* Siete provincias en rojo (se señala a los sitios en los que hay muy bajo o nulo suministro en las estaciones de servicio): Jujuy, Salta, Formosa, Tucumán, Misiones, Corrientes, Entre Ríos.
* Siete provincias en naranja (se identifica los distritos en los que el promedio de suministro es de 20 litros por unidad): Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, San Juan, Mendoza, Buenos Aires y CABA.
* Cuatro provincias en amarillo (se refiere a los lugares en los que se cargan entre 21 y 50 litros por unidad, y entre 51 y 100 litros): Catamarca, La Rioja y San Luis, en el primer subgrupo, y La Pampa, en el segundo.
* Las provincias del Sur aparecen en verde.
«El desabastecimiento que estamos sufriendo lleva más de dos meses. Entendemos que no es un tema sencillo de solucionar, pero nos queda en claro que se trata de un problema generado por la falta de divisas y la dificultad para avanzar rápido en las políticas que se requieren”, dijo Roberto Guarnieri, presidente de Fadeeac.
Añadió que “desde hace varias semanas, cientos de camiones de Bolivia vienen al puerto de Campana a buscar el combustible que importa su país. Si se paga, hay combustible disponible. Mientras tanto, en Argentina tenemos camiones varados a orillas de la ruta, por falta de gasoil».
El dirigente afirmó que “es un problema que afecta a todo el país, de diferente manera. La situación más crítica se vive en el centro y norte; en el sur, por ahora, no se han registrado mayores complicaciones, pero si no se encuentra una solución de manera urgente, empezaremos a ver desabastecimiento”.
“No podemos llevar la cosecha en tiempo y forma, ni el ganado o los alimentos. La industria en general empezará a sentir las consecuencias”, enfatizó.
En el mismo sentido remarcó que “el combustible es un elemento esencial para poder cumplir con nuestra tarea. Más del 90% de la economía argentina se mueve en camión”.
La falta de suministro regular de combustible se refleja en los tiempos de espera para el abastecimiento.
De acuerdo con el relevamiento de Fadeeac, 31% de los encuestados esperó entre 6 y 12 horas para poder cargar gasoil; 26% debió aguardar más de 12 horas; 26% entre 3 y 6 horas; y 17%, entre 2 y 3 horas.
«Las pérdidas que ocasiona esta situación son muy grandes, desde el punto de vista económico y social. El tiempo de espera y la incertidumbre de un transportista que no puede saber cuándo saldrá, ni cuándo llegará a destino produce un daño enorme”, insistió Guarnieri.
El trabajo reveló además que “el aumento del precio del combustible a granel muy por encima de los incrementos registrados en surtidor, hizo que muchos transportistas dejaran de lado la opción de abastecimiento en playas privadas, para hacerlo en estaciones de servicio ubicadas en las rutas (62%) y en centros poblados (24%), con el consiguiente impacto en el entorno”