10 mayo, 2021
Apelando a la ciencia de datos, investigadores argentinos hallaron una correlación casi directa entre una baja en la humedad relativa ambiente y un aumento en los contagios, nueve días más tarde.
Aunque el SARS-CoV-2 lleva ya 14 meses de mortal convivencia con la humanidad, lo cierto es que se trata de un patógeno nuevo y todavía se lo conoce poco. Esa falta de datos sobre el coronavirus no solo abarca a los tratamientos efectivos, sino que también los expertos siguen discutiendo muchos detalles sobre su forma de transmisión, su viabilidad al momento de contagiar y otras variables claves para entender y poder manejar mejor la pandemia.
Buscando justamente una manera de ayudar a predecir la cantidad de nuevos casos un grupo de investigadores argentinos y norteamericanos comprobó que una de las formas posibles de obtener predicciones acertadas sobre la variación diaria de nuevos casos de covid-19 se relaciona en forma directa con cambios en un elemento climático simple: la humedad relativa ambiente.
“Durante el invierno del año pasado veíamos que en la Ciudad de Buenos Aires la cantidad de casos nuevos subían o bajaban en forma diaria y se discutían diversas explicaciones sobre las causas de esos cambios epidémicos. Nosotros pensamos si no habría alguna posibilidad de que esas fluctuaciones estuvieran directamente relacionadas con algún elemento del clima”, explicó a medios nacionales el doctor Emilio Kropff, físico y experto en ciencia de datos.
“Con el paso de los meses sumamos información de países de Europa, donde bajaban los casos en forma concomitante con la llegada de la primavera y el verano”, agregó este investigador del Conicet. “Nos preguntamos si no habría alguna variable meteorológica que pudiéramos identificar y seguir y que nos sirviera para poder hacer alguna predicción a futuro. La idea era desarrollar nuevas herramientas que ayudaran a manejar de la mejor manera posible el día a día de la pandemia”.
Kropff, junto a su grupo de trabajo, recopiló los sets de datos con reportes de síntomas y de casos confirmados de covid-19 y también consiguieron información sobre variantes del clima día por día. Con ambos conjuntos de datos comenzaron a correr algoritmos buscando correlaciones y simetrías. “Al analizar los resultados de ocho parámetros diferentes encontramos que la variable que mejor correlacionaba con los cambios en la cantidad de casos de covid-19 era una disminución en la humedad relativa ambiente”, resumió Kropff.
Ajustes. Para ajustar mejor el modelo también analizaron el “delay” entre los valores de humedad ambiental y los días de mayor registro de casos. “Y comprobamos que la relación más ajustada era de cinco días. Es decir que entre ciertos valores bajos de humedad ambiental y un aumento en el registro de nuevos casos de covid-19 transcurrían cinco días hasta llegar a un pico de reporte de síntomas y nueve días hasta que se confirmaban aumentos en la cantidad de casos. Justamente esos dos períodos de demora coinciden exactamente con los tiempos de incubación del virus en un contagiado y con la demora promedio hasta llegar al diagnóstico”, explicó el experto.
Lo que comprobó el equipo de científicos del Leloir es que en el invierno de 2020, en el ámbito geográfico de CABA, había una fuerte correlación negativa con la humedad relativa ambiental: “A medida que bajaba la saturación de agua en la atmósfera comprobamos que –nueve días después– se registraba un aumento de los casos. Cuando, por ejemplo, la humedad relativa llegaba a extremos mínimos de alrededor del 40 %, podíamos conjeturar, con buena certeza, que entre cinco y diez días más tarde se venía un aumento de hasta un 20% en el número de casos de covid-19 por sobre lo esperado”.
Vale la pena recalcar que el efecto de la humedad no alcanza a explicar el 100% de los cambios en el número de casos, sino hasta un 20%. “Sin embargo, así y todo creemos que seguir esta variable podría ser una herramienta más que nos ayude a manejar mejor la crisis de la pandemia. Por ejemplo, se podría usar la humedad diaria para ajustar a futuro los francos del personal médico o reforzar con anticipación el stock de insumos médicos”, propuso el experto.
El trabajo de los investigadores del Leloir aporta elementos para entender mejor los mecanismos por los cuales la humedad puede moderar o disminuir los contagios. “Se han hecho estudios sobre otras patologías respiratorias y se conocen tres mecanismos posibles que unen la sequedad con las infecciones”, afirmó Kropff, que es jefe del Laboratorio de Fisiología y Algoritmos del Cerebro en el Instituto Leloir.
Y agregó: “La humedad podría tener una influencia sobre el tamaño y la trayectoria de las gotas exhaladas (aerosoles) por el portador del virus. Al expirar fluidos con aerosoles saturados de humedad hacia el aire de un ambiente más seco, cada gotita evapora un poco de agua y se vuelve más chica y liviana. Si el aire está seco, la evaporación es mayor, los aerosoles con partículas virales pesan menos y permanecen más tiempo en suspensión aérea”.
Además, se sabe que la baja humedad favorece la “sobrevida” del virus adentro de la gota. Y finalmente, también disminuye la eficacia de las diversas barreras inmunes que posee el sistema respiratorio.
*IL, EP