Una reconstrucción de Sebastián Rozadilla sobre la especie de dinosaurio hervíboro, que llamaron Menucocelsior arriagadai. Fue identificada en Río Negro, donde habitó hace 70 millones de años (S. Rozadilla)
La Patagonia, la región del fin del mundo con una enorme superficie desértica, guarda aún tesoros de la biodiversidad del planeta de hace más de 65 millones de años. Los seres humanos todavía no se habían desarrollado. Pero la región ya estaba poblada por dinosaurios de diferentes tamaños, costumbres y épocas que no dejan de asombrar a los investigadores en paleontología de todo el mundo.
Especialistas afirmaron que hay aún mucho por encontrar en esa región del continente.
En Santa Cruz, un equipo internacional de científicos descubrió que los primeros dinosaurios vivían en manadas y tenían comportamientos sociales complejos. En Río Negro, se encontraron restos fósiles de un dinosaurio de cuello largo que indica que las especies podían convivir pacíficamente. En Neuquén, también se han identificado dinosaurios de un momento del Período Cretácico, hace 140 millones de años, que se desconocían por completo.
Los grandes dinosaurios se desarrollaron hace más de 243 millones de años y fueron los vertebrados dominantes en el planeta hasta unos 65 millones de años atrás. Cuando empezaron a desarrollarse, los continentes estaban conectados a una única masa continental conocida como Pangea. Al separarse luego los continentes, los dinosaurios se empezaron a diferenciar cada vez más. Ahora, las huellas de su existencia aportan nuevo conocimiento sobre la evolución de la vida y generan el desafío de involucrar más a las comunidades humanas que viven cerca para protegerlas contra el tráfico de fósiles y preservarlas para las próximas generaciones.
En la revista Scientific Report, un equipo internacional compuesto por investigadores que trabajan en Argentina, Sudáfrica, Estados Unidos, Reino Unido y Francia dieron a conocer hoy una colonia de una especie de dinosaurio, que llaman Mussaurus patagonicus. Fue un dinosaurio primitivo y antecesor de los grandes ejemplares de cuello largo que vivieron 192 millones de años atrás en el actual territorio de la provincia de Santa Cruz.
“Nuestro hallazgo en Patagonia sorprende al mundo de la paleontología porque confirma que los dinosaurios tuvieron comportamientos complejos desde el inicio de su historia evolutiva”, contó a Infobae la palentóloga Claudia Marsicano, profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y del Conicet. Esta científica fue una de las coautoras del trabajo junto con Diego Pol, del Museo Paleontológico Egidio Feruglio, Adriana Mancuso, Alejandro Otero, Ignacio Cerda, quienes son también investigadores del Conicet.
El equipo de investigación contó con la colaboración de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) de los Estados Unidos, Francia y Sudáfrica. Los restos fósiles estaban cerca de la localidad de El Tranquilo, Santa Cruz, y los primeros restos fueron descubiertos en esa zona en los años sesenta. Pero durante los últimos años se hicieron campañas sistemáticas de excavación.
A la izquierda, la científica Adriana Mancuso con su colega Claudia Marsicano durante una de las campañas de excavación por la cual se descubrió el dinosaurio Mussaurus Patagonicus en Santa Cruz (C. Marsicano)
“Las campañas frecuentes nos permitieron encontrar diferentes individuos, incluyendo embriones, juveniles, y adultos y tener como una foto instantánea sobre qué pasaba hace 192 millones de años en ese lugar. Los animales se ocupaban de cuidar a las crías. Se movían en manadas, como lo hacen actualmente los elefantes. Antes de este hallazgo, se pensaba que el comportamiento social complejo correspondía a dinosaurios más modernos del Cretácico, de hace 100 millones de años o menos”, comentó la doctora Marsicano. “Este tipo de comportamiento pensamos que seguramente favoreció el éxito evolutivo de los primeros dinosaurios”, agregó.
En el sitio que estudiaron en Santa Cruz, encontraron más de 100 huevos en nidadas. Algunos conservan embriones fosilizados. También identificaron más de 80 esqueletos de dinosaurios, incluyendo pichones recién nacidos, juveniles de un año de edad, subadultos y adultos. Los restos no estaban dispuestos y distribuidos al azar, sino que se agrupaban según sus edades.
“Nuestro intenso trabajo en este yacimiento único, rico en fósiles en el mundo ha aportado mucha más información sobre cómo vivían, morían y se fosilizaban los dinosaurios. No sólo podemos hacernos una idea más precisa de los antiguos paisajes, sino que, gracias a los estudios detallados sobre la conservación de los huesos y los huevos, ahora podemos reconstruir algunos de los hábitos de vida de estos dinosaurios extinguidos hace tiempo. Este estudio demuestra cómo la investigación multidisciplinaria puede maximizar el potencial del registro fósil”, señaló Roger Smith del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand y del Museo Sudafricano Iziko, en diálogo con Infobae desde Sudáfrica.
El científico argentino Diego Pol, del Conicet y el Museo MEF, con Vincent Fernández, durante los experimentos que analizaron los huevos de dinosaurios en Francia (ESRF, the European Synchrotron)
En tanto, Jahandar Ramezani, científico del departamento de Ciencias Planetarias, la Tierra y la Atmósfera del MIT, en Cambridge, Estados Unidos, y otro de los coautores del trabajo en Scientific Reports, también se mostró asombrado por el descubrimiento en Patagonia: “Es un descubrimiento notable. Es raro que los científicos encuentren una colección de fósiles tan bien conservada que cuente una historia tan clara sobre la vida en el pasado geológico. Es emocionante reunir pruebas a partir de huesos fósiles y sedimentos y poder reconstruir el ecosistema terrestre, incluidos estos dinosaurios primitivos y sus comportamientos de hace 192 millones de años”. Ramezani estuvo a cargo del estudio de las rocas asociadas con los restos fósiles de los animales.
Los embriones fosilizados que se encontraron en Santa Cruz fueron estudiados con la tecnología del Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón (más conocido como ESRF) en Grenoble, Francia. Se utilizó la tecnología con rayos X de alta energía para penetrar en la muestra sin destruirla y obtener una visión completa de su interior, según explicó otro de los coautores Vincent Fernández, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Londres y ex científico del ESRF.
El segundo hallazgo que recientemente se dio a conocer ocurrió en Río Negro. Un equipo de investigadores quedó maravillado tras excavar en rocas de unos 70 millones de años. Días atrás, difundieron el estudio sobre los restos de nueva especie de dinosaurio hervíboro, que llamaron Menucocelsior arriagadai. Su nombre hace referencia, primero, a los Menucos (enormes cuerpos de agua presentes en la zona) y su enorme tamaño (Celsior significa “grande” en Latin), y segundo, a la familia Arriagada, que son los dueños del campo donde se encuentra el yacimiento y quienes han colaborado con las expediciones. Lo publicaron en la revista Cretaceous Research.
Así eran los primeros dinosaurios que habitaban en el actual territorio de Santa Cruz, Argentina que se movían en manada (Ilustración de Jorge González)
La expedición en Río Negro estuvo integrada por miembros del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV) del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN – CONICET) liderado por el paleontólogo Fernando Novas y la Fundación de Historia Natural Félix de Azara. “Hemos descripto una nueva especie de dinosaurio de cuello largo. Pero lo más interesante es que esa especie convivía con otras cinco en la zona. Esto sugiere que habitaron un ambiente que podía soportar manadas de diferentes especies de dinosaurios de cuello largo. No tenían los mismos hábitos y se alimentaban de manera diferente. Ahora nos espera saber por qué hubo tanta diversidad allí”, dijo a Infobae el paleontólogo Federico Agnolín, investigador del Conicet y miembro del LACEV y Fundación Azara.
Hace 70 millones de años, esa zona de la actual Patagonia argentina, tenía bosques y selvas exuberantes repletas de plantas con flores, coníferas, helechos y rebosaban de pequeños mamíferos, aves, serpientes, lagartos, dinosaurios y otros reptiles hoy extintos como los pterosaurios. Era muy diferente al panorama árido que se ve hoy.
En Neuquén, se encontró el dinosaurio Ninjatitan zapatai. Los materiales fósiles originales de este saurópodo se hallan depositados en el Museo Paleontológico “Ernesto Bachmann”, de Villa El Chocón, Neuquén
En la provincia de Neuquén, también se informó este año el descubrimiento de nueva especie de dinosaurio, que fue nombrada como Ninjatitan zapatai. El líder de este hallazgo fue Pablo Ariel Gallina, paleontólogo e investigador del Conicet que trabaja en el Área de Paleontología de la Fundación Azara y la Universidad Maimónides, Argentina. En la zona que estudió con su equipo, afloran rocas de unos 140 millones de años de antigüedad, pertenecientes a la unidad geológica conocida como Formación Bajada Colorada. Aún no existía la cordillera de los Andes, y el océano Atlántico recién comenzaba a esbozarse. El actual territorio de Neuquén estaba bañado por el océano Pacífico.
“Muy poco sabemos de los inicios más tempranos de la gran época de los dinosaurios del Neuquén y, recién en estos últimos años, los hallazgos procedentes de Bajada Colorada comienzan a mostrarnos unas primeras pinceladas sobre cómo eran las faunas de ese momento”, sostuvo el doctor Gallina. “El dinosaurio Ninjatitan zapatai nos muestra, por primera vez a nivel mundial los restos más antiguos del grupo de los titanosaurios”, agregó.
Cómo era el Ninjatitan zapatai adulto con su cría, saliendo desde un bosque de araucarias al amanecer en Patagonia hace 140 millones de años (Ilustración de Jorge A. González)
Este hallazgo permite por primera vez dar sustento a la hipótesis sobre un origen sudamericano para este grupo particular de dinosaurios saurópodos a comienzos del Período Cretácico. El trabajo fue publicado en el último número de la revista científica de paleontología Ameghiniana.
La Patagonia argentina contiene tesoros prehistóricos. Los tres hallazgos de dinosaurios corresponden a diferentes momentos del pasado remoto. “En el país hay un patrimonio paleontológico muy valioso”, resaltó la doctora Marsicano. “Décadas atrás, las colecciones con los restos fósiles estaban en museos e instituciones grandes. Con el paso del tiempo, se fueron abriendo espacios en municipios cercanos a los hallazgos. Se requiere que haya un profesional de la paleontología para que pueda evaluar los materiales y organizar las colecciones”.
Además, según la científica, a través de charlas para la comunidad general, se puede concientizar sobre la importancia del cuidado de los restos fósiles que aún se preservan en el territorio. “La gente sabe que la depredación tanto del patrimonio de fósiles como de la fauna que habita hoy no es la salida. Por el contrario, cuidar el patrimonio de fósiles y la fauna actual puede contribuir al desarrollo socio-económico de la comunidad con más infraestructura y turismo sustentable”, afirmó.