19 diciembre, 2020
Desde que estalló la pandemia en todo el mundo, el barbijo u otro tipo de mascarilla se ha convertido en un complemento indispensable para todos los ciudadanos de cara a minimizar las posibilidades de contagio. Es cierto que no estábamos acostumbrados a llevar tapabocas y, mucho menos, durante un periodo prolongado de tiempo.
Por esto mismo, hay muchas personas que ya se han quejado por los efectos secundarios que podría provocar: falta de aire al hacer ejercicio, aspirar las emisiones de dióxido de carbono de uno mismo o, incluso, fuertes dolores de cabeza.
Las cefaleas constantes es uno de los efectos secundarios que más se están estudiando en los últimos meses, aunque no existe una respuesta científica que aclare si se debe a la mascarilla o no.
Algunos expertos aluden a que este tipo de molestias se producen, sobre todo, en personas que están trabajando delante de una pantalla durante mucho tiempo, por lo que el dolor de cabeza puede provenir de la propia exposición de la vista a una pantalla. También, se ha mencionado la posibilidad que en el propio puesto laboral se tenga que utilizar un complemento al que no se está acostumbrado y que, en muchas ocasiones, es incómodo, puede provocar estrés, ansiedad o deshidratación. Estas causas también podrían provocar fuertes cefaleas.
Sin embargo, los más entendidos en este tema señalan que el mayor porcentaje de personas que sufren dolores de cabeza cuando el uso de la mascarilla es prolongado se debe a una condición llamada alodina, que es un dolor producido por estímulos que no suelen ser molestos para la mayoría de la población. En este caso, recomiendan aflojar la mascarilla o encontrar un modelo que apriete menos, sobre todo en la nariz y las orejas.
Este es un problema que también sufren algunos nadadores que practican buceo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuanto menos aire entre y se escape por la mascarilla, mayor será la protección contra el virus.
*AS