16 marzo, 2022
GUZMÁN PIDIÓ CELERIDAD EN EL TRATAMIENTO Y HABLÓ DE EVITAR UN "SHOCK DESESTABILIZANTE"
El nuevo pacto con el Fondo Monetario avanza impulsado por la urgencia de no entrar en default. Pero, ¿cuáles serán sus consecuencias concretas?
El ministro de Economía, Martín Guzmán expuso este lunes ante la Comisión de Derecho y Hacienda de la Cámara alta sobre el acuerdo con el FMI, que será tratado en el recinto este jueves.
Según lo que se sabe hasta ahora (hay bastante letra chica aun no publicada), considero que el acuerdo celebrado con el FMI presenta algunas cosas buenas, algunas cosas malas y algunas cosas feas. Veamos:
Nos evita entrar en default, lo cual es muy importante. El FMI nos presta para que le paguemos (y u$s5.000 millones más, lo que no es poca cosa). Y también, muy importante, aleja las probabilidades de que las usualmente muy dañinas iniciativas económicas del kirchnerismo tengan chances de prosperar.
Esto, debido a que el acuerdo:
+ Presenta senderos de ajuste fiscal, monetario, cambiario y tarifario, que, aunque modestos, van en general, en la dirección correcta.
+ Vía esencialmente más deuda con FMI, BIRF, CAF, etc., permitiría aumentar las reservas del BCRA.
+ Obliga a un constante monitoreo del FMI sobre la evolución de las cuentas argentinas (algo que a muchos kirchneristas, amantes de las trampas y la falta de transparencia, les irrita).
+ Obliga al Gobierno a «consultas previas» sobre medidas económicas que pudieran ser contrarias a la letra o espíritu de lo firmado.
«El acuerdo con el FMI aleja las probabilidades de que las usualmente muy dañinas iniciativas económicas del kirchnerismo tengan chances de prosperar»
Algunos han objetado que, de cumplirse el acuerdo, se estaría generando un ritmo de acumulación de deuda interna «explosivo». Pero aún sin saber la letra chica de lo acordado (crucial: la meta de Activos Internos Netos), podemos inferir que esto no será así.
Si se cumpliera el acuerdo, habría que esperar aumento de la deuda interna, pero no evaluamos que será explosiva: aproximadamente la mitad de la colocación de deuda en bonos (total 2% del PIB), sería para pagar intereses (1% del PIB en términos nominales, en términos reales muchísimo menos, incluso podría ser cero). Otra buena parte (¿0,6% del PIB?) se colocaría contra cancelación de Leliq (deuda pública interna total invariante), y tal vez 0,4% del PIB sea verdadera nueva deuda interna (en 2021 habría sido 0,3% del PIB).
En cuanto a la suba de bonos del Tesoro contra cancelación de Leliq, si se juzgara riesgoso (no lo veo así, ya que se colocarían los bonos también en bancos, igual que las Leliq), un nuevo gobierno podría el día de mañana revertirlo (emitir pesos para pagar bonos, y luego esterilizarlos vía colocación de Leliq).
El Gobierno se jacta de que es un acuerdo sin reformas, ¡cuando reformar la decadente vida económica y social de la argentina es lo que necesitamos! ¿Pero les vamos a pedir a Alberto, a Cristina, a Máximo, que hagan verdaderas reformas modernizantes, pro-capitalistas? ¿Le podemos pedir al FMI que «obligue» a un gobierno que no quiere reformas, a hacerlas contra su voluntad?
Quien gobierna es el Frente de Todos. Ni la oposición, ni el FMI. Una cosa es pedirle al Gobierno que acuerde con el FMI, que acuerde leyes con la oposición, y otra cosa sería pedirle que se deje gobernar por la oposición o por el FMI.
Personalmente, me contentaría que, limitados hasta cierto punto por el acuerdo, no se manden macanas mayúsculas. Recordemos que Cristina heredó una economía en franco crecimiento, con alto superávit fiscal primario (4% del PIB) y externo, con muchas reservas (u$s40.000 millones), con tarifas energéticas mucho más altas que las actuales, ¡y que dilapidó todo! ¡Una insensatez mayúscula ! (si Alberto Fernández quiere que la Justicia juzgue a Macri por haber traído al FMI, ¿qué tal si promueve juicio contra Cristina? Porque sin esa pérdida de reservas no hubiera sido necesario pedirle dinero al FMI).
Y si en «las buenas» Cristina rifó la solvencia fiscal, en las «malas» ¿acaso cuidaría de las arcas estatales? Por cierto que no. Nada bueno podemos esperar del kirchnerismo.
El acuerdo es «malo» porque sólo propone mejoras marginales al andar económico y social argentino, pero una vez más… no le pidamos peras al olmo. Algún día (¿2023?) habrá un nuevo gobierno que promueva mejores políticas que las actuales. El FMI no se opondrá a eso. Y en nuevos acuerdos, también ahí, quedarán plasmadas en palabras, tales mejoras.
Más allá del acuerdo logrado, el Gobierno y su orientación económica seguirán siendo los mismos.
Será feo constatar que el país seguirá seguramente en su andar mediocre. Y que el gobierno que asuma en 2023 no la tendrá fácil. No podrá salir del cepo excepto si consigue muchos dólares en préstamos a pagar en el mediano plazo, y deberá remarla para encarar reformas (¿los candidatos para 2023 esperan acaso otra cosa?).
Además, será feo ver que las metas pactadas no se cumplirán. Ya estimábamos desvíos antes de la invasión rusa a Ucrania. Ahora, con la disparada de precios energéticos y otros, los desvíos serán más relevantes.
Respecto de las cifras proyectadas usadas en el acuerdo, tendremos menos PIB, más déficit fiscal, más emisión monetaria, más inflación, menos reservas. Por empezar, si esperaban bajar 0,6% de subsidios energéticos, aun subiendo más las tarifas (en promedio) que las pensadas, seguramente ni siquiera será posible que no suba la carga de subsidios sobre PIB.
«Será feo ver que las metas pactadas no se cumplirán. Ya estimábamos desvíos antes de la invasión rusa a Ucrania»
En cada trimestre deberemos evaluar los desvíos, cuánto de esos desvíos sería imputable al accionar del Gobierno, cuánto a la situación internacional, y el temperamento final que adoptará el FMI.
En síntesis: se ha evitado el default, se ha limitado (en principio) la capacidad de daño del kirchnerismo, la economía puede llegar al cambio de gobierno algo mejor que la situación actual (si no se agrava más aun la situación externa, con un poco menos de inflación, más reservas, etc.), y habrá que armarse de paciencia.
El ministro de Economía expuso ante la Comisión de Derecho y Hacienda de la Cámara alta sobre el acuerdo con el FMI, que será tratado en el recinto este jueves.
Afirmó que el acuerdo con el FMI servirá para que la Argentina evite «un shock desestabilizante». Además, celebró que «se discuta en el Parlamento» y consideró que se trata de un «proceso que nos enriquece».
“La Argentina necesita tener la capacidad de evitar un shock desestabilizante que es el que constituiría no poder hacer frente a estos pagos programados”, sostuvo el funcionario, en el marco del plenario de comisiones del Senado. «Se busca abordar el problema que se presenta para la Argentina en la balanza de pagos producto del stand by alcanzado en 2018», enfatizó en el inicio de su exposición.
“Hemos avanzado en una negociación con el staff del FMI, a efectos de construir condiciones que den lugar a un programa con los objetivos y, por otra parte, una acción geopolítica con los accionistas del FMI para construir condiciones financieras”, indicó Guzmán.
“Este esquema es diferente de lo que han sido los programas con el FMI, que se han enfocado en que el Estado constituía una molestia: en este acuerdo no hay ninguna reforma laboral, no hay ninguna reforma jubilatoria, no hay reformas que quiten derechos”, aclaró el ministro.
Además, apuntó que “desde lo macroeconómico hay tres grandes objetivos, los criterios de desempeño, que constituyen las principales medidas a la hora de evaluar el cumplimiento del Programa: acumulación de reservas internacionales, el sendero fiscal y el esquema monetario”. «Se busca reducir el déficit sobre la base de un esquema que permita apuntalar la recuperación económica y que esté asociado a un fortalecimiento de la recaudación», continuó.
«El programa incluye diez revisiones trimestrales. Cuando se completa cada revisión, se realiza un desembolso. Además, hay un desembolso inicial cuando se aprueba el programa», detalló.
En otro tramo de su exposición, el titular del Palacio de Hacienda manifestó la necesidad de que el acuerdo con el FMI cuente con un «amplio respaldo» del Congreso. «No es sano que un gobierno de turno pueda actuar sin un amplio respaldo», dijo Guzmán, para luego enfatizar que una situación contraria «implica la posibilidad de seguir un camino muy nocivo para la Nación Argentina».
Tras remarcar que «poder darle tratamiento legislativo fue de mucho valor», aseguró que el hecho de que «por primera vez en la historia argentina podamos tener este debate es un paso adelante para nuestra república a la hora de fortalecernos como Estado nación».
Sobre la política energética, Guzmán indicó que «apuntamos a una política energética que permita darle más competitividad a toda nuestra estructura productiva».
«Hay un objetivo firme de ir pudiendo reducir los subsidios energéticos, pero también hay que tener en cuenta que hay velocidades que se tornan factibles con relación a las contingencias que se vayan presentando en el escenario nacional climático y en el internacional», explicó el ministro.
En medio de la controversia en torno a la suspensión temporal de las exportaciones de aceite de soja y harina, y la preocupación de sectores del campo y de la oposición por un eventual incremento de los derechos de exportación, Guzmán, explicó que «no hay ningún compromiso asumido en el contexto del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre impuestos o retenciones».
*iP/ by Gabriel Rubinstein/AF/Parlamentario