Salvador.