24 abril, 2022
Entre enero y febrero la formación de activos externos sumó USD 314 millones de dólares. En 2021 había sumado USD 100 millones.
Los datos del último Informe de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario del Banco Central mostraron que en los primeros dos meses del año se profundizó la coloquialmente denominada «fuga de capitales», esencialmente la compra de dólares para atesoramiento de parte de las personas humanas. En efecto, la «formación neta de activos externos» del sector privado no financiero ascendió a 314 millones de dólares: 177 millones en enero y otros 137 millones en febrero.
En febrero, «La formación neta de activos externos de residentes del sector privado no financiero resultó en egresos netos por USD 137 millones, conformados por compras netas de billetes por USD 138 millones, y resultado neutro por transferencias netas de divisas con el exterior», detalló el Banco Central.
La ‘formación neta de activos externos’ del sector privado no financiero ascendió a 314 millones de dólares: 177 millones en enero y otros 137 millones en febrero. Esta cifra triplica los 100 millones de ‘fuga’ que se contabilizaron el primer bimestre del año pasado.
Esta cifra triplica a los 100 millones de dólares de «fuga» que se contabilizaron en los primeros dos meses de 2021 y prácticamente duplica los 174 millones de enero y febrero de 2020, justo antes de la pandemia. Cabe recordar que en aquellos meses ya regía el tope de 200 dólares por persona y por mes para la compra de dólares a tipo de cambio oficial con el recargo del 30% del impuesto PAIS.
Los números del Banco Central ponen de relieve la persistencia de la desconfianza en el peso y la voluntad de los ahorristas de refugiar al menos una parte de su capital fuera del alcance del impuesto inflacionario argentino. Esto, incluso en momentos en los que la inflación en dólares alcanzó máximos históricos y a pesar de la penalización adicional con el 35% del adelanto del impuesto a las ganancias.
Así y todo, son números que contrastan fuertemente con los 2.923 millones que se fugaron en enero y febrero de 2019 cuando no regía el cepo cambiario de 200 dólares ni estaba vigente de de 10.000 dólares mensuales que Sandleris fijó a fines de agosto de 2019. De hecho, en la serie histórica los 314 millones de dólares de «fuga» son el número más elevado desde 2013 a excepción de los cuatro años sin cepo entre 2016 y 2019.
Si se toman los agregados anuales, en 2019 la formación de activos externos ascendió a 26.869 millones de dólares. Luego, cepo mediante, se redujo drásticamente a 3.053 millones en 2020 y en 2021 tuvo un comportamiento ambiguo con tres meses (marzo a mayo) con ingreso de divisas al país, lo que redujo el saldo de salida de divisas para atesoramiento a 518 millones en todo el año.
El informe del Banco Central de este último febrero detalló que: «El resultado de billetes se explicó por las compras netas de las ‘Personas humanas’ por USD 182 millones, parcialmente compensadas por ventas netas de personas jurídicas y otras por USD 44 millones». Esto, agregó, se condice con «1 millón de individuos (que) compraron billetes, mientras que unos 22 mil vendieron, resultando así compras y ventas per cápita de USD 186 y USD 208, respectivamente», números prácticamente idénticos a los observados en enero.
A la formación neta de activos externos también se le suman otros 1.015 millones de dólares de compras netas de las «personas humanas» con tarjetas de crédito y débito en el exterior (506 millones en enero y 509 en febrero).
Además, se le suman giros por 98 millones de dólares de cuentas propias en Argentina a cuentas propias en el exterior (71 millones y 27 millones respectivamente) . Este movimiento, si bien tiene un efecto neutro en el mercado de cambios, sí impacta en la pérdida de reservas por el desarme de efectivo mínimo en las arcas del Banco Central.
*LPO/ by Marcia Dell’Oca