6 noviembre, 2024
Tras vencer a la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones presidenciales de 2024, Donald Trump regresa a sus 78 años a la Casa Blanca como el 47º presidente , marcando un regreso político histórico.
Nació el 14 de junio de 1946, empresario y personalidad mediática estadounidense que fue el 45º presidente de los Estados Unidos desde el 20 de enero de 2017 hasta el 20 de enero de 2021. Ahora volverá a la Casa Blanca.
Antes de que se concretara formalmente la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, el presidente argentino, Javier Milei, saludó al ganador, que genera importantes expectativas en la Casa Rosada debido a la afinidad que hay entre el líder libertario y el líder republicano.
“Felicidades por tu formidable victoria electoral”, comienza el breve mensaje, que prosigue con el eslogan clásico de Trump: “Ahora, Make America Great Again. Sabes que puedes contar con Argentina para llevar a cabo tu tarea. Éxitos y bendiciones. Saludos cordiales”, agregó el jefe de Estado argentino en su cuenta de la red social X.
En las elecciones celebradas este martes 5 de noviembre de 2024, Trump recuperó la presidencia al ganar estados clave como Pensilvania y Georgia. Su campaña enfatizó la recuperación económica y un control migratorio más estricto. A pesar de enfrentar desafíos como acusaciones legales y un electorado dividido, el apoyo de su base se mantuvo fuerte.
La victoria de Trump es la segunda de sus tres candidaturas a la presidencia. En ambas victorias, derrotó a una mujer, lo que sugiere una vez más que a muchos votantes les cuesta imaginar a una mujer en el Salón Oval.
Puede que sea difícil demostrar que Harris perdió específicamente a causa del sexismo. Pero el género desempeñó un papel importante en la forma de votar de los estadounidenses este año.
Por un margen decisivo, los votantes pensaban que el país iba en la dirección equivocada: así lo dijo el 74%, en una encuesta de ABC/Ipsos publicada el domingo por la mañana. Desde 1980, esa estadística, el número de votantes que piensan que la nación va en la dirección equivocada, ha sido un indicador infalible de que el partido en el poder perdería la Casa Blanca.
Trump consiguió cargar a Harris con el historial del presidente Biden. Y apeló al malestar de los votantes con su sombrío discurso sobre el estado de la nación, y con sus vagos recuerdos de los días supuestamente mejores en los que fue presidente.
La economía —o más bien la percepción pública de la economía— muestra la magnitud de la preocupación de los votantes. Los precios subieron solo un 2,1% en septiembre respecto al año anterior, y la economía creció un vigoroso 2,8% en el último trimestre. Pero el 75% de los votantes dijeron que la economía estaba en mal estado en una encuesta de The New York Times/Siena College realizada en octubre.
Y cuando el último informe de empleo del Departamento de Trabajo previo al Día de las Elecciones mostró un crecimiento anémico, debido en gran parte a los huracanes y a una importante huelga laboral, Trump se abalanzó sobre él. “Ese flamante informe sobre el empleo demuestra de manera decisiva que Kamala Harris y el corrupto Joe han llevado nuestra economía al precipicio”, dijo Trump en un mitin en Michigan la semana pasada.
Trump volvió al tema que ha definido su marca política: la amenaza y el desorden que supone la inmigración ilegal. Sus anuncios incluían imágenes en blanco y negro que mostraban a inmigrantes corriendo para cruzar la frontera o merodeando por las calles de las ciudades. Pidió la pena de muerte para los inmigrantes que mataran a agentes del orden. “Los suburbios están siendo atacados”, dijo el sábado en Virginia.
En su discurso de victoria, Trump la calificó como una «victoria política histórica» y reiteró su compromiso de asegurar las fronteras de EE. UU., moderando algo de su retórica migratoria anterior. Los resultados de las elecciones reflejan las tensiones actuales en la sociedad estadounidense sobre temas como la democracia, la política migratoria y la estabilidad económica.
Milei y Trump son íconos de la ola de la extrema derecha global, junto a otros referentes. Se consideran a sí mismos antiestáblisment y abogan por lo que ellos denominan “la batalla cultural”: renegar del feminismo, de la agenda 2030, del cambio climático, de las ideas woke y progresistas, etc. Pero, aunque se encuentran en esos puntos, en otros parecieran estar en veredas opuestas.
“Tienen diferencias fuertísimas a nivel político, sobre todo en cuanto a la política económica”, dice Michael Stott, editor para América Latina de Financial Times. “Milei no es nacionalista, no es un proteccionista, no cree en los déficits. Trump, en cambio, prevé un gasto grande durante su gobierno. No tiene la misma idea de responsabilidad fiscal que Milei y Trump es fuertemente proteccionista”.
Estados Unidos es el tercer o cuarto socio comercial más importante de Argentina dependiendo el mes. En septiembre, solo Brasil, China y la Unión Europea lo superaron. Pero, además, es el principal origen de la inversión extranjera directa, alcanzando los US$ 28.257 millones en el primer trimestre de 2024, según datos del Banco Central, lo que representó un 19% del total.
Fabio Kreplak, especialista en finanzas y CEO del fondo de inversión Mirabaud dijo en diálogo con CNN que en un contexto nacionalista, todas las relaciones bilaterales se verían afectadas, pero que “en el caso de Argentina, y a modo global y estratégico, no sería lógico que EE.UU. no tuviera buena relación con nuestro país”. Sin embargo, remarcó que “a veces la ideología puede más que la razón”.
Y acá hay un punto a resaltar: “Trump sigue siendo un político poco predecible”, según Ernesto Calvo, profesor del Departamento de Gobierno y Política de la Universidad de Maryland.
De todas maneras, Kreplak dice que la afinidad entre Milei y Trump “podría actuar como un puente”, en caso de que se apliquen nuevas políticas comerciales perjudiciales para productos extranjeros, “permitiendo que Argentina no caiga en la red”.
Otro de los aspectos importantes con los que especula el gobierno argentino, según analistas, sobre la llegada del republicano al poder, es su influencia en el Fondo Monetario Internacional. En junio de 2018, bajo la presidencia de Trump en EE.UU. y de Mauricio Macri en Argentina -entre quienes había una muy buena relación- el organismo le prestó al país US$ 50.000 millones, la suma más grande de la historia del FMI. El próximo año, Argentina deberá enfrentar vencimientos de deuda importantes, lo que se suma a la escasez de dólares que hay en el país y una nueva ayuda del Fondo es algo, por lo menos, deseable.
Trump anunció su primera candidatura a la presidencia el 16 de junio de 2015. Ganó la nominación republicana en julio de 2016 tras una intensa temporada de primarias con varios candidatos. Su campaña se caracterizó por el enfoque en la reforma migratoria, el crecimiento económico y la promesa de «Hacer a América Grande de Nuevo». En las elecciones de 2016, derrotó a la candidata demócrata Hillary Clinton.
Durante su presidencia, Trump implementó políticas significativas, incluidas reducciones de impuestos, esfuerzos de desregulación y una agenda migratoria controvertida que incluía la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre EE. UU. y México. Su administración enfrentó numerosas controversias e investigaciones, especialmente por su manejo de las relaciones exteriores y temas nacionales como las relaciones raciales y la salud.
Trump nació en Queens, Nueva York, y se graduó de la Escuela de Finanzas Wharton en la Universidad de Pensilvania. Inicialmente, siguió los pasos de su padre en el desarrollo inmobiliario, convirtiéndose en una figura destacada en el mercado inmobiliario de Nueva York. Sus proyectos se expandieron a diversos sectores, incluidos el entretenimiento y los deportes, destacándose como propietario del certamen de Miss Universo y en la televisión con el reality The Apprentice.
La vida personal de Trump incluye su matrimonio con Melania Trump y ser padre de cinco hijos: Donald Jr., Ivanka, Eric, Tiffany y Barron. Ha estado casado tres veces y tiene diez nietos.
El regreso de Trump a la presidencia se considera un momento significativo en la política estadounidense, evocando precedentes históricos como los mandatos no consecutivos de Grover Cleveland en el siglo XIX. A medida que se prepara para otro mandato, enfrenta el desafío de unir a una nación profundamente polarizada mientras implementa su agenda política en medio de negociaciones en el Congreso.