Las condiciones de vida de los trabajadores de prensa arrastran un nivel de deterioro tan profundo que resulta un escollo para el desarrollo de la actividad comprometiendo la libertad de expresión y, a su turno, el derecho a la información de la población.
Esa realidad afecta sin diferencias tanto a quienes trabajan en los grandes medios de la Ciudad de Buenos Aires y también a quienes lo hacen en los del interior del país. Según la reciente paritaria firmada para la prensa escrita (diarios, revistas, agencias y portales) del AMBA por las cámaras empresarias y la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), el salario básico de la muy extendida categoría de redactor alcanzó los $ 72.359  brutos en mayo de este año, lo que representó $ 60.057 de bolsillo.
En abril la Canasta Básica Total, que mide la pobreza, alcanzó los $ 95.260 para una familia integrada por dos adultos y dos menores. Proyectada a junio sobre la base del Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central, esa canasta llegará a los 105.224 pesos.

Así, el salario testigo se encuentra un 43% por debajo de la línea de pobreza. Si se tomara el estudio que realizan los trabajadores del Indec, que estima una canasta de consumos mínimos para una familia tipo en $ 154.134 para abril ($ 170 mil a junio), entonces el salario del redactor de prensa escrita se encuentra un 65% por debajo de lo que necesita una familia trabajadora para vivir con cierta dignidad.

 

«La caída del poder adquisitivo del salario entre enero de 2016 y abril de este año llegó hasta el 48%. Se trata posiblemente del gremio que mayor retroceso salarial sufrió en el país en los últimos años», detalla el informe de Tiempor Argentino.

 

Para el caso de los medios del interior del país, la realidad es prácticamente la misma. Según acaban de acordar las cámaras de medios del Interior con el interventor que, por resolución judicial y de la cartera laboral, conduce circunstancialmente la Federación de Trabajadores de Prensa (FaTPren), en julio, el salario bruto del redactor llegará hasta los $ 74.676 ($ 62 mil netos).

Foto: Diego Feld

 

Radiografía

 

Para dar cuenta de esta situación, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), que disputa la representación del gremio con la UTPBA y, en rigor, representa a prácticamente la totalidad de los trabajadores de prensa escrita y televisiva de la Ciudad de Buenos Aires, presentará mañana, en el Congreso, el resultado de la encuesta que realiza anualmente entre los trabajadores. El estudio, al que pudo acceder Tiempo, da cuenta de esta situación salarial y avanza en un abordaje cualitativo de las estrategias que los y las trabajadoras del gremio se vieron obligadas a asumir para resolver su situación socioeconómica.

En general, el deterioro salarial se busca contrarrestar mediante el pluriempleo. El oficio permite a los trabajadores generar ingresos a través de la ampliación de tareas bajo la forma de las mal llamadas «colaboraciones» en medios de prensa escrita y salidas radiales bajo la forma de contrataciones precarias vía monotributo.

El pluriempleo impuso una reforma laboral por la vía de los hechos, vulnerando largamente la jornada de trabajo de convenio de 30 horas semanales, y por la modalidad precaria del vínculo laboral desprovisto, en general, de cobertura gremial efectiva.

Según el relevamiento del SiPreBA, el 47% de los trabajadores de prensa cobra sueldos por debajo de la canasta básica total del Indec. Ese porcentaje se eleva al 64,5% en prensa escrita y al 70,3% en las radios privadas. En TV la situación mejora sensiblemente y solo el 12% se encuentra en esa situación. El 40% de los encuestados señaló que en el último año obtuvo recomposiciones salariales por debajo de la inflación.

Por ese emotivo, apenas el 15% de los encuestados señaló que lo que cobra en su principal trabajo en prensa le alcanza para vivir mientras que el 40% afirmó que solo le alcanza porque tiene otros ingresos además de ese sueldo y un 23,4% señaló que le alcanza pero que se «tuvo que ajustar fuertemente». Un 7,3% de los trabajadores reconoció que tuvo que ajustar su consumo de alimentos.

El 35% aseguró que tuvo que tomar un trabajo adicional en el último año para poder sobrevivir, mientras que el 50,2% aseguró contar con más de un empleo. El 7,5% confirmó que tiene tres o más empleadores

La extensión de la jornada laboral, naturalmente, afecta la labor periodística en lo que se refiere a la investigación en profundidad, la diversidad de fuentes y por lo tanto el derecho a la información de la ciudadanía.

El teletrabajo, que se extendió en el gremio durante la pandemia, también sirvió para profundizar la precarización laboral. A la pérdida del poder adquisitivo sufrida en el período (8,6% solo en 2021) se le adicionaron gastos inesperados. El 67,5% de los periodistas asegura haber tenido que realizar alguna inversión en sus hogares para acondicionarlos para el teletrabajo.

Para la mayoría de los trabajadores, la vuelta a las redacciones entra en contradicción con el pluriempleo, una realidad que resulta tolerable para las empresas que, de ese modo, reducen sus costos a la vez que se benefician con el debilitamiento del tejido gremial.

 

Conflictividad

 

Con todo, y como resulta esperable, la conflictividad en el gremio es creciente. El acuerdo paritario para el período 2021-22 firmado por la UTPBA contempla una suba del 60% en los salarios básicos de convenio y del 56% para los salarios reales, pero no pudo evitar que los trabajadores de Página/12 realizaran el martes pasado su decimoquinto paro de 24 horas en el año, en coordinación con una medida idéntica de los trabajadores de Clarín Olé y de la Editorial Perfil el jueves. Ayer, un plenario de delegados de prensa escrita del SiPreBA ratificó su rechazo a ese acuerdo por insuficiente y definió, además de la conferencia de prensa del lunes en el Congreso y una caravana para este miércoles con el propósito de visibilizar el conflicto y ratificar, una vez más, su reclamo de personería para el sindicato representativo de los trabajadores en la Ciudad.

 

*TA /RNByS